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Revista Ecuatoriana de Arqueología y Paleontología
Instituto Nacional de Patrimonio Cultural 2023
Alejandra Sánchez-Polo
Universidad de Salamanca, Universidad de Valladolid, GIR PrehUSAL,
España
Rita Álvarez Litben
Investigadora independiente Guayaquil, Ecuador
Un paisaje monumental prehispánico en la Alta Amazonía ecuatoriana:
primeros resultados de la aplicación de Lidar en el valle del Upano.
Este artículo propone ser la memoria divulgativa y la
síntesis de los resultados, muy preliminares, de una pri-
mera fase del proyecto Características generales del pai-
saje cultural arqueológico del valle del Alto Upano en un
área de 300 km
2
desarrollado por el Instituto Nacional
de Patrimonio Cultural en el año 2015. A nivel meto-
dológico, la principal novedad fue el mapeo sistemáti-
co mediante escáner láser aerotransportado (Light De-
tection and Ranging, Lidar) con fines arqueológicos en
un sector de la Alta Amazonía ecuatoriana, ya conocida
por los montículos artificiales prehispánicos (400 a. C.-
400 d. C.). Se ofrece una imagen general de este tramo
del valle del Upano al descubrir asentamientos inéditos
hasta entonces, redes de caminería que unían distintos
complejos de montículos y una apreciable tipología de
plataformas. Los datos obtenidos se relacionan con estu-
dios similares amazónicos con el objetivo de dar cuenta
de las semejanzas constructivas y de ofrecer horizontes
interpretativos de este singular paisaje prehispánico de
la Amazonía ecuatoriana. Finalmente, se proponen -
neas de acción futuras para abordar estos datos.
arqueología amazónica, patrones de
asentamiento, Lidar aerotransportado,
montículos de tierra prehispánicos, Ecuador.
Amazonian Archaeology, airborne LiDAR,
Settlement patterns, pre-Columbian Earthworks,
Ecuador.
A pre-Columbian monumental landscape in the Ecuado-
rian Upper Amazon: first results of the application of Li-
DAR in the Upano Valley.
This article intends to be the informative report and syn-
thesis of the very preliminary results of a first phase of
the project General characteristics of the archaeolog-
ical cultural landscape of the Upper Upano Valley, in
an area of 300 km
2
, developed by the National Institute
of Cultural Heritage in 2015. At the methodological level,
the main novelty was the systematic mapping by airborne
laser scanner (Light Detection and Ranging or LiDAR)
for archaeological purposes in a sector of the Ecuadorian
Upper Amazon, already known for pre-Hispanic artifi-
cial mounds (400 BC-400 AD). A general image of this
section of the Upano Valley is provided by uncovering
previously unpublished mounds assemblages, networks
of roads linking different sets, and an appreciable typolo-
gy of platforms. The data obtained are related to similar
Amazonian studies in order to account for the construc-
tive similarities and to offer interpretative horizons of
this unique pre-Columbian landscape of the Ecuadorian
Amazon. Finally, future lines of action are proposed to
address these data.
Resumen
Palabras clave: Keywords:
Abstract
STRATA, 01-06/ 2023, vol. 1, nro.1, e3
https://doi.org/10.5281/zenodo.7628763
Periodicidad: semestral - continua
Revista Ecuatoriana de Arqueología y Paleontología
http://revistas.patrimoniocultural.gob.ec/ojs/index.php/Strata
asanpol@usal.es
ritalitben@hotmail.com
Alejandra Sánchez-Polo y Rita Álvarez Litben
2
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Instituto Nacional de Patrimonio Cultural 2023
montículos aislados en varios puntos del valle (Salazar,
2008, pp. 269-270 y fig. 15.1), lo cierto es que se carecía
de una imagen panorámica del fenómeno antrópico que
modeló el curso alto del Upano. Así, de forma prácti-
camente pionera en el Ecuador, en 2015 se desarrolló
el proyecto Características generales del paisaje cultural
arqueológico del valle del Alto Upano en un área de 300
km
2
, dirigido por Olga Woolfson, en el Instituto Nacio-
nal de Patrimonio Cultural (INPC)
2
. Su principal nove-
dad fue el empleo del escáner láser aerotransportado
(Light Detection and Ranging, Lidar) en un área conside-
rable del citado valle. A pesar de que algunos resultados
del proyecto ya han sido parcialmente diseminados (Ne-
ves et al., 2021; Pazmiño, 2021; Prümers, 2017; Velasco,
2021), este artículo trata de dar cuenta de sus resultados,
limitaciones y algunas propuestas de futuro.
2. Este proyecto, con identificador PIC-14-INPC-001, fue financiado por la
Secretaría Nacional de Educación Superior, Ciencia, Tecnología e Innovación
(Senescyt) en 2015 y contó con un equipo multidisciplinar conformado por
arqueólogos, geógrafa y geóloga, así como con ingenieros de la consultora
Technoproject. A fin de comprender los alcances y las conclusiones a las que
se llegaron originalmente, creemos necesario explicar que hubo ciertos des-
ajustes en el flujo de trabajo (Álvarez Litben et al., 2015, 1.
a
parte, apdo. IX).
La Alta Amazonía ecuatoriana es una zona fértil
en hallazgos arqueológicos, aunque reconocidos apenas
hace unas décadas. Si bien hubo algunos precedentes en
la investigación arqueológica de la región (un resumen
en Rostain, 2012a, p. 34), fueron principalmente Evans
y Meggers (1968) en los años 50 quienes se adentraron
en la zona en busca del horizonte de las cerámicas po-
lícromas. Anclados en una posición determinista ecoló-
gica, otorgaban a las antiguas culturas amazónicas un
bajo nivel de complejidad social y claras influencias que
provendrían del área andina.
Desde entonces, varias generaciones de arqueó-
logos/as se han interesado por esta región, intentando
indagar en las diferentes formas prehispánicas de orga-
nización social a partir de la materialidad. Uno de ellos
fue Donald Lathrap (1970), quien desde el Ucayali pe-
ruano estudió diferentes indicios del Alto Amazonas y
propuso una hipótesis contraria a la de sus predeceso-
res: que las culturas amazónicas habrían tenido no sólo
un desarrollo endógeno, sino que además podían haber
exportado distintos elementos culturales y prestado a
otras áreas andinas o del Pacífico una iconografía más
elaborada (un resumen de la historiografía arqueológica
amazónica en Heckenberger y Neves, 2009).
En el valle del Upano, las investigaciones en el ya-
cimiento de Wapula
1
en la década del 80 (Porras, 1987,
1989) no hicieron que el sitio se considere en las discu-
siones sobre las formas amazónicas precolombinas de
organización social. Con el pasar de los años y nuevas
investigaciones, además de extensos estudios en otras
áreas de la Amazonía, se confirmó que la construcción
de montículos, algunos de ellos de carácter monumen-
tal, fue un fenómeno de amplio espectro, aunque re-
gionalizado (Erickson, 2008; Prümers, 2017). A pesar
de que la monumentalidad de Wapula estaba fuera de
duda y de que se tenía constancia de más complejos de
1. El sitio fue originalmente nombrado como “complejo de montículos San-
gay” por Porras (1987, 1989) y luego como “Huapula” por Salazar (1998, p.
222) y Rostain (1999b, p. 58), en consonancia con las referencias ofrecidas por
las poblaciones shuar y colonos de la zona. Aquí se ha optado por continuar
con la denominación dada en el proyecto, “Wapula”, adaptada a la fonética
shuar.
Introducción
El paisaje del valle del Upano
El valle del Upano se ubica en la ceja de selva
amazónica, en una singular zona entre la cordillera an-
dina (a más de 4000 m s. n. m.) al oeste y su piedemonte,
la cordillera del Cutucú (entre 600 y 2500 m s. n. m.), al
este. El río Upano, que nace cerca del volcán Sangay, re-
corre la falla sísmica activa del sistema subandino (Ros-
tain, 2013, p. 106), cavando de norte a sur en la vasta al-
tiplanicie (1000-1500 m s. n. m.) un lecho de hasta 2 km
de ancho, formando barrancos de entre 70 y 100 m de
alto (Figura 1a). Menos de 20 kilómetros al norte se ubi-
ca el río Chiguaza, también incluido parcialmente en
este estudio. Ninguna de las dos corrientes es navegable
en este tramo, mientras que son parte de cuencas hidro-
gráficas distintas: una andina y pertenece a la del Mara-
ñón, la otra amazónica y corresponde a la del Pastaza.
Una última particularidad topográfica que resaltar es el
volcán Sangay (Figura 1b). Este estratovolcán, de 5230
m s. n. m., señorea la región: es visible en muchos pun-
tos y la blanca cubierta del nevero lo singulariza sobre la
Un paisaje monumental prehispánico en la Alta Amazonía ecuatoriana
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verde vegetación amazónica. Posee una gran pendiente,
por lo que debió ser común la caída de lahares junto
con geoformas, como los hummocks, desde el cono al
valle (Bès de Berc et al., 2004). Alguno de sus episodios
de actividad supuso el abandono de los montículos del
Upano, tal como se ha podido constatar a través de las
tefras que sellan la ocupación, hacia el 400-600 d. C.,
de algunas plataformas excavadas (Rostain, 2010). Sin
embargo, los peligros que entraña un volcán activo no
son los únicos, ya que en la zona son frecuentes los tem-
blores y, ocasionalmente, terremotos de mayor magni-
tud debido a los acomodamientos de la corteza terrestre
(Legrand et al., 2004).
Esta zona debe su singularidad a que, a pesar de
encontrarse a unos 1000-1500 m s. n. m., predomina
un clima megatérmico húmedo, muy benigno, afecta-
do también por la latitud, las corrientes oceánicas y por
encontrarse al abrigo de los sistemas montañosos. Las
temperaturas oscilan entre los 10 y los 20 °C, dependien-
do de la altitud, con fuertes precipitaciones que superan
los 2000 mm anuales, siendo la humedad relativa muy
elevada, superior al 90%. En algunos puntos concretos
pueden registrarse más lluvias (3000 y 6000 mm anua-
les) y temperaturas alrededor de los 25 °C. Al parecer,
en tiempos precolombinos el clima no fue muy diferen-
te al actual. Estas condiciones climáticas favorecen la
presencia de selvas subtropicales de gran biodiversidad
en la región. Sin embargo, hoy en día los colonos de-
forestan gran parte de la vegetación para la extracción
de madera y el cultivo de hierba forrajera, denominada
gramalote.
Nota. a. Desde el sitio de Junguna, donde se aprecia la amplitud del valle y lo
ancho del río, además de lo escarpado de ambas orillas; b. Volcán Sangay des-
de la llanura de Macas, margen izquierda del Upano. A. Sánchez-Polo, 2015.
Figura 1
Vistas del valle del río Upano
Las investigaciones arqueológicas
en el valle del Upano
Hasta ahora, las investigaciones arqueológicas
en el valle del Upano se han centrado en los conjun-
tos de Wapula. Los montículos antrópicos del valle son
construcciones monumentales en tierra que fueron le-
vantadas durante el período prehispánico de Desarrollo
Regional (400 a. C. - 400 d. C.) y al menos reocupadas
en el período de Integración. Tal es el tamaño, la altura
y organización de las plataformas que Prümers (2017,
p. 64) no ha dudado en tildarlas de “impresionantes”,
además de que “forman conjuntos arquitectónicos que
parecen diseñados en un tablero.
En el sitio de Wapula, Porras (1987, p. 33) recono-
ció en 1978 unas 200 de estas estructuras sobre un te-
rreno relativamente plano que, pese a estar en una zona
algo pantanosa, permanece seco aún en las épocas de
lluvia. Este poblado se asienta entre el caudaloso Upano
y un afluente menor, denominado Wapula. Documentó
26 conjuntos que estaban formados por hasta 23 plata-
formas organizadas de forma simétrica, plazas centra-
les, caminos lineales excavados que unían estos conjun-
tos y posibles zanjas de drenaje con sección en V que
concluían en los barrancos (Figura 2). Observó que el
Alejandra Sánchez-Polo y Rita Álvarez Litben
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patrón era el de cuatro plataformas dispuestas perime-
tralmente, formando espacios cuadrangulares y/o rec-
tangulares, donde podría haber otro montículo más alto
pero menor en el medio. En ocasiones, tienen forma de
L o de U. Distinguió tres tamaños en estas plataformas
que por lo general son rectangulares: promedio, 20 x 10
m en la base y 3 m de alto; grande, 21-30 x 11 m y 3-4 m
de alto; monumental, >31 x 15 m y 4 m de alto. Porras
(1987, 1989) excavó una trinchera de 14 x 2 x 3 m en un
montículo del complejo central y hasta 63 sondeos de
1 x 3 o 2 x 2 m repartidos en dos zonas del yacimiento,
al pie de un canal de drenaje (sector 1) y de un camino
(sector 2/3). De este trabajo de campo se obtuvieron 15
dataciones radiocarbónicas que contribuyeron a definir
la seriación cerámica. Ante una complejidad del regis-
tro que se dejaba apenas entrever, Porras insistió en la
necesidad de “mayor colaboración interdisciplinaria,
más análisis de suelo y petrográficos, más investigación
del medio ambiente y otras fechas más de datación ab-
soluta” (1987, p. 15).
Nota. Adaptado de Porras, 1987.
Figura 2
Croquis del sitio de Wapula
A finales de los 90, en el marco del proyecto fran-
co-ecuatoriano liderado por Stéphen Rostain y Ernesto
Salazar, se produjeron avances significativos en cuanto
a la caracterización de los montículos precolombinos
del Upano (Pazmiño, 2009; Rostain, 1999a, 2010; Ros-
tain y Pazmiño, 2013; Rostain y Saulieu, 2013; Velasco,
2021). Realizaron cateos de 1 x 1 en plataformas perime-
trales, una excavación en área en una plaza norte y un
sondeo que dio paso a una excavación en área de una
tola central (Rostain, 1999a). Por otro lado, en la par-
te baja de la plaza central localizaron algunos hoyos de
poste dispersos y rasgos que, si bien dan cuenta del uso
para nada periférico de este espacio, no permiten más
interpretaciones del mismo durante la fase Upano (Ros-
tain, 1999a). En el conjunto de plataformas Kilamope o
Santa Rosa (Salazar, 1998), al sur de Wapula, también
se efectuaron intervenciones arqueológicas. Todo ello
contribuyó a establecer tres grandes fases cerámicas que
corresponden a distintas formas de habitar el territorio:
Sangay o previa a la construcción de los montículos
(700-400 a. C.); Upano, en la que se modifica sustan-
cialmente el paisaje del valle al elevarse las plataformas
y excavar caminos, canales y plazas, sobre todo a par-
tir del cambio de era, con las características cerámicas
pintadas con bandas rojas entre incisiones; Kilamope
(400-700 d. C.) y Huapula (800-1200 d. C.) u horizonte
corrugado (Pazmiño, 2021, p. 135).
Un paisaje monumental prehispánico en la Alta Amazonía ecuatoriana
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Nota. Principales ciudades y vías de comunicación actuales (rojo y negro), sitios arqueológicos conocidos con anterioridad (hexágono azul, punto verde y
punto naranja) y nuevas zonas reconocidas por el proyecto (amarillo, triángulo rosa, rectángulo naranja y punto azul oscuro). A. Ramón, 2015.
Figura 3

Además de los trabajos en Wapula, estos investi-
gadores ampliaron los estudios a otros puntos del valle,
explorando lugares que reportaban los pobladores lo-
cales (Salazar, 2000) y sobrevolándolos (Rostain, 2011,
2012b, 2013; Salazar, 1998). Señalaron así la existencia
de más conjuntos de montículos dispersos entre las
manchas de vegetación, lo que parecía indicar una den-
sidad poblacional aún mayor que la sospechada al inicio
(Figura 3).
Alejandra Sánchez-Polo y Rita Álvarez Litben
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Otras intervenciones de distinta índole han con-
tribuido a localizar más sitios de la cultura Upano en el
valle homónimo. Por ejemplo, en el marco de su tesis
doctoral, Arthur Rostoker (2005) investigó la zona de
Sucúa, en el valle medio del Upano, a orillas del tributa-
rio Tutanangoza. La excavación de varios sectores sobre
los montículos antrópicos apenas deparó material, pero
en las áreas bajas entre ellos apareció mayor cantidad
de cerámicas de estilo Upano, algunas completas. Esta
evidencia permitió a Rostoker (2005, p. 254) interpretar
los montículos como estructuras de uso público cere-
monial en grandes eventos. Así mismo, las dataciones
radiocarbónicas revelaron una construcción más tardía
de estos montículos con relación a Wapula, entre el 70 y
el 650 d. C. (Rostoker, 2005, p. 124). Este trabajo minu-
cioso permitió, por tanto, ampliar las fases constructivas
de las plataformas y alertar de que no fue un fenómeno
homogéneo ni sincrónico en el valle.
El programa de rescate patrimonial efectuado
por el Estado en 2009 también contribuyó a aumentar
los sitios arqueológicos conocidos, además de las varias
intervenciones de contrato que han tenido lugar en la
zona. A pesar de no ser muy prolijas en cuanto a des-
cripciones o descubrimientos, se las considera para ob-
tener más evidencia empírica de los procesos sociales
prehispánicos del área. Por un lado, la del sitio amon-
ticular de Jurumbaino, en la margen izquierda del Alto
Upano, donde se excavaron varios sondeos. Este punto
fue ocupado reiteradamente entre el 2280-2140 cal. a.
C. a 1280-1380 cal. d. C. sin que llegaran a construirse
montículos, pero sus pobladores tuvieron una vajilla de
estilo Upano. Además, se detectaron cenizas del Sangay
en análisis químicos y petrográficos de los suelos (Yépez
Noboa, 2013). Finalmente, un poco más al norte de la
cuenca del Upano, ya en la del Pastaza, la parroquia de
Pablo Sexto encierra interesantes montículos similares
a los de Wapula, que también fueron investigados por
Yépez Noboa (2012). Allí se registraron 72 estructuras
entre plataformas y colinas modificadas, algunas con
sus perfiles.
Aplicaciones de la tecnología Lidar:
breves apuntes de la arqueología del Ecuador
El uso de la tecnología Lidar en arqueología ha
supuesto un gran avance en cuanto a costos, logística,
tiempo y, sobre todo, en la organización de estrategias de
trabajo de campo para lugares de vegetación densa. En
América Latina, las herramientas de teledetección, y úl-
timamente el más novedoso Lidar, se han empleado en
proyectos angloamericanos en Centroamérica (Chase et
al., 2012; Fisher et al., 2017) y otros lugares cubiertos de
vegetación para reconocer amplias superficies debido a
sus ventajas frente a las formas más tradicionales (un
resumen en Castro-Priego et al., 2021, pp. 3-4).
La arqueología amazónica, debido a la propia oro-
grafía y vegetación del terreno, las temporadas lluviosas
o las dificultades de acceso por la logística y problemas
territoriales, no ha dejado de lado tales avances. Si en
un primer momento fue la fotografía aérea la que de-
paró mayores resultados (Rostain, 1994), más tarde se
sumaron los sistemas de información geográfica (SIG)
y la teledetección (remote sensing) mediante los mode-
los digitales de elevaciones (MDE) provenientes de pro-
veedores satelitales como la Shuttle Radar Topographic
Mission (SRTM) de la NASA, entre otros (de Souza et
al., 2018; Heckenberger et al., 2008; Rossetti et al., 2009;
Santos et al., 2018; Saunaluoma y Schaan, 2012). Tras
ellos, los diversos investigadores también han inclui-
do prospecciones pedestres o campañas de excavación
(Iriarte et al., 2021; Prümers, 2017; Saunaluoma, 2012),
lo que ha aumentado significativamente el conocimien-
to en cuanto a formas de subsistencia, rituales funera-
rios y la cronología de las numerosas construcciones de
tierra mediante dataciones radiocarbónicas.
En lo que respecta a Ecuador, la fotointerpreta-
ción aérea ha sido aplicada para el estudio de campos
elevados, los denominados camellones, por ejemplo en
Cayambe (Gondard y López, 2006), aunque también
para el Upano (vid. supra). El uso del escáner láser aero-
transportado proporcionó por primera vez conocimiento
arqueológico al ser empleado durante un levantamiento
con fines geológicos en la cuenca del río Guayllabamba
(Pichincha) por la consultora Technoproject, donde se
descubrieron nuevos montículos artificiales (Svoyski y
Un paisaje monumental prehispánico en la Alta Amazonía ecuatoriana
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Instituto Nacional de Patrimonio Cultural 2023
Romanenko, 2014, figs. 4 y 5). En este estudio, además
de describir la metodología empleada, es interesante ex-
poner las particularidades y errores típicos a base de la
extensa experiencia de campo de los ingenieros. Lidar
y fotografía aérea fueron empleados en el levantamien-
to de 180 km
2
de esta zona encontrando, en el repro-
cesamiento de la malla para crear un modelo digital
del terreno (MDT) final de 0,5 x 0,5 m, un total de 141
montículos rectangulares dispuestos en varias terrazas
3
,
similares en formas y medidas a los del Upano.
Con objetivos arqueológicos y de forma casi para-
lela al aquí presentado, el Instituto Panamericano de
Geografía e Historia (IPGH) efectuó otro proyecto a
partir de diciembre de 2015, con el apoyo del Institu-
to Geográfico Militar (IGM) y la dirección de Almeida
Reyes
4
(2017). En este, se trató de documentar montícu-
los prehispánicos de la cultura Jama-Coaque en Peder-
nales (Manabí) mediante la aplicación del Lidar en 70
km
2
. Se detectaron 26 sitios potenciales que fueron con-
trastados en campo en 2016, confirmando la mayor par-
te de ellos, por lo que pueden ser sumados para los estu-
dios de las formas de poblamiento durante el Desarrollo
Regional de la Costa. En ese mismo año, también en la
zona costera manabita pero hacia la ciudad de Manta,
se aplicó Lidar en el conjunto arqueológico Cerro Ho-
jas-Jaboncillo en 147 km
2
. El estudio de las anomalías
identificó 1100 ha con vestigios constructivos prehispá-
nicos, entre los que se contaban laderas agrarias aterra-
zadas, abancalamientos, rampas y complejos habitacio-
nales, canalizaciones y sistemas viales (Castro-Priego et
al., 2021).
Así en el propio Ecuador, tanto en sitios de den-
sa floresta tropical húmeda como en zonas costeras de
vegetación seca, el empleo de esta tecnología de telede-
tección se muestra como una herramienta muy útil de
cara a la documentación, estudio y protección del pa-
trimonio arqueológico. Así mismo, se posiciona como
un método que permite ahorrar tiempo y costos y que,
de plantear hipótesis adecuadas, es capaz de ofrecer res-
puestas a los investigadores. En cualquier caso, el tra-
bajo de campo sigue siendo una etapa necesaria para la
apropiada interpretación de las anomalías del terreno y
para la contextualización cronológica y cultural de las
mismas.
Primera aplicación de Lidar arqueológico:
proceso de trabajo
En julio de 2015, comenzaron los sobrevuelos
ad hoc para el proyecto INPC-Senescyt de 638 km
2
, en
colaboración con las Fuerzas Armadas del Ecuador. Se
elaboraron después nubes de puntos para 300 km
2
hasta
crear MDT de distintas resoluciones en los que, durante
su procesamiento automático y manual, fueron advir-
tiéndose distintas anomalías no naturales
5
.
Se analizaron los MDT resultantes, de distintos
anchos de malla según el objetivo, con distintos som-
breados para mejorar la visualización de las anomalías
arqueológicas. Se optó por algunos ya constatados para
abordar este tipo de proyectos arqueológicos (Challis et
al., 2011; Štular et al., 2012), y otros que fueron proba-
dos mediante ensayo-error (Figura 4). Se utilizó para
esta tarea el programa Blue Marble Geographics Global
Mapper 16.0.5. Se estudiaron las distintas porciones de
terreno visualizando las ortofotografías georreferencia-
das y los MDT en 2D y 3D de 0,5 m y 1 m
2
de resolución,
empleando los de 2 y 5 m
2
para otros fines que necesi-
taran mayor facilidad de manejo de los MDT. Luego, se
recurrió a distintos análisis del sombreado (View Shed)
para apreciar variaciones del terreno, como las alturas
marcadas en colores, pendientes o las direcciones de
estas (Slope Shader, Elevation Shader, HSV Shader y
Slope Direction Shader), también al cálculo del volumen
de las superficies y a la valoración de los perfiles para
los 300 km
2
planeados en el proyecto inicial (Figura 4).
Finalmente, se identificaron estructuras arqueológicas
visibles en las modificaciones del terreno, tanto formas
positivas como negativas, no relacionadas con actividad
antrópica actual.
3. Desafortunadamente, esta información no consta en ninguna publicación
académica, sino que se localizó en internet (Svoyski, s.f.).
4. Este trabajo fue consultado en internet en noviembre de 2022 (Almeida,
junio, 2017).
5. Los detalles técnicos de días y horas de vuelo, velocidad de la avioneta,
equipo láser, número de reflexiones o densidad de la nube de puntos genera-
da, clasificación automática y manual de los datos del escáner, entre “terre-
no” y “no terreno, o como fueron creados los MDT, pueden consultarse en
los informes depositados en el INPC por la consultora Technoproject (2015a,
2015b, pp. 4-32).
Alejandra Sánchez-Polo y Rita Álvarez Litben
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Un ejercicio muy útil para familiarizarse con el
software fue buscar conjuntos ya registrados (Rostain,
1999b, 2011, 2012b, 2013; Salazar, 1998, 2000, 2008),
de los que se disponía una localización somera en un
croquis, su fotografía aérea y su dibujo a mano alzada.
De esta manera, no solo se logró ubicar georreferencia-
damente los casi 40 conjuntos, sino que también se to-
maron distintas mediciones de las áreas y plataformas.
Como dato curioso, gracias a este reconocimiento se
subsanó una confusión existente en la bibliografía del
complejo “Santa Rosa” (Salazar, 1998), de cuatro plata-
formas simples y simétricas más una central, denomi-
nado después “Kilamope” (Rostain, 1999b), dando lu-
gar a una fase cerámica. De hecho, este conjunto es otro
distinto, conformado por seis plataformas simples, una
de ellas central, descrito así por Salazar (2008, p. 268 y
figs. 15.1 y 15.5).
Nota. Conjunto de plataformas de uno y varios niveles, plazas, terrenos excavados y canales/caminos del sitio Ampush: dos vistas tridimensionales en ma-
rrón (izquierda) y cuatro cenitales con distintas sombras a la derecha (de arriba abajo, Elevation Shader, Slope Shader, Slope Direction Shader y HSV Shader).
Adaptado de imágenes de exhibición en Centro de Investigación de la Memoria y el Patrimonio, por INPC, diciembre 2015.
Figura 4
Distintas vistas del sitio de Ampush
Un paisaje monumental prehispánico en la Alta Amazonía ecuatoriana
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Monumentalidad y grandes asentamientos
en el valle del Upano: una tipología
Desde 2015, numerosos investigadores se han
hecho eco ya, aunque superficialmente, de algunos de
los sorprendentes resultados obtenidos por este proyec-
to. Así, se ha recalcado la importancia de los grandes
asentamientos conformados por cientos de montículos
en el caso de Kunguints (Neves et al., 2021, p. 22; Prü-
mers, 2017, p. 67). También se han expuesto (Pazmiño,
2021, pp. 133, 136–137) varios sistemas constructivos,
los dos primeros conocidos desde que Porras reveló el
sitio de Wapula y, el tercero, mencionado brevemente
por Salazar (2000, p. 40): a) las plataformas y montícu-
los centrales fueron construidos superponiendo capas
de tierra; b) una serie de estructuras requirió la excava-
ción del terreno, principalmente los caminos y las zan-
Elementos positivos
N.° estructuras
individuales
Elementos / km
2
1 Plataformas 5415 18,05
2 Colinas truncadas 1511 5,03
3 Montículos con cimas redondeadas 260 0,86
4 Plazoletas excavadas 157 0,52
5 Terrazas 138 0,46
Total 7471 24,90
Elementos negativos Longitud (en km)
6 Caminos (incluyendo posibles) 300 1
7 Fosos (incluyendo posibles) 22 0,07
8 Drenajes 93 0,31
9 Terraplenes 21 0,07
10 Pendientes cortadas 21 0,07
Total 457 1,52
Conjuntos arquitectónicos 1207 4,02
Asentamientos 30 0,10
Macro asentamientos 10 0,03
jas, pero también las plazas, ahondando en el desnivel
entre montículos y zonas centrales; c) algunas de las pe-
queñas colinas naturales que salpican el paisaje fueron
modificadas, allanando sus cimas.
La información recuperada gracias al Lidar en las
cuencas del Upano y del Chiguaza ha registrado un total
de 7928 anomalías (Woolfson Touma, 2016, pp. 49-50),
entendiendo por estas como “fenómenos irregulares
que aparecen en el relieve natural y que sobresalen en
el suelo físico como rasgos recurrentes” y varias zonas
de concentración de estructuras arqueológicas (Tech-
noproject, 2015a). En una primera clasificación provi-
sional de las anomalías, observando las diferentes imá-
genes del terreno, se distinguieron tres niveles, desde
estructuras elementales” hasta conjuntos y poblados,
bajo el criterio único de ser de origen humano (Tech-
noproject, 2015a, pp. 32-48).
Tabla 1
Resumen de los tipos de elementos distinguidos
Nota. Con su cantidad o km y su densidad en los 300 km
2
estudiados (n.º de elementos/km
2
). Adaptado de Woolfson Touma, 2016, Tablas P3T-1 y 2.
Alejandra Sánchez-Polo y Rita Álvarez Litben
10
Revista Ecuatoriana de Arqueología y Paleontología
Instituto Nacional de Patrimonio Cultural 2023
El análisis de las anomalías
6
se efectuó junto con
el estudio detenido del terreno para familiarizarse con
los rasgos topográficos de cada sector y así diferenciar
las configuraciones propias de la orografía de las que no
corresponden a la geomorfología local. De esta manera,
se detectaron varios tipos de elementos con una mor-
fología recurrente y que pueden clasificarse según pa-
trones geométricos (Figura 5). Igualmente, se hallaron
relieves naturales que fueron modificados intencional-
mente por la acción humana. En este caso, el análisis y
la identificación se basaron en los patrones constantes
de alteración que presentan tanto las cimas como los
costados de las mismas.
Figura 5
MDT del registro de las estructuras arqueológicas del valle del Upano
Nota. A. Ramón, 2015, con idea de Y. Svoyski y E. Romanenko.
6. La siguiente tipología fue realizada mediante varios talleres en los que
se discutió una primera versión elaborada por Svoyski y Romanenko (Te-
chnoproject, 2015a) con base en anomalías geológicas. Esta se amplió con
criterios del equipo de arqueología, la directora del proyecto O. Woolfson y
el asesor científico F. Valdez durante el otoño de 2015 en el INPC (Álvarez
Litben et al., 2015).
Un paisaje monumental prehispánico en la Alta Amazonía ecuatoriana
11
Revista Ecuatoriana de Arqueología y Paleontología
Instituto Nacional de Patrimonio Cultural 2023
Con las formas recurrentes que presentan las
irregularidades identificadas, se efectuó una primera
clasificación básica de las anomalías detectadas (Tabla
1). En primer lugar, se distinguieron las anomalías sim-
ples entre positivas, que requieren levamiento de tierra,
y negativas, basadas en remociones para crear zanjas o
cortar pendientes. En un segundo momento, se recono-
cieron sus patrones de asociación en complejos arqui-
tectónicos y, estos a su vez, en asentamientos o macro
asentamientos. Algunas de estas anomalías y pocas de
sus distintas asociaciones ya se conocían, pero esta es
la primera vez que se describen y sintetizan (Tabla 2),
observándose una extensa variabilidad en las distintas
categorías.
1. Estructuras
elementales
A. Plataformas simples
A1. Cuadrada
Figura 6
A2. Rectangular
A3. Alargada
A4. Ovalada
A5. Irregular
B. Plataformas compuestas
B1. En L
Figura 7B2. En T
B3. En U
C. Plataformas compuestas
de varios niveles
C1. Alargada+cuadrada
Figura 8
C2. Alargada con resaltes
C3. Rectangular escaleriforme
D. Colinas con cimas truncadas
D1. Simple
Figura 9
D2. Compuesta con una
plataforma sobre la cima
D3. Montículo
E. Espacios transformados
E1. Plaza Figura 11: G3
E2. Plazoleta
Figura 10
E3. Terraza
F. Elementos añadidos
F1. Conexiones
F2. Rampas
G. Elementos lineales
G1. Terraplén
Figura 11
G2. Pendientes cortadas
G3. Caminos
G4. Fosos
G5. Canales y drenajes
2. Complejos
arquitectónicos
Plataformas y fosos
Colinas truncadas y fosos circulares Figura 12
Solo fosos
3. Asentamientos Varios complejos organizados Figura 13
4. Macro asentamientos
s de 100 plataformas
organizadas espacialmente
Figuras 14-
19
Tabla 2
Resumen de los subtipos reconocidos
Nota. A. Sánchez-Polo, 2022.
Alejandra Sánchez-Polo y Rita Álvarez Litben
12
Revista Ecuatoriana de Arqueología y Paleontología
Instituto Nacional de Patrimonio Cultural 2023
A. Plataformas simples (Figura 6)
A1. Cuadrada: estructura de tierra en relieve sobre el te-
rreno circundante, cuyos cuatro lados guardan una pro-
porción de 1:1, con ligeras variantes hasta del 10%.
A2. Rectangular: estructura de tierra en relieve sobre
el terreno circundante, cuyos cuatro lados guardan una
proporción regular de entre 1:2 y 1:5, en que su largo es
por lo menos dos veces mayor que su ancho.
A3. Alargada: estructura de tierra en relieve sobre el
terreno circundante, cuyos cuatro lados guardan pro-
porciones de entre 1:5 y 1:10. El largo, siempre mayor
que el ancho, puede alargarse considerablemente, por
lo que estas estructuras a veces no se diferencian de los
terraplenes (descritos más adelante). La adscripción a
uno u otro tipo se hace mediante su contexto.
A4. Ovalada: estructura de tierra en relieve sobre el te-
rreno circundante cuyo radio no es uniforme, sino que
forma una elipse en la cima.
A5. Irregular: estructura de tierra en relieve sobre el te-
rreno circundante sin una forma geométrica clara.
Nota. A1. Cuadrada, A2. Rectangular, A3. Alargada, A4. Ovalada, A5.
Irregular. Adaptado de Álvarez Litben et al., 2015, 3.
a
parte.
Figura 6
Plataformas simples en Slope Direction Shader y en 3D
1. Estructuras elementales
Un paisaje monumental prehispánico en la Alta Amazonía ecuatoriana
13
Revista Ecuatoriana de Arqueología y Paleontología
Instituto Nacional de Patrimonio Cultural 2023
B. Plataformas compuestas (Figura 7)
B1. Con forma de L: dos plataformas alargadas unidas
en un ángulo de 90°, en forma de L. Pueden ser de ta-
maños similares, en cuyo caso se encuentran con mayor
frecuencia en complejos menores, o también una plata-
forma de mayor tamaño que la otra, que suelen locali-
zarse en complejos monumentales.
Figura 7
Plataformas compuestas en Slope Direction Shader y en 3D
Nota. B1. Con forma de L, B2. Con forma de T, B3. Con forma de U. Adaptado de Álvarez Litben et al., 2015, 3.
a
parte.
B2. Con forma de T: dos plataformas rectangulares,
una de menor tamaño que la otra, unida hacia la parte
medial de la de mayor tamaño, dando la forma de T.
B3. Con forma de U: tres plataformas rectangulares
de similares alturas, unidas por los extremos en ángulos
rectos, creando una forma de U, aunque los vértices no
sean del todo redondeados.
Alejandra Sánchez-Polo y Rita Álvarez Litben
14
Revista Ecuatoriana de Arqueología y Paleontología
Instituto Nacional de Patrimonio Cultural 2023
C. Plataformas compuestas de varios niveles
(Figura 8)
Este subtipo ha sido parcialmente descrito por Porras
(1989) y Salazar (2008, p. 266).
C1. Alargada+cuadrada: una plataforma alargada so-
bre la que se ha construido otra de forma cuadrangular
en un extremo, creando así varios niveles.
Figura 8
Plataformas compuestas de varios niveles en Slope Direction Shader y en 3D
Nota. C1. Alargada+cuadrada, C2. Alargada con resaltes, C3. Rectangular escaleriforme. Adaptado de Álvarez Litben et al., 2015, 3.
a
parte.
C2. Alargada con resaltes: una plataforma alargada
con dos cuadrangulares añadidas sobre ambos extremos
mediales de la cima, creando también varios niveles.
C3. Rectangular escaleriforme: una plataforma rec-
tangular sobre la que se añadió otra rectangular más
angosta que ocupa una mitad de la basal. Se crean dos
niveles a lo largo de la plataforma final.
Un paisaje monumental prehispánico en la Alta Amazonía ecuatoriana
15
Revista Ecuatoriana de Arqueología y Paleontología
Instituto Nacional de Patrimonio Cultural 2023
D. Colinas con cimas truncadas (Figura 9)
D1. Colina con cima truncada simple: elevación na-
tural cuya cima fue modificada con la intención de re-
gularizarla y aplanarla completamente. Una variante es
la existencia de una depresión en el centro y un canal de
drenaje a un lado. Con seguridad muchas de estas coli-
nas fueron hummocks volcánicos, como los del Alto Pas-
taza, modificados para aplanarlos (Rostain et al., 2014,
pp. 169-174). Tipos de cimas truncadas según el relieve
de la zona:
a) En zona montañosa con terreno compacto, la
cima de las cuchillas ha sido aplanada.
b) En zona relativamente plana de terreno compac-
to, colinas de aparente aspecto natural con la cima apla-
nada. Trabajos posteriores pueden confirmar el hecho.
Figura 9
Colinas con cimas truncadas en Slope Direction Shader y en 3D
Nota. D1a. En zona montañosa, D1c. En zona plana, D2. Compuesta, D3. Montículo. Adaptado de Álvarez Litben et al., 2015, 3.
a
parte.
c) En zona relativamente plana de terreno no com-
pacto, colinas naturales compactas con la cima plana,
pero con los extremos a veces redondeados.
D2. Colina con cima truncada compuesta: montí-
culo natural cuya cima ha sido aplanada, sobre la que
se construyó una plataforma simple o compuesta. No es
posible afirmar si los actos de aplanar y construir una
nueva plataforma fueron simultáneos o diacrónicos.
D3. Montículo: elementos de tierra pequeños con la
cima redondeada, cuya vista cenital puede ser circular
o irregular. No queda claro si son elementos naturales,
antropizados o totalmente construidos por la mano hu-
mana.
Alejandra Sánchez-Polo y Rita Álvarez Litben
16
Revista Ecuatoriana de Arqueología y Paleontología
Instituto Nacional de Patrimonio Cultural 2023
E. Espacios transformados
E1. Plaza: espacio vacío de forma cuadrangular o rec-
tangular entre las plataformas alineadas en los conjun-
tos.
E2. Plazoleta: espacio cortado en un terreno con relie-
ve que deja una superficie plana, donde además se pue-
de haber rellenado un extremo para ampliar la planicie
regular (Figura 10).
E3. Terraza: espacio horizontal formado por el corte en
una pendiente acentuada. La superficie cortada puede
ser semicircular o poligonal, pero habría que corrobo-
rarlo en el terreno (Figura 10).
F. Elementos añadidos (interiores y exteriores)
F1. Conexiones: elementos de tierra que unen dos pla-
taformas perimetrales en los conjuntos, a una altura
menor, pero que presentan un relieve sobre el entorno
en forma de abancalamientos (Figura 10).
F2. Rampas: prolongación de la plataforma, en forma
de cuña, para crear una vía de acceso. Suele ser una
construcción adicional a la estructura principal.
Figura 10
Elementos añadidos en Slope Direction Shader y en 3D
Nota. E2. Plazoleta, E3. Terraza, F1. Conexiones en rectángulo. Adaptado de
Álvarez Litben et al., 2015, 3.
a
parte.
Un paisaje monumental prehispánico en la Alta Amazonía ecuatoriana
17
Revista Ecuatoriana de Arqueología y Paleontología
Instituto Nacional de Patrimonio Cultural 2023
G. Elementos lineales
G1. Terraplén: estructura de tierra con perfil transver-
sal cónico y longitudinal alargado. Puede aparecer tanto
en los conjuntos como fuera de ellos. No se pueden ana-
lizar individualmente pues a menudo aparecen junto a
fosos, conjuntos o complejos.
a) Terraplenes asociados a fosos, tanto en superficie
plana como en pendiente. Forman un relieve junto a la
depresión del foso, se pueden presentar a uno o a ambos
lados de este (Figura 11). Sugieren la acumulación del
material proveniente de la excavación para conformar
la concavidad.
b) Terraplenes en conjuntos, localizados en los late-
rales de los conjuntos, casi como una plataforma angos-
ta pero más alargada, a veces con cimas planas y otras no
planas. En ocasiones los terraplenes forman los cuatro
lados del conjunto o pueden ser semicirculares creando
una plaza. A veces, integran conjuntos aislados.
G2. Pendientes cortadas: son cortes en las pendien-
tes naturales que se encuentran en contextos especiales
(Figura 11).
G3. Zanjas
a) Caminos: esta es, sin duda, una de las mayores sor-
presas del proyecto. Son zanjas longitudinales, rectas o
curvas que aparecen entre conjuntos o entre áreas con
estructuras aisladas. Su presencia puede estar influen-
ciada por la forma de caminar sobre una misma área por
siglos. Su perfil se asemejaría al de las zanjas excavadas
intencionalmente y suele ser en artesa (Figura 11). Se
han identificado 300 km lineales excavados o creados
entre montículos y se ha observado que no solo unen
conjuntos, sino que también parecen tener continuidad
entre yacimientos. Este tipo de redes viales que conec-
tan conjuntos habitacionales también ha sido identifi-
cado en otros lugares de la Amazonía. En el estado de
Acre (Brasil) conectan poblados circulares de montícu-
los (Circular Mound Villages) distantes a 5 km (Iriarte
et al., 2020).
b) Fosos: zanjas que no unen complejos, sino que deli-
mitan un espacio relacionado a estos (Figura 11). Hay
varios ejemplos:
Fosos que delimitan complejos entre quebradas pe-
queñas.
Fosos que delimitan un espacio entre varios ríos. En
ocasiones hay complejos entre ellos y en otras no.
Como hipótesis, habría que tener en cuenta la fase
de construcción previa Upano y que es posible que
estos elementos diferenciadores se hicieran en ella.
c) Canales de campos y drenaje: zanjas que salen de
un conjunto de plataformas hacia un río, desde una al-
tura más baja que la plaza. A veces es difícil diferenciar
entre camino o drenaje. En el caso de no haber conti-
nuación de la zanja hacia el otro lado de la quebrada, se
tomaría como un drenaje o un sendero, pero no es fácil
distinguir ambos tipos, por lo que es necesario ahondar
en ello en subsiguientes estudios. También puede tratar-
se de un sistema de drenaje en campos particularmen-
te húmedos (Figura 11), de una técnica de manejo de
aguas con un supuesto fin agrícola. Parece que en ejem-
plos puntuales se utilizaron antiguos ríos, reexcavándo-
los para emplearlos en el sistema. El estudio de este tipo
de drenaje debe hacerse junto con el sistema de campos
(Sánchez-Polo, 2015).
Alejandra Sánchez-Polo y Rita Álvarez Litben
18
Revista Ecuatoriana de Arqueología y Paleontología
Instituto Nacional de Patrimonio Cultural 2023
Figura 11
Elementos lineales en Slope Direction Shader y en 3D
Nota. G1a. Terraplén asociado a foso, G1b. Terraplén asociado a conjunto, G2. Pendientes cortadas, G3a. Camino (y sección), G3b. Fosos, G3c. Zanjas de
drenaje. Adaptado de Álvarez Litben et al., 2015, 3.
a
parte.
Un paisaje monumental prehispánico en la Alta Amazonía ecuatoriana
19
Revista Ecuatoriana de Arqueología y Paleontología
Instituto Nacional de Patrimonio Cultural 2023
Figura 12
MDT de un conjunto conformado por colinas truncadas y zanjas
Los elementos anteriormente descritos se en-
cuentran organizados en el paisaje del Upano, agru-
pados en un total de 1207 complejos arquitectónicos
para esta área de 300 km
2
. Ya ha sido descrito su orden
interno más usual, pero gracias al proyecto se identifi-
caron otras combinaciones entre diferentes elementos
simples:
Plataformas, plazas y fosos (Figura 11, G3b)
Plataformas, plazas y vías
Plataformas, plazas, vías, fosos y/u otros elementos
lineales
Plataformas, colinas truncadas, plazas y elementos
lineales
2. Complejos arquitectónicos Colinas truncadas y fosos circulares (Figura 12)
Colinas truncadas y otros elementos lineales
Solo entre fosos
Salazar (2000, p. 40) ya observó que no siempre
las plataformas perimetrales conformaban las plazas de
los conjuntos, o como él los denominó “sitios de mon-
tículos”. Por ejemplo, un camino o reborde de tierra po-
drían funcionar como perímetro.
Los complejos pueden agruparse en asentamien-
tos o encontrarse aislados en distintas zonas, siempre
llanas y cercanas a quebradas. Los conjuntos formados
por colinas truncadas son inéditos hasta ahora en la
Alta Amazonía ecuatoriana (Figura 13), los cuales se
asemejan a los Circular Mound Villages, recientemente
reconocidos en Brasil (Iriarte et al., 2020).
Nota. 
Alejandra Sánchez-Polo y Rita Álvarez Litben
20
Revista Ecuatoriana de Arqueología y Paleontología
Instituto Nacional de Patrimonio Cultural 2023
Figura 13
Mapa de las densidades de estructuras distinguidas en los asentamientos
Es una categoría mayor a la de complejos que re-
úne varios de ellos interrelacionados, conformando una
unidad más o menos diferenciada del entorno. Aunque
en un primer momento se distinguieron 52 asentamien-
tos basándose en pautas flexibles (Technoproject, 2015a,
pp. 39-41), posteriormente se establecieron criterios
más sólidos empleando SIG: 1) la densidad de estruc-
turas (número de estructuras por área); 2) la red fluvial,
que determina la presencia de barrancos profundos y,
por tanto, proporciona unos límites teóricos entre zonas
más o menos planas; 3) las pendientes del terreno y los
3. Asentamientos espacios sin estructuras se consideraron como áreas va-
cías, no habitadas por poblaciones Upano; 4) se añade
el criterio de que suelen contener también caminos y
canales que interconectan distintas zonas de los mismos
(Álvarez Litben et al., 2015, 3.
a
parte, apdo. 4). Siguien-
do estos criterios de base arqueológica, se definieron
30 asentamientos, 25 de ellos en la cuenca del Upano y
los 5 restantes en la del Chiguaza (Álvarez Litben et al.,
2015, 3.
a
parte, apdo. 4, p. 7) (Figura 13).
Alguno de estos asentamientos incluyen comple-
jos antes identificados, como el de Providencia (Salazar,
2008) en Copueno u otros inventariados en el sistema de
registro del INPC, el antiguo Abaco (Figura 3).
Nota. Con indicación de la zona levantada con Lidar y las redes de infraestructuras actuales A. Ramón, 2015.
Un paisaje monumental prehispánico en la Alta Amazonía ecuatoriana
21
Revista Ecuatoriana de Arqueología y Paleontología
Instituto Nacional de Patrimonio Cultural 2023
4. Macro asentamientos
7
Figura 14
Esquema de zonas de mapeo detallado
Sin duda, su registro y definición constituye una
de las aportaciones más relevantes del proyecto. Tal fue
la cantidad de plataformas y otras estructuras observada
durante el procesamiento de las nubes de puntos y los
MDT preliminares que estos grandes asentamientos no
pasaron desapercibidos (Technoproject, 2015a, pp. 41-
47).
Se trata de grandes asentamientos con más de 100
estructuras (5 de ellos) o de varios asentamientos in-
terrelacionados a través de caminos, la topografía y la
cuenca hidrográfica, que forman una unidad coheren-
te. Son 10 macro asentamientos (Figura 14) con más de
100 estructuras, algunos de los cuales además pudieron
estar interrelacionados, como Ampush Alto y Ampush
Bajo, o el formado por los de las orillas del Upano, el
más conocido Wapula. Esta categoría también puede
incluir otras áreas especializadas, como los campos de
cultivo que se han documentado en varias zonas. A con-
tinuación, la Figura 14 sintetiza la información de algu-
nos de los macro asentamientos más singulares (Tech-
noproject, 2015a; Woolfson Touma, 2016):
Nota. 
Technoproject, 2015c en Woolfson Touma, 2016, p. 52.
7. Vale la pena aclarar que, aunque originalmente los consultores las desig-
naron como “ciudades”, “zonas arqueológicas” (Technoproject, 2015a, p. 41
y ss.) o “protociudades” (Technoproject, 2015c), esta terminología no fue
empleada por los arqueólogos debido a la carga semántica de estas deno-
minaciones y a las consecuencias conceptuales que se desprenden de ellas.
Por eso, se optó por términos más neutros como “áreas complejas o estruc-
turadas” (Álvarez Litben et al., 2015, 3.
a
parte, apdo. VII.3), mientras que en
el informe técnico final fueron denominados como “macro asentamientos”
(Woolfson Touma, 2016, p. 53 y ss.), nomenclatura que se ha mantenido en
este artículo.
Alejandra Sánchez-Polo y Rita Álvarez Litben
22
Revista Ecuatoriana de Arqueología y Paleontología
Instituto Nacional de Patrimonio Cultural 2023
Figura 15

Yacimiento Área (km
2
) N.º de estructuras N.º de complejos
Densidad de
estructuras
(por km
2
)
Kunguints 5,8 1099 176 189
Wapula 2,7 474 76 176
Junguna 2,4 402 65 168
Jurumbuno Alto 0,4 54 10 135
Jurumbuno Bajo 0,4 40 5 100
Copueno 3,8 358 26 94
Wampim 3,9 357 95 92
Ampush Bajo 0,8 67 11 84
Ampush Alto 0,7 39 8 56
Mashun 0,6 54 9 90
Nota. En escala de grises, asentamientos que forman parte de un macro asentamiento. Adaptado de Woolfson Touma, 2016, P3T-3.
Un paisaje monumental prehispánico en la Alta Amazonía ecuatoriana
23
Revista Ecuatoriana de Arqueología y Paleontología
Instituto Nacional de Patrimonio Cultural 2023
Kunguints: está ubicado al norte de los ríos Kunguints
y Chiguaza (Figura 16). El asentamiento prehispánico
mide 5,9 x 1,7 km, con un área de 10,03 km
2
. Dentro
de él, se identificaron 1099 estructuras de las que 1071
eran plataformas, 10 montículos, 14 plazoletas, en 179
complejos, y se distinguieron 22,7 km de caminos, te-
rraplenes y zanjas, con una concentración de estructu-
ras de 189 por km
2
. Distintos conjuntos de montículos
que se adaptan a la accidentada topografía del terreno
conforman su interior, sin que se distinga una disposi-
ción radial o central de los mismos. Más bien, forman
agregaciones de montículos, creando redes viales. Este
sitio estuvo inédito en la bibliografía arqueológica al
momento de realizar el proyecto.
Figura 16
Macro asentamiento de Kunguints
Nota. Con los elementos individuales (puntos naranjas) y los conjuntos (polígonos rojos) señalados.
Adaptado de Álvarez Litben et al., 2015, 5.
a
parte, Fig. P5.6.
Alejandra Sánchez-Polo y Rita Álvarez Litben
24
Revista Ecuatoriana de Arqueología y Paleontología
Instituto Nacional de Patrimonio Cultural 2023
Wapula: se han identificado 446 plataformas, 13 coli-
nas truncadas, 7 montículos y plazoletas que se agrupan
en 76 complejos, algunos rodeados por fosos y terraple-
nes, y con una extensa red de caminos que recorre el in-
terior y une otros conjuntos externos (Figura 17). Junto
con Jurumbuno Alto y Bajo y Junguna, todos inéditos
a excepción de algunos conjuntos dados a conocer por
Salazar (1998), forman una red de asentamientos en la
orilla izquierda del Upano que ocupa 10,5 km de largo y
971 estructuras que forman 156 complejos (Figura 18).
Figura 17
Diferentes MDT de Wapula
Nota. a. Elementos individuales (puntos naranjas), complejos (polígonos rojos) y fosos (líneas azules) del mega asentamiento. Adaptado de Álvarez Litben et
al., 2015, 5.
a
parte, Fig. P5.4ª. b. Caminos que recorren el sitio (líneas marrones, seguros, y punteadas, probables) Adaptado de una presentación de resulta-
dos preliminares del proyecto, diciembre 2015.
Un paisaje monumental prehispánico en la Alta Amazonía ecuatoriana
25
Revista Ecuatoriana de Arqueología y Paleontología
Instituto Nacional de Patrimonio Cultural 2023
Figura 18
El macro asentamiento a orillas del Upano
Nota. Se indican los distintos asentamientos individuales de
Jurumbuno Alto, Jurumbuno Bajo, Junguna y Wapula (polígonos rojos). Álvarez Litben et al., 2015, 5.
a
parte, Fig. P5.3.
Alejandra Sánchez-Polo y Rita Álvarez Litben
26
Revista Ecuatoriana de Arqueología y Paleontología
Instituto Nacional de Patrimonio Cultural 2023
Wampim: en la margen izquierda del río homónimo,
permanecía inédito para la arqueología. Alberga más de
357 estructuras entre las que se cuentan 174 montículos
y 6,1 km de caminos, terraplenes y zanjas que se extien-
den por 5 km
2
en un área de 2,5 x 2 km, lo que resulta en
92 estructuras por km
2
(Figura 19).
Figura 19
MDT del macro asentamiento de Wampim
Nota. Se indican los conjuntos (polígonos rojos) que lo conforman.
Adaptado de presentación de resultados, abril 2016.
El escáner láser empleado ad hoc para este pro-
yecto, en una zona relativamente amplia, supuso un
esfuerzo considerable por parte de las diversas institu-
ciones comprometidas. Además resulta que es una de
las más extensas zonas escaneadas por aire en toda la
Amazonía, por lo que los datos aportados abren no solo
un campo de investigación, sino una verdadera venta-
na al pasado precolombino regional. Por comparar con
algún proyecto similar, en tierras bajas uruguayas se es-
tudiaron 386 km
2
, donde se analizaron los patrones de
asentamiento prehispánicos a partir de los “cerritos” o
montículos antrópicos (Gazzán et al., 2022). Deparó el
registro total de 666 montículos, en una densidad de 2,6
montículos por km
2
. Frente a ello, las cifras arrojadas
por este proyecto indican una densidad de elementos
sin precedentes: 7471 anomalías positivas (montículos,
Discusión: un renovado hotspot de alta densidad
poblacional precolombina en la Amazonía
plataformas, cimas truncadas), con una concentración
de 24,9 por km
2
o, si nos atenemos solo a las plataformas
(5415), la densidad es de 18,05 por km
2
.
De nuevo frente a otros proyectos, es tal la varie-
dad de formas elementales y tantas las posibilidades de
agrupación entre ellas que, por fuerza, alguna puede
parecerse a las de otras zonas amazónicas: 11 subtipos
de plataformas simples y compuestas, otros 3 de cimas
truncadas, 5 tipos de excavaciones lineales, etc. Si los re-
sultados en cuanto a número de estructuras reportadas,
kilómetros de caminos, canales y fosos cavados y a va-
riedad tipológica de todo ello es apabullante, también lo
es en relación con otros estudios amazónicos similares.
Por un lado, en otras investigaciones sobre transforma-
ciones a gran escala de los paisajes prehispánicos de la
región apenas se muestran variaciones de los mismos
tipos de estructuras: camellones, plataformas o canales
anulares en Llanos de Mojos (Lombardo et al., 2011) o
en Acre, geoglifos cuadrangulares o circulares, caminos
lineales que relacionan los conjuntos e incluso conjun-
tos circulares formados por montículos irregulares que
terminaron siendo de diferente cronología (Iriarte et al.,
2021). En consonancia con este último trabajo citado,
quizá en el valle del Upano no estemos ante funciones
distintas, sino ante fenómenos de ocupación diacróni-
cos: las colinas truncadas identificadas podrían no ser
sincrónicas a las plataformas monumentales o que en
ciertas áreas se construyeran las plataformas antes que
en otras. Sólo excavando algunas de ellas podrá dirimir-
se esta cuestión.
Por otro lado, hay más similitudes entre el Upano
y otras regiones amazónicas, que quizá indiquen una
idiosincrasia compartida: disposiciones radiales de los
elementos construidos alrededor de plazas, enfatizan-
do espacios despejados y puede que comunales (como
ya anotó Pazmiño, 2021). O zanjas con terraplenes pe-
rimetrales que rodean los conjuntos monumentales y
grandes plataformas de Llanos de Mojos (Prümers et
al., 2022), si bien en el Upano se identificaron apenas
tres conjuntos de este tipo que suelen aprovechar algún
regato o barranco natural, aunque la zanja también se
construya sobre la quebrada (Figura 20). La interpre-
tación de estos últimos conjuntos es problemática, por
lo que requerirá de excavaciones que permitan contras-
Un paisaje monumental prehispánico en la Alta Amazonía ecuatoriana
27
Revista Ecuatoriana de Arqueología y Paleontología
Instituto Nacional de Patrimonio Cultural 2023
Nota. a. En Wampim sin montículos en el interior. Extraída de Sánchez-Polo (2015). b. Cerca de Wapula, con plataformas internas.
Adaptado de Álvarez Litben et al., 2015, 5.
a
parte, Fig. P5.11.
Figura 20
Dos conjuntos con zanjas perimetrales
tarlos con otros sin estos fosos perimetrales (Erickson,
2008, p. 170). ¿Quizá fueran elementos de distinción
ante sus vecinos? o ¿talvez zanjas y plataformas, de ha-
berlas, sean de distintas épocas?
En el Upano resulta muy significativo que se do-
cumenten canales de sección en V y taludes laterales
que parece que funcionaron como desagües de los cam-
pos de cultivo (Figura 21). No se asemejan a los came-
llones de las tierras bajas; son zanjas lineales que cortan
transversalmente estructuras naturales y que van a mo-
rir a un arroyo. Se encontraron en la margen derecha
del Upano (al sur de Macas), en la izquierda hacia la
parte sur del estudio y entre los ríos Wapula y Yukipa,
sin intercalarse entre plataformas, aislados. Sin inter-
venciones arqueológicas en campo, no se puede asegu-
rar que sean estructuras prehispánicas, por lo que habrá
que tomar con cautela esta categoría y las implicaciones
que pudieran derivarse de confirmarlo.
Alejandra Sánchez-Polo y Rita Álvarez Litben
28
Revista Ecuatoriana de Arqueología y Paleontología
Instituto Nacional de Patrimonio Cultural 2023
Nota. a. Orilla derecha sur del río Upano; b. Entre el Upano y Wapula. Adaptado de Sánchez-Polo, 2015, pp. 28 y 41.
Figura 21
En azul, canales de sección en V y en rojo los conjuntos monumentales
Sin duda, la imagen que se tenía sobre el pobla-
miento del valle del Upano se ha modificado con la
introducción de estos macro asentamientos. Ahora
Wapula ha dejado de ser un unicum, un asentamiento
solitario, para ser integrado en una red de complejos,
con mayor o menor cantidad y densidad de plataformas,
pero todos con estructuras similares. ¿Acaso el tamaño
del asentamiento es sinónimo de mayor importancia
política, económica o simbólica?
De esto se deslinda una reflexión: aunque los
asentamientos han sido caracterizados como tales con
distintos criterios, lo cierto es que es un ejercicio de abs-
tracción, teórico y, hasta cierto punto, hipotético. Obvia-
mente hay algunas zonas donde los conjuntos se densi-
fican y se conectan mediante una red de caminos, por
lo que parece que hubo una voluntad de agrupación por
parte de los precolombinos. Sin embargo, también hay
otras zonas donde aparecen asentamientos repartidos
por las tierras más planas del valle en un continuum:
unos más o menos aislados, otros acompañados. No se
puede decir que se dispongan de forma regular por la
zona estudiada, pero sí que la identificación de estos
conjuntos menores o aislados confirma que el Upano
fue una zona intensamente ocupada en tiempos prehis-
pánicos, casi sin precedentes para el resto de la Ama-
zonía. Estas categorías intermedias propuestas, la de
conjunto y asentamiento, son tan necesarias como las
otras para comprender el fenómeno poblacional Upano
de forma más holística y panorámica, siempre conside-
rando que hacen falta excavaciones para dirimir si hubo
desfases cronológicos en la ocupación de unas y otras
zonas.
La constatación de macro asentamientos con alta
densidad de elementos construidos en una zona relati-
vamente pequeña es muy excepcional. De los 30 asenta-
mientos, sin entrar en la clasificación dada, el número
medio de montículos era de 44, habiendo situaciones
excepcionales como los casi 1100 de Kunguints o los 500
de Wapula o los 29 de Yukipa. Además, de la cantidad
de estructuras resulta imperativo resaltar su densidad
Un paisaje monumental prehispánico en la Alta Amazonía ecuatoriana
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Revista Ecuatoriana de Arqueología y Paleontología
Instituto Nacional de Patrimonio Cultural 2023
en los macro asentamientos: desde las 189/km
2
de Kun-
guints o las 100/km
2
de Jurumbuno Alto hasta las 56/
km
2
de Ampush Alto. Sorprendentemente y, al contra-
rio que la cultura Casarabe del altiplano boliviano, la del
Upano no sería un caso de “tropical agrarian low-densi-
ty urbanism” (Prümers et al., 2022, p. 327), sino un “ur-
banismo tropical agrario con alta densidad de estructu-
ras monumentales”. De nuevo, habrá que indagar en los
tiempos de formación de estos macro asentamientos, las
dinámicas de expansión, la simultaneidad de ocupación
de las plataformas o en las funciones diversas que pudo
tener cada una para llegar a tales afirmaciones.
En cualquier caso, las toneladas de tierra removi-
das tanto para excavar canales o caminos como para re-
cortar cimas o elevar montículos indican un énfasis de
los antiguos moradores del Upano en monumentalizar
su paisaje, en hacer visible su presencia y, con seguri-
dad, su forma de vida e identidad. La aparente homo-
geneidad constructiva (patrón 4+1) de las plataformas
y los conjuntos quizá sea signo de una posible direc-
ción gestora temporal en el momento de elevarlas. La
localización de cerámicas de tipo Upano en los Andes
puede deberse a que estos asentamientos se encontra-
ban en una zona de paso estratégica en la ceja de selva,
entre el piedemonte andino y las tierras bajas amazóni-
cas, controlando este territorio e intercambiando obje-
tos y productos. De ahí la necesidad de destacarse ante
quien anduviera por allí. Sin embargo, existen muchas
variaciones de plataformas compuestas en cuanto a ta-
maños y disposiciones que, más bien, podrían indicar
que grupos familiares con un trasfondo cultural común
construyeron por su cuenta los conjuntos, variando su
magnitud y composición según el número de miem-
bros o cuestiones vitales tales como la cantidad de hijos,
desgracias, etc. De momento no es posible dirimir tales
cuestiones sin que medien excavaciones arqueológicas.
Parece que existió una voluntad de monumentalizar el
paisaje, esto es, siguiendo a Criado Boado (2012), que
las zonas ocupadas por estos grupos humanos fueran vi-
sibles para propios y ajenos. Puede que hubiera también
una preocupación por evitar el agua y, por tanto, alguna
motivación funcional para elevar la superficie domésti-
ca. Sin embargo, la insistente construcción de miles de
grandes y altas plataformas también puede interpretar-
se como el deseo de modificar un amplio territorio, en
otras palabras, de humanizar el paisaje, de domesticarlo
(Criado Boado, 1989).
Si ya se prevén aportes interesantes solo a nivel
cualitativo de este proyecto sobre el Upano, el empleo
sistemático de SIG y de la estadística inferencial para
comparar medidas, volúmenes y distintas variables to-
pográficas, hidrográficas o geográficas, sin duda supon-
drá un salto cuántico en el conocimiento generado. Con
el objetivo de caracterizar mejor a la sociedad prehispá-
nica del Upano, con base en estos estudios estadísticos
y geográficos, se podrá valorar, por ejemplo, la cantidad
de toneladas de tierra movilizada para elevar los mon-
tículos o excavar caminos y canales o, de comprobarse
que son campos de cultivo los así interpretados, las hec-
táreas puestas a producir y qué cultivaron. Así, además
de posibilitar interpretaciones de corte social, podrá
definitivamente relacionarse con otras sociedades ama-
zónicas constructoras de montículos o excavadoras de
geoglifos.
Finalmente, en el momento de realizar excavacio-
nes amplias con preguntas concretas de investigación e
hipótesis a probar en estos sitios, con seguridad se despe-
jarán dudas sobre los usos y funciones sociales de las dis-
tintas formas elementales, conjuntos y asentamientos.
Sin duda alguna estos resultados, aún muy pre-
liminares, sitúan al Upano a la altura de otras grandes
culturas y sitios arqueológicos cubiertos por espesa ve-
getación cuyo potencial ha sido redescubierto gracias
al Lidar, como Angkor Wat en Camboya (Evans et al.,
2013), ciudades mesoamericanas y yucatecas (Chase et
al., 2020; Fisher et al., 2017), trincheras de la Segunda
Guerra Mundial (van der Schriek y Beex, 2018) o pai-
sajes de época antigua en el Mediterráneo (García Sán-
chez, 2018; Grammer et al., 2017).
Además de emplear de forma pionera el Lidar en
el Ecuador, el principal aporte de este proyecto ha sido
revelar la diversidad de formas constructivas en tierra
durante la fase Upano, no solo las ya conocidas plata-
formas monumentales y el sitio de Wapula. Las causas
de esta heterogeneidad pudieron ser la cierta distancia
Unas breves conclusiones
Alejandra Sánchez-Polo y Rita Álvarez Litben
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Revista Ecuatoriana de Arqueología y Paleontología
Instituto Nacional de Patrimonio Cultural 2023
Agradecemos la invitación realizada para difun-
dir, tras tantos años, los resultados de este proyecto, lo
cual no había sido posible debido a causas ajenas. El tra-
bajo aquí presentado es también fruto del equipo confor-
mado por las autoras, la consultora Technoproject (Yuri
Svoyski y Ekaterina Romanenko), el arqueólogo Daniel
Soria, la geógrafa Andrea Ramón Sánchez, la geóloga
Tania Elizabeth García y el asesoramiento constante de
Francisco Valdez y Olga Woolfson. Un agradecimiento
especial a Jesús García Sánchez (CSIC-IAM) por sus co-
mentarios, los cuales, sin duda, han contribuido a mejo-
rar sustancialmente el texto original. Agradecemos tam-
bién a los revisores por sus comentarios y observaciones,
indispensables para la mejora sustantiva del artículo.
Agradecimientos
cronológica en su construcción, la adaptación topográfi-
ca de las formas elementales, las necesidades derivadas
del uso de los sitios (ya sean de tipo económico, político,
administrativo o religioso) o las tradiciones constructi-
vas de las distintas comunidades, lo que indica formas
arquitectónicas vernáculas distintivas.
Así mismo, los macro asentamientos de Kun-
guints o Wampim, inéditos hasta el momento en la
Amazonía, serán muy importantes para el debate mun-
dial sobre cómo las sociedades humanas llegan a formar
este tipo de poblados y cómo se han gestionado desde
la Prehistoria a la actualidad (Gaydarska y Chapman,
2022). Su estudio preliminar sin duda también aporta
a la comprensión de las formas heterogéneas de orga-
nización social amazónica, mucho más ricas, comple-
jas y necesarias de prácticas de cooperación, incluso de
confrontación y de rivalidad (Pazmiño, 2021). Y además
a cómo la articulación de estos macro asentamientos y
otros conjuntos cercanos contribuirá al debate de las
densidades urbanísticas (Fletcher, 2009, 2012), ya abier-
to para la Amazonía en un sentido contrario al aquí ex-
presado, en cuanto a las bajas densidades (Prümers et
al., 2022).
Por fin, el Upano se posiciona en el debate amazó-
nico sobre monumentalidad y densidad de asentamien-
tos y sobre la heterogeneidad de modos de gestión y
transformación de los paisajes tropicales prehispánicos.
Fecha de recepción: 22 de diciembre del 2022
Fecha de aceptación: 20 de enero del 2023
Un paisaje monumental prehispánico en la Alta Amazonía ecuatoriana
31
Revista Ecuatoriana de Arqueología y Paleontología
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