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INPC 2024
Instituto Nacional de Patrimonio Cultural
Estado del arte de las bolas de cría de escarabajos peloteros del
Pleistoceno de los Andes ecuatorianos (
Coprinisphaera
)
Este trabajo presenta el estado del arte de las bolas de cría fósiles usuales en la Formación Cangagua (o Cangahua), común-
mente conocidas como “bolas de cangagua”, reconocidas como fósil guía del Pleistoceno superior de los Andes ecuatorianos.
En el país existen dos especies:
Coprinisphaera murguiai
(Roselli, 1939), sinónimo de
Coprinisphaera ecuadoriensis
(Sauer,
1955), y en 2013 se describió una nueva icnoespecie,
Coprinisphaera kitu
, representada por una cámara esférica a subesférica
con una pared discreta y una corona compuesta por una estructura semiesférica en un polo. Ambas icnoespecies,
C. kitu
y
C. murguiai
, pueden constituir dos estadios (bolas cerradas y emergidas, respectivamente) de una única morfología original
(
C. kitu
). El escarabajo productor de
C. kitu
sería el fósil Phanaeini
Phanaeus
violetae
. Teniendo en cuenta el registro fósil de
vertebrados de la Formación Cangagua, perezosos terrestres, mastodontes y caballos podrían haber sido los proveedores de
estiércol. Además, los registros de fitolitos extraídos de los rellenos de las esferas revelaron que las Poaceae estaban incluidas
mayoritariamente en la dieta de los herbívoros que producían este estiércol. Dentro del valle de Quito se ha logrado establecer
un primer modelo de distribución geográfica de bolas
in situ
y con señal de arrastre, que a su vez concuerda con los depósitos
de cangagua eólica y cangagua lacustre, respectivamente.
STRATA, 01-06/ 2024, vol. 2, nro. 1, e15
https://doi.org/10.5281/zenodo.12208381
Periodicidad: semestral - continua
Andes, Formación Cangagua, escarabajo pelotero, icnofósil, Pleistoceno.
Palabras clave:
Revista Ecuatoriana de Arqueología y Paleontología
ISSN 2690-8120
https://revistas.patrimoniocultural.gob.ec/ojs/index.php/Strata
José Luis Román Carrión
Escuela Politécnica Nacional, Quito, Ecuador
joseluis.roman@epn.edu.ec
Resumen
State of the art of the Pleistocene dung beetle brood balls of the Ecuadorian Andes (
Coprinisphaera
)
Abstract
State of the art of fossil brood balls common in the Cangagua Formation (or Cangahua) commonly known as "cangagua´s ball",
are recognized as a guide fossil from the Upper Pleistocene of the Ecuadorian Andes. There are two species in Ecuador:
Coprini-
sphaera ecuadoriensis
(Sauer, 1955) which is synonymous with
Coprinisphaera murguiai
(Roselli, 1939). In 2013 a new ichno-
species was described:
Coprinisphaera kitu
, it is represented by a spherical to subspherical chamber having a discrete wall, with
a crown composed of a hemispherical structure at one pole. Both ichnospecies:
C. kitu
and
C. murguiai
may represent two stages
(closed and emerged balls, respectively) of a single original morphology (
C. kitu
). The
C. kitu
-producing beetle would be the fossil
José Luis Román Carrión
2
Revista Ecuatoriana de Arqueología y Paleontología
STRATA, 01-06/ 2024, vol. 2, nro. 1
Andes, Cangagua Formation, dung beetle, ichnofossil, Pleistocene.
Keywords:
1. Introducción
Las bolas de cría fósiles de escarabajos peloteros,
descritas por primera vez en Argentina y más tarde en
Ecuador, representan las trazas fósiles más abundantes
en los paleosuelos de Sudamérica. Se han registrado
también en Uruguay y Chile desde el Eoceno hasta el
Pleistoceno (Genise, 2004; Sánchez, 2009; Sánchez et al.,
2010, 2013; Zunino, 2013), además de un caso dudoso
en Brasil (Cantil, 2016). Particularmente en el Ecuador,
son conocidas en el norte del callejón interandino como
“bolas de cangagua”, están incluidas en el icnogénero
Coprinisphaera
y son consideradas como un “fósil guía”
del tercer interglacial (Sauer, 1950, 1955, 1956; Hoffste-
tter, 1952), teniendo además una icnofacies dedicada a
ellos (Genise et al., 2000).
A lo largo de las últimas décadas, investigadores
nacionales y extranjeros han publicado trabajos que
han aportado al conocimiento y registro de localidades
y nuevas formas taxonómicas, sin embargo, aún queda
mucho trabajo por hacer, puesto que las zonas mejor
estudiadas son la cuenca del Guayllabamba (provincia
de Pichincha) y el sitio Quebrada Chalán (provincia de
Chimborazo). Por su parte, la colección de paleontolo-
gía de la Escuela Politécnica Nacional (EPN) alberga
una importante subcolección de Icnología, con ejem-
plares recogidos a lo largo de décadas, muchos de ellos
sin datos de recolección. Esta incluye los posibles ejem-
plares “Tipo” descritos por W. Sauer y otros ejemplares
donados. En los últimos años, se ha venido realizando
un esfuerzo por registrar los afloramientos de
Coprinis-
phaera
para determinar un posible patrón y su signifi-
cado geológico.
El objetivo de este trabajo es repasar el estado
actual del conocimiento del icnofósil más común en el
Pleistoceno ecuatoriano, su taxonomía, bioestratigrafía
y paleoambientes relacionados. Además, suma los da-
tos biogeográficos obtenidos en los diferentes trabajos
publicados (incluyendo tesis de pregrado) y en los ejem-
plares de la colección icnológica de la EPN. Con esto,
se espera despertar el interés de nuevos estudios en el
resto del país.
2. Materiales y métodos
La información aquí presentada corresponde a
una revisión de los trabajos más relevantes publicados
en los últimos 100 años, donde se registra la presencia
de las bolas de cangagua. Se ha realizado una exhaustiva
revisión de antigua bibliografía, notas de campo, ade-
más de los avistamientos y comunicaciones personales
de colegas y amigos que han aportado para determinar
su bioestratigrafía. También se repasa la actualización
taxonómica de acuerdo a las propuestas más modernas.
Solo se han tomado en cuenta las tesis de pregrado que
presentan datos de colección claros, con descripciones y
fotografías que permiten aportar a la taxonomía y distri-
bución geográfica de los grupos.
Por otro lado, cada ejemplar depositado en la co-
lección de la EPN ha pasado por una fase de limpieza y
restauración, además de ser medido y etiquetado. Algu-
nos especímenes completos fueron cortados en seccio-
nes longitudinales, que abarcaban el orificio mediano o
la corona, para medir y observar los caracteres internos,
importantes para determinar si se ubican como
in situ
o
rodados. Los ejemplares han sido georreferenciados con
Phanaeini, Phanaeus violetae
. Considering the vertebrate fossil record of the Cangagua Formation, ground sloths, mastodons and
horses could have been the dung providers, and phytolith records extracted from the sphere fills revealed that Poaceae were mostly
included in the diet of the dung-producing herbivores. Within the Quito valley we have been able to establish a first model of geo-
graphic distribution of "in situ" and drag-signal balls, which in turn agrees with the deposits of aeolian and lacustrine cangagua,
respectively.
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Coprinisphaera
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el programa
ArcView
3.2 y, en el caso de los que carecían
de datos de colección, se georreferenció la localidad más
cercana con ayuda de
Google Earth Pro
.
3. Resultados y discusión
3.1. Línea de tiempo en el
estudio de las bolas de cangagua
Las menciones iniciales de las “bolas de canga-
gua” en el país las realizaron Estrada (1941) y Bruet
(1950), pero la primera descripción detallada de este ic-
nofósil del Pleistoceno ecuatoriano la realizó el Dr. Wal-
ter Sauer en el año 1955 (figura 1). La descripción del
material Tipo dice textualmente:
Las esferas (bolas) se encuentran irregularmente
diseminadas en un horizonte de uno a dos metros
de espesor, en medio de la cangagua. Como son
algo más resistentes que la cangagua, fácilmen-
te pueden ser sacadas de la masa circundante y
muestran formas esféricas muy exactas. Su diá-
metro exterior escila ente 5 y 8 cm, predomina el
de 6 a 7 cm. Las esferas fueron originalmente hue-
cas, con espesor del manto de 8 a 12 mm, según
el tamaño de la esfera. La mayoría de las esferas
tiene un hueco redondo en el manto de cerca de 2
cm de diámetro (p. 125).
Al principio, sin tener claro su verdadero origen,
la bautizó como C
oprinisphaera ecuadoriensis,
mencio-
nando además que el escarabajo constructor debe estar
emparentado con el género
Copris
. Más adelante (Sauer,
1956) menciona un posible precursor y se refiere a un
escarabajo pelotero de la subfamilia Coprinae, de la fa-
milia Scarabaeidae.
La localidad Tipo de las bolas de cangagua está
situada en la calle Vargas, en el centro histórico de
Quito (figura 1), el primer sitio con relevancia del pa-
trimonio paleontológico de la ciudad, hoy cubierto por
el urbanismo.
En la hoya del río Guayllabamba, Vera (1977) ob-
servó la presencia de esferas alóctonas en el sector de
la Av. Amazonas y Naciones Unidas (cerca del parque
La Carolina y antigua laguna de Iñaquito) y determi-
nó que el origen del material se encontraría en el sector
occidental de la cuenca, a la altura de la Av. América.
Estableció además un segundo nivel de bolas autócto-
nas en la Av. 6 de Diciembre e Interoceánica. Al final,
Vera y López (1986) sugieren que
C. ecuadoriensis
es un
icnofósil común en la cangagua tipo 4 de desarrollo pe-
dogenético, siendo un depósito secundario de las canga-
guas tipo 1, 2 y 3 que, por la presencia de material orgá-
nico, presenta un endurecimiento marcado. En síntesis,
el período de formación de la cangagua coincide con las
glaciaciones en las cordilleras y en condiciones de clima
frío, seco y ventoso (Hall y Mothes, 1997).
3.2. Marco geológico común de
las localidades portadoras de
Coprinisphaera
A. Estrada (1941) y más tarde W. Sauer (1950)
fueron los primeros en notar la presencia de bolas de
cría fósiles de escarabajos peloteros en la Formación
Cangagua, una sucesión volcaniclástica cuaternaria con
abundantes vertebrados fósiles y ampliamente expuesta
en la depresión o valle interandino Neógeno. Esta cuen-
ca intraarco, orientada de norte a sur, está situada en
la mitad norte del Ecuador central y en la parte sur de
Colombia, entre la cordillera Occidental y la cordillera
Real (figura 2). Coincide con la Zona Volcánica Norte,
que incluye numerosos estratovolcanes de edad Plioce-
no-Cuaternario, y se desarrolló desde el Mioceno tardío
Figura 1
Cangagua eólica con nivel de bolas
N
ota. Calle Vargas, centro de Quito (localidad Tipo). Tomado de Sauer, 1950.
José Luis Román Carrión
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Revista Ecuatoriana de Arqueología y Paleontología
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(Ficcarelli et al., 1992) como una cuenca compresiva de
tipo
push-down
, delimitada por fallas inversas (Lavenu,
2006; Sánchez et al., 2013).
Los restos de mamíferos son los mejor conocidos.
Esta fauna fósil se compone principalmente de Probosci-
dea (mastodontes), Pilosa (milodóntidos), Equidae (ca-
ballos) y una proporción menor de cérvidos, camélidos,
carnívoros, roedores y lagomorfos (Spillman, 1931; Ho-
ffstetter, 1952; Ficcarelli et al., 1992, 1995, 1997; Román
y Lara, 2011; Román, 2012a, b; Moreno y Román, 2017;
Mothé et al., 2017; Román y Brambilla, 2019; LoCoco et
al., 2020; Román y Lara, 2020). Este conjunto de verte-
brados fue asignado a la Edad Mamífero Lujanense de
Sudamérica (SALMA, por sus siglas en inglés) (Ficca-
relli et al., 1992; Coltorti et al., 1998). De acuerdo con
su contenido fósil, la datación isotópica indica una edad
entre el Pleistoceno medio superior y el Pleistoceno tar-
dío para la Formación Cangagua. Bristow et al. (1980)
reportaron una edad mayor a 48,8 ka obtenida de un
fragmento de madera, al este del volcán Ilaló. Conside-
rando los microlitos y la datación termoluminiscente,
Clapperton y Vera (1986) propusieron una edad de entre
100 y 13 ka para la región de Sangolquí (cerca de Quito).
Un rango cronológico entre 260 y 20 ka fue postulado
por Hall y Mothes (1997), según un flujo de ceniza fe-
chado en 211 ka en el área del Cotopaxi. Por su parte,
Moreno y Román (2017) reportaron una datación de 40
630 a. p. (±410)
en esmalte de dentina de équidos de
Figura 2
Mapa de distribución de la Formación Cangagua en la
d
epresión interandina
N
ota. A: Formación Cangagua (área en grises). B: detalle del área de Quito. Principales volcanes (triángulos) y localidades estudiadas (círculos). QCh:
Qubrada Chalán. EPN: Escuela Politécnica Nacional. Adaptado de Sánchez et al., 2013.
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Coprinisphaera
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Quebrada Chalán, Chimborazo. Finalmente, en el año
2015, la Dra. Emily Lindsey de la Universidad de Cali-
fornia obtuvo edades entre 21 900 y 16 640 a. p. (±110)
de muestras de caballos fósiles de Chalán y 19 380 a.
p. (±870) de La Ronda, Quito (comunicación personal,
2015).
El espesor de la Formación Cangagua disminu-
ye paulatinamente hacia el sur (Ficcarelli et al., 1997),
desde unos 100 m en la provincia de Carchi (Baldock,
1982) hasta 22 m en la de Chimborazo. Más localmen-
te, el espesor es variable porque la Formación consti-
tuye el relleno de una topografía irregular que cubre
una discordancia erosiva regional. En la región de San-
golquí-Quito-Guayllabamba cubre depósitos volcani-
clásticos y conglomerados de la Formación Chiche del
Pleistoceno (Clapperton y Vera, 1986). En las ciudades
de Ambato-Latacunga (100 km al sur de Quito) yace
sobre tobas datadas en 1,21 Ma (Barberi et al., 1988),
correspondientes a la Formación Chalupas del Pleisto-
ceno inferior (Lavenu, 2006). Finalmente, en la región
de Alausí-Riobamba cubre conglomerados y piroclásti-
cos de la Formación Palmira del Pleistoceno. El tope de
la Formación Cangagua está generalmente erosionada
y cubierta por depósitos o suelos recientes (Sánchez et
al., 2013). La última fase tectónica comenzó a finales del
Pleistoceno y sigue activa en el norte de los Andes ecua-
torianos (Tibaldi y Ferrari, 1992).
Sánchez et al. (2013) concluyen que los sedimen-
tos de cangagua se acumularon en un entorno volcani-
clástico intermontano situado en los Andes centrales de
Ecuador, a una altura de 2500-2900 m s. n. m. y bajo
condiciones sinérgicas fluctuantes. De forma puntual,
se depositaron en los alrededores de la laguna de origen
glacial que durante el Pleistoceno superior se ubicaba
en lo que hoy es el sector centro y norte de Quito, siendo
arrastrados después a su interior por procesos erosivos.
Finalmente, en el trabajo de Pillajo y Zapa-
ta (2023), se realiza una exhaustiva observación de la
forma de depósito de las tres principales unidades de
cangagua portadoras de fósiles de megafauna en la loca-
lidad de Quebrada Chalán, utilizando para ello los crite-
rios de depositación de las bolas de este estudio.
3.3. Sistemática icnológica
La historia taxonómica de este grupo fue deta-
llada en el trabajo de Sánchez y colaboradores en 2013.
En este mismo aporte, otros trabajos de campo y la re-
visión de las colecciones icnológicas locales revelaron la
presencia de una nueva morfología de bola de cría que
constituye una nueva icnoespecie:
Coprinisphaera kitu
(Sánchez et al., 2013).
Icnofamilia Coprinisphaeridae
Icnogénero
Coprinisphaera
(Sauer, 1955)
Diagnóstico: cámaras esféricas, subesféricas, en
forma de pera y biesféricas con una pared discreta, que
puede estar completamente perforada por un agujero de
tamaño medio (aprox. ¼ de su diámetro) o pueden pre-
sentar una cámara secundaria más pequeña conectada
con la principal por un estrecho pasaje. Las cavidades
internas contienen en su mayoría rellenos pasivos o, en
algunos casos, están vacías. Las cámaras se encuentran
aisladas, en contacto con la matriz rocosa o rodeadas
por una cavidad (Sánchez et al., 2013).
Coprinisphaera murguiai
(Roselli, 1939; Sánchez et al.,
2013) (=
C
.
ecuadoriensis
, Sauer, 1955)
Coprinisphaera ecuadoriensis
(Bellosi et al., 2010; Sán-
chez et al., 2010; Román-Carrión, 2010; Bellosi et al.,
2012)
Diagnóstico: cámaras aisladas de esféricas a
subesféricas que presentan una pared discreta (figura 3).
En uno de sus polos, la pared está completamente per-
forada por un orificio de tamaño medio (aprox. ¼ de su
diámetro) que muestra contorno cilíndrico en sección
longitudinal. No hay restos de una cámara secundaria
ni de estructuras adicionales alrededor del agujero. El
relleno pasivo es la norma (Sánchez et al., 2013).
En 1955, Sauer creó
Coprinisphaera ecuadoriensis
para incluir un número indeterminado de especímenes
de bolas de cría fósiles de escarabajos peloteros de la
Formación Cangagua de Ecuador. Él no designó ningún
holotipo y ningún espécimen fue etiquetado como tal
José Luis Román Carrión
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en la colección. En su trabajo (2013), Sánchez y cola-
boradores designaron lectotipo de
C. ecuadoriensis
a un
espécimen de un lote antiguo que muestra caracteres
diagnósticos (figura 3A), que se parece al espécimen
ilustrado por Sauer (figura 3B, EPN-Icn 002). Los
paralectotipos, algunos de los cuales carecen de ca-
racteres diagnósticos de esta icnoespecie, son quince
(Sánchez et al., 2013, EPN-Icn 007-021, 182).
C. mur-
guiai
(Roselli, 1939) y
C. ecuadoriensis
(Sauer, 1955)
comparten todos los caracteres diagnósticos. En con-
secuencia,
C. ecuadoriensis
se convirtió en sinónimo
subjetivo de
C. murguiai
, que sigue siendo la icnoes-
pecie tipo del icnogénero.
Coprinisphaera kitu
(Sánchez et al., 2013)
Icnofósil descrito en 2013 con materiales registra-
dos dentro del casco urbano de Quito (figura 4), en espe-
cial en su centro histórico y los hallados de forma casual
en la construcción de un edificio del campus de la EPN.
Etimológicamente fue dedicada a la cultura Quitu que
habitó la capital desde el 500 a. C.
Holotipo: un espécimen (EPN-Icn 003, figura 4G,
H) del Pleistoceno de la Formación Cangagua, La Ron-
da, Quito (Pichincha), conservado en la colección de ic-
nología de la EPN, en la misma ciudad.
Figura 3
Coprinisphaera murguiai (= C. ecuadoriensis)
Nota
. A: lectotipo MEPNIcn-002 (Tomado de Sánchez et al., 2013). B: fotografía del ejemplar Tipo (Tomado de Sauer, 1955). C: ejemplar MEPNIcn-186.
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Coprinisphaera
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Figura 4
Holotipo y paratipos de
Coprinisphaera kitu
Nota
. Holotipo (G, H) y paratipos (I–L). G, H: MEPNIcn-003, I: MEPNIcn-001, J: MEPNIcn-004, K: MEPNIcn-005, L: MEPNIcn-006. Tomado de Sánchez et
al., 2013. Se conserva la ubicación original de la lámina.
Paratipos: cuatro especímenes (figura 4I-L) de
la Formación Cangagua del Pleistoceno, campus de la
EPN (EPN-Icn 001) y La Ronda (EPN-Icn 004-006), Qui-
to (Pichincha), alojados en la colección de icnología de
la EPN, en la misma ciudad.
Diagnóstico: cámaras aisladas de esféricas a
subesféricas que tienen una pared discreta y, por lo co-
mún, una superficie plana en un polo. El opuesto pre-
senta una estructura semiesférica, cóncava, parcialmen-
te incluida en la pared, rodeada por un reborde externo.
El centro de la concavidad puede mostrar un pasaje
abierto, algo pequeño, que conecta esta estructura con
la cámara principal. Los especímenes con superficie
plana en un polo muestran la estructura semiesférica
ligeramente desplazada del polo opuesto. El relleno pa-
sivo es la norma.
La corona y la pared de algunos especímenes
(figura 4K) están perforadas por agujeros diminutos
(aprox. 1 mm de diámetro), interpretados como proba-
bles especímenes de
Tombownichnus plenus
(Mikuláš y
Genise, 2003; Sánchez et al., 2013).
Coprinisphaera
ispp.
Sánchez et al. (2013) consideraron como
Copri-
nisphaera
ispp. los especímenes que carecen de carac-
teres diagnósticos para ser incluidos en una icnoespecie
definida (figura 5G, H).
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De manera especial, Sánchez et al. destacan la
presencia de otros icnofósiles en muchos individuos de
las especies arriba descritas, es el caso de: 1. Un espé-
cimen completo (EPN-Icn 122, figura 5G) que muestra
un agujero excavado en la pared que está conectado a
una galería interna en el relleno compatible con
Lazai-
chnus fistulosus
, atribuible a lombrices de tierra (Mi-
kuláš y Genise, 2003; Sánchez y Genise, 2009; Sánchez
et al., 2013). 2. Un
Coprinisphaera
parcialmente roto
(EPN-Icn 058, figura 5H) conserva en su interior otra
traza fósil atribuida a lombrices de tierra,
Castrichnus
incolumis
, que representa una cámara de aestivación
(Verde et al., 2007). 3. La mayoría de los
Coprinisphae-
ra
ispp., tanto completos o fragmentarios, muestran la
pared perforada por pequeños orificios de 3 mm a 14
mm compatibles con
Tombownichnus plenus
(Mikuláš
y Genise, 2003), que podrían haber sido realizados por
organismos invasores.
Sánchez et al. (2013) mencionan además que en
todas las formas de
Coprinisphaera
registraron
Tom-
bownichnus plenus
,
Lazaichnus fistulosus
y
Castrichnus
incolumis
, icnofósiles que sugieren la presencia de clep-
toparásitos y detritívoros, como moscas, otros escara-
bajos peloteros y lombrices de tierra, que componen la
comunidad de excrementos de esos paleoecosistemas.
3.4. Distribución geográfica de
las especies de
Coprinisphaera
y su posible origen
En la cuenca del Guayllabamba
Es la región mejor conocida. Tomando como
punto de partida las observaciones de Vera (1977) y las
nuestras posteriores en el centro y norte de Quito, se
observa en las partes altas de la cuenca que los regis-
tros pertenecen a bolas
in situ
, es decir, que muestran
ninguna o pocas señales de arrastre o redepositación,
con su cámara interna presente o poco alterada. Mien-
tras que en las partes bajas de la cuenca, lo que habría
formado la laguna glacial pleistocénica, las bolas regis-
tradas presentan huellas de redepositación, esto es, con
un relleno diferente al original, con paredes irregulares
y sin la cámara interna. Este mismo patrón lo podemos
corroborar al revisar las hojas geológicas Quito 1:50000,
Quito 1:100000, Sangolquí 1:50000, El Quinche 1:50000
y Chaupicruz 1:25000, donde se observa la presencia
de “depósitos lagunares de ceniza” (cangagua lacustre)
en las partes bajas de la cuenca, atribuidos a la parte
superior de la Formación Cangagua y que constituiría
Figura 5
Variedad de especímenes de
Coprinisphaera kitu
N
ot
a
. A, B:
C. kitu
(EPN-Icn 029) mostrando una cámara de pupación en
forma de pera conservada en su interior. C, D: dos
C. kitu
(EPN-Icn 029,
187) que muestran una cámara de pupación seccionada conservada en su
interior. E: sección longitudinal de un paratipo de
C. kitu
(EPN-Icn 004) sin
orificios y con la disposición original conservada en el interior. Nótese la
textura porosa del relleno, la superficie plana en la base (flecha) y la estruc
-
tura semiesférica desplazada en el polo opuesto (flecha). F:
C. kitu
(EPN-Icn
168) mostrando un
Tombownichnus plenus
cerca de la corona (flecha) y un
agujero en el centro de la corona probablemente realizado por la larva desde
el interior o por invasores. G: C. ispp. (EPN-Icn 122) mostrando
Lazaichnus
fistulosus
. H: detalle de
Castrichnus incolumis
, una cámara de aestivación de
lombrices conservada en el interior del relleno (EPN-Icn 058). Tomado de
Sánchez et al., 2013.
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Coprinisphaera
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sedimento redepositado con la presencia de bolas igual-
mente redepositadas. Mientras que alrededor de los de-
pósitos lacustres se ubica la cangagua eólica con regis-
tros de bolas
in situ
(figura 6).
Tomando en cuenta la descripción original, asu-
mimos que este mismo patrón presentaron los registros
originales de W. Sauer (1955) en la calle Vargas, centro
de Quito, cuando menciona: “las esferas fueron origi-
nalmente huecas”. Es decir, él no observó en su interior
ningún tipo de cámara interna. Cabe mencionar ade-
más que, en la parte sur de la ciudad, a partir del barrio
La Magdalena, los registros de
Coprinisphaera
son es-
casos hasta llegar a desaparecer por completo, tanto en
la cangagua eólica como en la cangagua lacustre. Cabe
mencionar que, para la elaboración del presente trabajo,
no fue posible tomar en cuenta los informes y registros
de la construcción del Metro de Quito. Hay que conside-
rar que detallar la correlación estratigráfica aumentaría
de sobremanera el valor científico del tema, algo que po-
dría considerarse para nuevas tesis y que, por supuesto,
necesitaría otros trabajos de difusión.
Por otro lado, niveles con abundante
Coprinis-
phaera
también han sido registrados en los valles orien-
tales de la ciudad de Quito, especialmente alrededor del
volcán Ilaló (Alangasí, La Merced, Tumbaco, Cumbayá,
río Chiche, Conocoto) y hacia el norte (Guayllabamba,
El Quinche, Tababela, Nayón, Llano Chico, Zámbiza,
Calderón, San Antonio de Pichincha, Pomasqui) (No-
roña, 2021; Chamba, 2022; registros colección icnología
EPN).
Otras localidades del callejón interandino
Carchi:
los trabajos de Ficcarelli et al. (1992,
1995, 1997) y Coltorti et al. (1998) registraron niveles de
bolas en las localidades de quebrada Pistud y San Ga-
Figura 6
Registros de
Coprinisphaera
en el área urbana de Quito
N
ota. En amarillo: registros
in situ
en cangagua eólica. En gris: registros con señales de arrastre en cangagua lacustre. 1: complejo volcánico Pichincha, 2:
volcán Casitagua, 3: centro histórico de Quito, 4: sur de Quito, 5: parque La Carolina,
6
: parque Bicentenario, 7: meseta de Calderón, 8: Llano Chico, 9: Nayón,
1
0: parque Metropolitano.
: cerro Panecillo.
José Luis Román Carrión
10
Revista Ecuatoriana de Arqueología y Paleontología
STRATA, 01-06/ 2024, vol. 2, nro. 1
briel, resaltando su importancia en el reconocimiento
de los interglaciares. Un ejemplar en la colección de ic-
nología EPN de Alor, cantón Bolívar.
Imbabura
: en el trabajo de Sanhueza (2019) se
reporta presencia de estratos de cangagua superficial
con presencia de bolas en los alrededores de San Pablo y
en la colección EPN ejemplares del Río Mira.
Cotopaxi:
en la colección de icnología de la EPN,
encontramos localidades al nororiente de la ciudad de
Latacunga y de Pujilí.
Tungurahua:
los trabajos de Lozada (2019) y
Sanhueza (2019) reportan
Coprinisphaera
cerca de Pí-
llaro con un destacado registro de palinomorfos del in-
terior de las esferas (Sanhueza, 2019).
Chimborazo:
existe un sustancial registro de
Coprinisphaera
en años anteriores (Hoffstetter, 1952;
Sauer, 1950; Mancheno, 1950; Román y Lara, 2011),
pero más detalles de la geología de los depósitos en Que-
brada Chalán se presenta en los trabajos de Sánchez et
al. (2013) y Pillajo y Zapata (2023). Constituyen aportes
significativos a la comprensión del proceso de deposita-
ción de los niveles portadores de fósiles de megafauna.
En la colección EPN existen también ejemplares de la
localidad de Punín.
Algunas de las localidades arriba mencionadas no
presentan mayores datos de colección por ser material
donado, pero dejan la necesidad de nuevas investigacio-
nes. A esto se debe confirmar la posible presencia de
Coprinisphaera
en el Cuaternario de la provincia del
Azuay.
Acerca de su origen
: Sauer (1956) comparó las
bolas de cría fabricadas por
Oxysternon conspicillatum
(como
Phanaeus conspicillatus
F.
, Phanaeini) de Ecua-
dor con
Coprinisphaera murguiai
. Sin embargo, Zunino
(2013) reportó una cabeza de un adulto, que denominó
Phanaeus violetae
(Phanaeini), dentro de un ejemplar de
C. murguiai
de la Formación Cangagua. Si
C. murguiai
representa especímenes emergidos de
C. kitu
, entonces
el productor de esta última icnoespecie sería
Phanaeus
violetae
(Figura 7). Mientras que el estudio del tamaño
de las esferas concluye que herbívoros que proporcio-
naron el estiércol utilizado para el aprovisionamiento
podrían haber sido perezosos terrestres, mastodontes y
caballos (Sánchez et al., 2013).
3.5. Inferencias paleoambientales
a partir de los datos de
Coprinisphaera
La depositación de la cangagua está fuertemente
ligada a los cambios climáticos y a la fuerte actividad
volcánica del Cuaternario en el Ecuador. Su período de
formación coincide con las glaciaciones en las cordille-
ras y en condiciones de clima frío, seco y ventoso (Hall y
Mothes, 1997; Pillajo y Zapata, 2023). El registro de me-
gafauna, pero sobre todo los de micromamíferos fósiles
del Pleistoceno superior realizados en los últimos años
(Román-Carrión, 2012a; Mesías, 2012; Román-Carrión
et al., 2016; Moreno y Román, 2017) revelan un ecosis-
tema de páramo en lo que hoy es el centro y norte de los
valles interandinos.
Sánchez et al. (2013) lograron obtener fitolitos
del interior de
C. kitu
los cuales revelaron que, entre las
plantas fitolíticas, las Poaceae dominaban la dieta de la
megafauna. Por su parte Sanhuesa (2019) obtuvo pali-
nomorfos del interior de
Coprinisphaera
sugiriendo en
ambos casos la presencia de especies vegetales presen-
tes hoy en día en el alto andino ecuatoriano.
Figura 7
Cabeza de
Phaneus violetae
(Coleoptera: Scarabaeinae)
Nota.
Según Zunino, 2013. Fotografía gentileza de Adrián Troya (EPN).
Estado del arte de las bolas de cría de escarabajos peloteros del Pleistoceno de los Andes ecuatorianos (
Coprinisphaera
)
11
INPC 2024
Instituto Nacional de Patrimonio Cultural
4. Conclusiones
Las bolas de cría de escarabajos peloteros son
las trazas fósiles más abundantes en los paleosuelos
del norte y centro del callejón interandino del Ecua-
dor y son consideradas como fósiles guía del Pleisto-
ceno superior.
Existen dos icnoespecies válidas en la Formación
Cangagua del país:
Coprinisphaera murguiai
(Roselli,
1939), que se considera ahora como sinónimo subjetivo
sénior de
Coprinisphaera ecuadoriensis
(Sauer, 1955), y
una nueva icnoespecie,
Coprinisphaera kitu
(Sánchez et
al., 2013), que se distingue de las otras por una estruc-
tura semiesférica, cóncava, parcialmente incluida en la
pared de un polo y rodeada por un borde.
Sánchez et al. (2013) señalan que
C. kitu
y
C. mur-
guiai
podrían representar dos estadios (bolas cerradas
y emergidas, respectivamente) de una única morfología
original (
C. kitu
), fabricada por un único productor que
sería la especie fósil
Phanaeus violetae
descrita por Zu-
nino en 2013.
Hasta ahora se ha logrado obtener valiosa infor-
mación acerca de la paleontología de este grupo, sin em-
bargo, aún quedan muchas preguntas por contestar en
todo nivel, en especial en los valles orientales de Quito
y en localidades fuera de la cuenca del Guayllabamba.
Definitivamente son necesarias nuevas investigaciones,
tanto locales como regionales, por lo que desde las uni-
versidades pedimos el apoyo a las diferentes entidades
que coordinan y gestionan el patrimonio paleontológico
del país para que los años venideros sean prósperos en
estudios científicos en este campo.
Figura 8
Reconstrucción del ecosistema pleistocénico de los valles interandinos del Ecuador
N
ota. Ilustración por Pablo Lara. Tomado de Sánchez et al., 2013.
Fecha de recepción: 16 de abril de 2024
Fecha de aceptación: 12 de junio de 2024
José Luis Román Carrión
12
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5. Agradecimientos
Por el apoyo infinito a Ramón Vera, Adrián Troya,
Pablo Lara, María Soledad Solórzano, María José Cal-
derón, Samuel Román, Alejandro Mesías, Juan Vizue-
te, José Aguirre, Pablo Moreno, Victoria Sánchez, Jorge
Genise, Liliana Cantil, Eduardo Bellosi, Ana Cabero,
Roxana Lasluisa, Katherine Moreno, Paul Gamboa,
Leidy Zapata, Evelyn Pillajo, Damon Bell, Byron Rodrí-
guez, Isaac Llulluna, Eliana Jiménez, Eliana Noroña,
Esteban Benalcázar, Estefanía Mejía, Daniel Chamba,
Camilo Zapata, Sebastián Padrón, Vladimir Carvajal,
Camila Bustamante y Emilio Bustamante.
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