Una visión panorámica de la arqueología amazónica de Ecuador
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Revista Ecuatoriana de Arqueología y Paleontología
Instituto Nacional de Patrimonio Cultural 2023
zonas donde van a intervenir (i.e. Arellano, 2000, 2003,
2008, 2009, 2013, 2014, 2019; Arellano y Tamayo, 2004;
Aguilera, Arellano y Carrera, 2003; Delgado, 1999, 2004;
Echeverría, 1999; Ledergerber, 1995; Salazar et al, 1999;
Constantine y Ugalde, 2012; Ivanhoe, 2009, 2012; Sán-
chez, 2014; Ugalde, 2014a; Cabrero, 2014).
En relación con la práctica de la arqueología de
contrato y sus consecuencias, hace doce años afirmé en
un artículo que “nunca ha habido tanto dinero puesto al
servicio de la investigación arqueológica, pero al mismo
tiempo nunca ha habido una producción arqueológica
tan poco útil para el conocimiento de la historia antigua
de los pueblos prehispánicos” (Valdez, 2010, p.16). Por
desgracia hasta el día de hoy, y con la disminución de
fondos asignados, la situación no ha cambiado sustan-
cialmente y parece que no lo hará en un futuro cercano.
Desde ya se puede afirmar que la primera limitación
que se tiene, sobre la arqueología del sector norte
de la Amazonía, es la falta de sistematización de
la información arqueológica recabada desde la dé-
cada de 1980 en la selva alta y en la selva baja de
las provincias antes mencionadas. Ferrán Cabrero
coincide en este punto, pero es algo más optimista en
cuanto al conocimiento de la llamada fase Napo (Cabre-
ro 2014, pp. 390-396), es decir que, si se lee entre líneas y
se exprime la información de tanto informe contratado,
se puede sacar conclusiones subjetivas sobre determi-
nados casos. Pero eso involucra la capacidad de tener a
disposición los informes respectivos y de trabajarlos de
una manera en que los propios autores no lo hicieron en
su momento.
En la parte centro y sur de la Amazonía ecuatoria-
na se ha practicado lo que se conoce como “arqueología
académica”, que se puede definir genéricamente como
los estudios que surgen de algún tipo de problemática
planteada por arqueólogos profesionales, que trabajan
en una institución pública o privada (universidades o
institutos de investigación científica). En muchos ca-
sos este tipo de arqueología la realizan institutos o uni-
versidades (locales o extranjeras) que se encargan de
financiar proyectos específicos y eventualmente de su
difusión. Para el caso de la arqueología del sector norte
hay pocos ejemplos, pero probablemente los más signi-
ficativos son los del arqueólogo Jorge Arellano, vincu-
lado a la Smithsonian Institution, o los de la arqueóloga
colombiana Andrea Cuéllar. Las tesis y publicaciones
efectuadas por algunos autores tratan de temáticas es-
pecíficas o hacen un intento de comprender la crono-
logía y los modos de vida de los pueblos de la selva (i.e.
Yépez, 2000; Constantine, 2004; Lara, 2009; Serrano,
2014; Cabrero, 2014). Otros estudios han tratado de te-
mas concretos relacionados con el arte rupestre en las
provincias orientales (Porras, 1972, 1985; Saulieu y Du-
che, 2007; Ortiz, 2011; Duche y Saulieu 2001; Ugalde,
2011b). En los últimos años, estudiantes de la Pontificia
Universidad Católica del Ecuador (PUCE) han contri-
buido al conocimiento de la arqueología amazónica y
esta es quizá la institución académica nacional que más
lo ha hecho. En el plano profesional, hay una serie de
estudios efectuados por colegas nacionales o extranje-
ros, en el marco de proyectos de investigación que han
producido trabajos de calidad y que sirven para sistema-
tizar el conocimiento en determinados sectores o pro-
vincias (i. e. Lara, 2010, 2012; Serrano, 2014; Cabrero,
2014; Saulieu y Duche 2007; Ugalde 2011b, 2014a; Ros-
tain y Saulieu, 2013).
Entre las instituciones extranjeras, los estudios
más importantes realizados en los últimos 30 años son
los efectuados por el IFEA junto con la PUCE en la
cuenca del Upano: proyecto arqueológico Sangay-Upa-
no, codirigido por Ernesto Salazar y Stéphen Rostain
(1995-1998). Igual mención corresponde a los estudios
efectuados por el Institut de Recherche pour le Dévelo-
ppement (Instituto de Investigación para el Desarrollo,
IRD, de Francia) en la provincia de Zamora Chinchipe
(2000-2021). En ambos casos, las investigaciones se rea-
lizaron en el centro y sur de la Amazonía ecuatoriana,
con financiamiento externo y la participación parcial
de una o varias instituciones locales. Estos estudios han
tenido seguimiento de otros organismos nacionales y
extranjeros, como el INPC o el Centro Nacional de In-
vestigaciones Científicas (CNRS) de Francia, y han dado
lugar a un sinnúmero de publicaciones y de informes
institucionales. Por la trascendencia que estos estudios
han tenido en el conocimiento de la antigua historia
amazónica del país, se presentarán algunas reflexiones
sobre las implicaciones que estos tienen para el cono-
cimiento amplio de la Amazonía y para el futuro de la