1
INPC 2023
Instituto Nacional de Patrimonio Cultural
Andrés Garzón-Oechsle
Florida Atlantic University, Boca Ratón, EE. UU.
agarzonoechs2014@fau.edu
Erik Johanson
Florida Atlantic University, Boca Ratón, EE. UU.
ejohanson@fau.edu
Valentina Martínez
Florida Atlantic University, Boca Ratón, EE. UU.
vmartine@fau.edu
Los manteños de Bola de Oro y su resiliencia al cambio climático:
reconstrucción cronológica de modificaciones agrícolas a través de
modelado de edad-profundidad y análisis de abundancia de carbón
Un paisaje modificado de terrazas de cultivo y albarradas en la cordillera Chongón-Colonche en el sur de Manabí indica un
cambio en las prácticas agrícolas manteñas (ca. 650-1700 e. c.). Este giro debe entenderse como una respuesta social a través
del tiempo a la escasez y abundancia de lluvias por un clima en constante cambio durante el Holoceno tardío. Los resultados de
excavación, datación por radiocarbono, modelado de edad-profundidad y análisis de abundancia de carbón como un indicador
del uso del fuego en tres modificaciones manteñas identificadas a través de Lidar y reconocidas en el campo en la montaña Bola
de Oro respaldan las siguientes interpretaciones. Bola de Oro fue ocupada por los manteños ca. 900 a 730 años cal. a. p. (1050-
1220 e. c.) durante sequías constantes atribuidas a la Anomalía Climática Medieval (ACM). La implementación de terrazas de
cultivo reforzadas con piedra comienza ca. 610-545 años cal. a. p. (1340-1405 e. c.) y muestra un uso constante del fuego du-
rante el siglo XV. Esta sólida inversión fue una adaptación a sequías prolongadas e inundaciones extremas ocasionales debido
a una gran inestabilidad en El Niño-Oscilación del Sur (ENOS) durante los siglos entre la ACM y la Pequeña Edad de Hielo
(PEH). Una pausa en el uso del fuego durante el siglo XVI indica el regreso de condiciones húmedas asociadas a la PEH. El
auge del uso del fuego marca el final de la ocupación a finales del siglo XVI y principios del XVII. Toda actividad cesa durante
los siglos XVII y XVIII hasta el regreso de poblaciones descendientes en la segunda mitad del siglo XIX. El éxito manteño en un
clima en constante cambio se puede atribuir a su esfuerzo por transformar el entorno más resistente del territorio a las sequías
prolongadas y las inundaciones extremas de ENOS en un paisaje humano.
Resumen
STRATA, 07-12/ 2023, vol. 1, nro.2, e11
https://doi.org/10.5281/zenodo.10246526
Periodicidad: semestral - continua
manteños Ecuador, cambio climático, resiliencia, Anomalía Climática Medieval, Pequeña Edad de Hielo,
El Niño-Oscilación del Sur.
Palabras clave:
Revista Ecuatoriana de Arqueología y Paleontología
ISSN 2690-8120
https://revistas.patrimoniocultural.gob.ec/ojs/index.php/Strata
Andrés Garzón-Oechsle, Erik Johanson y Valentina Martínez
2
Revista Ecuatoriana de Arqueología y Paleontología
STRATA
A modified landscape of cultivation terraces and water retention ponds in the Chongón-Colonche Mountains in southern Manabí
indicates a change in Manteño agricultural practices (ca. 650-1700 CE). This change over time must be understood as a social
response to the scarcity and abundance of rainfall due to a constantly changing climate during the late Holocene. Results from ex-
cavation, radiocarbon dating, age-depth modeling, and charcoal abundance analysis as an indicator of fire use at three Manteño
modifications identified via LiDAR and surveyed in the field at Bola de Oro Mountain support the following interpretations. Bola
de Oro was occupied by the Manteños ca. 900 to 730 cal. yr BP (1050-1220 CE) during constant droughts attributed to the Medie-
val Climate Anomaly (MCA). The implementation of stone-reinforced cultivation terraces began ca. 610-545 cal. BP (1340-1405
CE) and shows consistent use of fire through the 15th century. This robust investment was an adaptation to prolonged droughts
and occasional extreme floods due to high instability in the El Niño-Southern Oscillation (ENSO) during the centuries between
the MCA and the Little Ice Age (LIA). A pause in the use of fire during the 16th century indicates the return of humid conditions
associated with the LIA. The rise of the use of fire marks the end of the occupation in the late 16th and early 17th centuries. All
activity ceased during the 17th and 18th centuries until the return of the descendant populations during the second half of the 19th
century. Manteño's success in an ever-changing climate can be attributed to their investment in transforming the territory's most
resilient environment to prolonged droughts and extreme ENSO flooding into a human landscape.
Ecuadorian Manteños, Climate Change, Resilience, Medieval Climate Anomaly, Little Ice Age,
El Niño-Southern Oscillation.
Keywords:
The Bola de Oro manteños and their resilience to climate change: chronological reconstruction of agricultural
modifications through age-depth modelling and carbon abundance analysis
Abstract
Introducción
El cambio climático se ha convertido en una parte
integral de nuestra lengua vernácula, ya que sus con-
secuencias globales son difíciles de ignorar. Con esta
creciente conciencia, existe una necesidad urgente de
analizar las relaciones pasadas entre sociedades hu-
manas y el medio ambiente para comprender estrate-
gias sociales de resiliencia climática. Reconstrucciones
paleoambientales combinadas con datos arqueológicos
pueden servir para este propósito. Desafortunadamente,
nuestra atención se ha centrado en las deficiencias de
civilizaciones pasadas para mantener sus sistemas so-
ciales al enfrentarse a cambios climáticos. El “colapso”
(Bahn y Flenley, 1992; Diamond, 2005; Foot, 2007) se ha
convertido en un término que simplifica el desarrollo de
historias de interacciones complejas entre sociedades y
el ambiente, dando al continente americano y los trópi-
cos la reputación de ser lugares donde las civilizaciones
antiguas no perduraron.
La cultura manteña de la Costa ecuatoriana sub-
sistió durante un milenio en el neotrópico, en las cer-
canías del sistema climático más influyente del planeta:
El Niño-Oscilación del Sur (ENOS). Desde el siglo VII
hasta el siglo XVII (Touchard-Houlbert, 2010), las for-
mas de vida y las interacciones manteñas con sus am-
bientes costeros y montañosos tuvieron que responder
a condiciones cambiantes de temperaturas superficia-
les del mar y ausencia o exceso de lluvias dictadas por
la fase e intensidad de ENOS. El dominio de los di-
versos ecosistemas en su territorio y sus sólidas redes
sociales que conectaron estos paisajes les permitieron
adaptarse (Martínez et al., 2006). Cambios en conjun-
tos cerámicos (Estrada, 1957; Mester, 1990; Paulsen,
Los manteños de Bola de Oro y su resiliencia al cambio climático
3
INPC 2023
Instituto Nacional de Patrimonio Cultural
1970; Rowe, 2005), formas arquitectónicas (Bohórquez,
2012; Garzón-Oechsle, 2018; Garzón-Oechsle et al.,
2020; Guinea, 2010; Martínez, 2019; McEwan, 2003;
Rodríguez, 2013), patrones de asentamiento (Delgado,
2009; Garzón-Oechsle, 2018; Graber, 2010) y estrategias
agrícolas (Marcos, 1993) son evidencia de adaptaciones
coherentes a los cambios en el comportamiento de la
oscilación climática. Específicamente, parece haber un
período de reorganización social y política durante el
siglo XII, enfatizado en los sitios del interior ubicados
en elevaciones más altas (McEwan, 2003; Marcos, 1973;
Touchard-Houlbert, 2010).
Sin duda, la clave del éxito manteño fue una in-
versión monumental para transformar las elevaciones
de las montañas Chongón-Colonche en espacios para
la producción de alimentos y centros poblacionales
(Delgado 2009; Estrada y Evans, 1963; Garzón-Oechsle,
2018; Holm, 1982; Marcos, 2005; Martínez, 2019). Este
terreno abrupto no era el más rentable en comparación
con los grandes valles fluviales y las bahías costeras
en elevaciones más bajas, sin embargo, era el más re-
sistente (Garzón-Oechsle, 2023) a sequías prolongadas
(Seager et al., 2008; Sellies et al., 2016) e inundaciones
devastadoras (Billman y Huckleberry, 2008; Cobb et al.,
2003; Conroy et al., 2008; Moy et al., 2002; Prieto et al.,
2017) inducidas por ENOS que afectaron a la región du-
rante el Holoceno tardío. Una cronología detallada de la
ocupación manteña en las elevaciones de esta cordille-
ra que considere los períodos de la Anomalía Climática
Medieval (ACM, ca. 950-1250 e. c.) y la Pequeña Edad de
Hielo (PEH, ca. 1400-1700 e. c.), y su impacto en el com-
portamiento de ENOS, es crucial para una comprensión
completa de esta historia de resiliencia climática.
Este estudio tiene como objetivo generar una me-
moria del uso del fuego como una herramienta de des-
monte en contextos agrícolas del cerro Bola de Oro en
el sur de Manabí, como indicador de condiciones secas.
Utilizando frecuencias de abundancia de carbón gen-
eramos un modelo edad-profundidad apoyado en data-
ciones radiocarbónicas de suelos extraídos de dos ter-
razas de cultivo y una albarrada. Los picos de frecuencia
de carbón asociados a sus respectivas edades-profundi-
dad calibradas y modeladas revelan la presencia de in-
cendios antropogénicos con la posibilidad de evidenciar
la quema inicial, el mantenimiento posterior asociado a
las estaciones secas y el eventual retorno de poblaciones
descendientes. Al mismo tiempo, la ausencia de carbón
muestra el cese del fuego, el cambio de estrategia agríco-
la debido a la presencia de humedad y el momento de
abandono.
Los resultados de este estudio brindan una pri-
mera aproximación al sistema agrícola manteño en los
bosques húmedos de Bola de Oro a través del tiempo
y el espacio y, con ello, una oportunidad para explorar
procesos de adaptación productiva a cambios climáticos
significativos en las proximidades de ENOS. El milenio
de historia manteña se puede entender mejor a través
del lente de cambios climáticos globales ocurridos du-
rante el Holoceno tardío, su influencia en las fases y
severidad de ENOS y las adaptaciones sociales al exceso
y escasez de lluvias.
Interacciones entre los manteños y
la cordillera Chongón-Colonche
Sitios manteños con cimientos de piedra han sido
reportados en gran cantidad en el bosque nuboso de la
montaña Bola de Oro en el sur de Manabí (Constantine,
2006; Damp, 1984; Garzón-Oechsle, 2018; Garzón-Oe-
chsle et al., 2020; Graber, 2010, 2016; Martínez, 2019)
y los bosques semihúmedos y secos del macizo de Ho-
jas-Jaboncillo en el centro de Manabí (Bohórquez, 2013,
2013b; Delgado, 2009; Jijón y García, 2018b; López,
2008; Lunniss, 2010, 2013; Saville, 1910; Veintimilla,
2011, 2013). Estos importantes conjuntos arquitectóni-
cos están asociados a los cacicazgos etnohistóricos de
Salangome y Picoazá, respectivamente, observados por
exploradores españoles durante el siglo XVI (Cabello
Balboa, 1951/1586; Sámano, 1937/1528).
La aplicación de Lidar aéreo en el centro de
Manabí por parte del Instituto Geográfico Militar ha
revelado la magnitud del paisaje modificado en estos
asentamientos (Castro et al., 2021; Jiménez, 2016). Utili-
zando esta tecnología de teledetección, se han determi-
nado extensas redes de terrazas, albarradas y canales de
riego en centros manteños ubicados en Hojas-Jaboncillo
(Castro et al., 2021; Jijón y García, 2018a, 2018b). Simi-
Andrés Garzón-Oechsle, Erik Johanson y Valentina Martínez
4
Revista Ecuatoriana de Arqueología y Paleontología
STRATA
larmente, un levantamiento Lidar con dron de áreas ale-
dañas a la arquitectura manteña en Bola de Oro reveló
modificaciones parecidas (Garzón-Oechsle, 2023).
Las terrazas son la anomalía más común y for-
man una parte central del sistema agrícola manteño. El
control de erosión, microclima, humedad y la profun-
dización de suelos de cultivo son las funciones princi-
pales que dicta la morfología de una terraza (Miller y
Gleason, 1994). Las terrazas agrícolas análogas en tiem-
po y espacio mejor estudiadas son las incas, que incluy-
en bancas o contornos lineales, campos secos inclinados
en pendientes y terrazas tipo fondo de valle (Miller y
Gleason, 1994).
En Hojas-Jaboncillo (Bohórquez, 2013; Castro et
al., 2021; Jijón y García, 2018b; Veintimilla, 2013) y en
Bola de Oro (Garzón-Oechsle, 2018), se ha documen-
tado en el campo segmentos de bancas y terrazas in-
clinadas de campo seco en áreas residenciales. Sin em-
bargo, la mayoría de las terrazas vistas con el Lidar en
Hojas-Jaboncillo se encuentran en pendientes suaves y
en amplios valles fluviales (Castro et al., 2021; Jijón y
García, 2018b). Estas encajan en la categoría de fondo
de valle porque son más extensas, de menor relieve y
siguen drenajes naturales en lugar de contornos mon-
tañosos. Terrazas inclinadas de campo seco y de fondo
de valle han sido observadas a través de Lidar y verifi-
cadas in situ en Bola de Oro (Garzón-Oechsle, 2023). En
años anteriores, ya varios arqueólogos han interpretado
la presencia de terrazas como una adaptación para max-
imizar la producción agraria al capturar la humedad de
las lluvias estacionales y de la niebla costera durante
la estación seca, como respuesta a un clima cada vez
más árido (Estrada y Evans, 1963; Holm, 1982; Marcos,
1993).
Adicionalmente, la verificación pedestre de depre-
siones adyacentes a arquitectura manteña observadas
en el Lidar de Bola de Oro reveló concavidades artifi-
ciales en elevaciones de hasta 200 m s. n. m. (Garzón-
Oechsle, 2023). Estos estanques de retención de agua
o albarradas forman parte de una estrategia estableci-
da desde el Formativo, por las culturas precolombinas
de la Costa, para capturar y almacenar la lluvia esta-
cional en elevaciones más bajas y secas (Marcos et al.,
2004). Además, registros españoles notaron la presencia
de grandes albarradas en pueblos manteños llamadas
jagüeyes, en elevaciones bajas y en ambientes más secos
(Zárate, 2022/1555). La existencia de estas estrategias de
ahorro de agua en el bosque nuboso sugiere condiciones
pasadas más secas.
El monumental esfuerzo de remover y rellenar
suelos para crear un paisaje modificado para la produc-
ción agrícola y el almacenamiento de agua es equiva-
lente al esfuerzo masivo de alterar el terreno para erigir
arquitectura con cimientos de piedra (Garzón-Oechsle,
2018). El manejo manteño sobre el territorio significó la
transformación de un paisaje abrupto y restringido en
verdaderos centros poblacionales de producción vertical.
Los suelos que componen estas terrazas y albarradas de-
berían proporcionar contextos encapsulados con pistas
que detallen su construcción, uso y abandono final.
Análisis de la memoria del fuego manteña
La historia de incendios antropogénicos y natu-
rales de una región ofrece pautas para reconstruir no
solo su paleoambiente sino también para entender el
comportamiento de poblaciones antiguas y sus inter-
acción con el medio, con ejemplos en las Américas en
bosques templados (Gavin et al., 2007; Horn y Under-
wood, 2014; Lindskoug y Marconetto, 2019), bosques
tropicales (Arroyo-Kalin, 2011; Bush et al., 2016; Ham-
mond et al., 2006; Johanson et al., 2019, 2020; Titiz y
Sanford, 2007) y sabanas (Iriarte et al., 2012 ). Las
partículas de carbón producidas por incendios locales
y regionales que se asientan en suelos y sedimentos de
una región pueden recuperarse, medirse y fecharse para
producir historiales ígneos. Para esto es necesario un
conocimiento profundo de la zona, ya que el origen del
fuego puede ser natural o antrópico y variar según el
clima, la topografía y la actividad humana (Whitlock y
Larsen, 2001). La mayoría de los análisis de abundancia
de carbón para generar historias de incendios se reali-
zan en sedimentos lacustres porque estos representan
toda el área de captación, tienden a asentarse uniforme-
mente y tienen buena preservación.
La geología y el clima de Chongón-Colonche no
son propicios para el mantenimiento permanente de
lagos, humedales o lagunas. La región sufre un déficit
Los manteños de Bola de Oro y su resiliencia al cambio climático
5
INPC 2023
Instituto Nacional de Patrimonio Cultural
hídrico por estar desconectada de los Andes y ser ali-
mentada exclusivamente por lluvias estacionales (Ca-
dena, 2012; Campos y Mendoza, 2018). Sin embargo, la
reconstrucción de la historia de incendios a través del
análisis de carbón también es posible en suelos terres-
tres, con ejemplos exitosos en EE. UU. (Horn y Under-
wood, 2014), Costa Rica (Titiz y Sanford, 2007), Guay-
ana (Hammond et al., 2006) y Argentina (Lindskoug y
Marconetto, 2019). Los procesos tafonómicos tienden
a hacer que estos resultados tengan menor resolución
temporal, pero aún pueden proporcionar evidencia
valiosa de incendios si se complementan con fechas de
radiocarbono absolutas.
Las modificaciones manteñas en Bola de Oro
brindan una oportunidad para ubicarlas dentro de
una cronología concisa, ya que el fuego fue una parte
integral en antiguos procesos agrícolas en el neotrópi-
co (Clement y Horn, 2001; Johanson et al., 2019, 2020;
Rue et al., 2002). Lo más probable es que la quema fue
una herramienta utilizada por los manteños cuando el
clima era propicio para esta actividad. La gente de Río
Blanco, cerca de Bola de Oro, solo usó el fuego para
despejar la maleza en los meses secos, ya que el resto
del año la humedad del bosque nuboso no lo permitía
(Rogers-Phillips, 2021). Tampoco se sabe de incendios
forestales naturales, fuera de pequeñas áreas quemadas
por rayos que caen durante la época de lluvia.
Área de estudio
Ubicado al este del moderno pueblo de Río
Blanco, Bola de Oro es uno de los picos más altos de
Chongón-Colonche en Manabí (fig. 1). Hasta el mo-
mento se han registrado más de 120 cimientos de piedra
manteños (Constantine, 2006; Damp, 1984; Garzón-
Oechsle, 2018; Garzón-Oechsle et al., 2020; Graber,
Figura 1
Área de estudio en el sur de Manabí
Río Buenavista
Río Blanco
Río Piñas
Río Julcuy
Río Ayampe
Río Grande
Río El
Plátano
Estero Los Punteros
Río Las Pampas
Río La Curia
Río Las Tusas
Estero del
Cuchucho
Río La Mocora
Estero La Cereza
Río El Muerto
Estero
Sórganos
Estero Come Pavo
Río del Achiote
Río Seco
Río Blanco
Salango
López Viejo
Agua Blanca
Machalilla
Río Chico
Los
Frailes
Cerro Bola
de Oro 821m
a.m.s.l.
.
0 2.5 5 7.5 101.25
km
Centros Regionales
Importantes
Ríos y Esteros
Área de Estudio
Esri, HERE, Garmin, FAO, NOAA,
USGS, Esri, USGS
´
0 150 30075 km
Sistema de Coordenadas: WGS 84 UTM 17S Datum: WGS84
Autor: Andrés Garzón-Oechsle
Fecha: 28/05/2022
Nota. Sistema de coordenadas WGS84 UTM 17S. Datum WGS84. © Andrés Garzón-Oechsle, 28-05-2022.
Andrés Garzón-Oechsle, Erik Johanson y Valentina Martínez
6
Revista Ecuatoriana de Arqueología y Paleontología
STRATA
2010, 2016; Martínez, 2019) a lo largo de los flancos oc-
cidentales de la montaña, dentro de los valles fluviales
que forman la cuenca alta de drenaje del Río Blanco.
Por lo tanto, este estudio se concentró en el flan-
co occidental de Bola de Oro, a lo largo de la cuenca
alta del Río Blanco y sus afluentes, Las Tusas, La Moco-
ra y El Tigre. Esta área incluye 40 cimientos manteños
documentados, desde los 150 a los 300 m s. n. m., en el
bosque húmedo (fig. 2).
Figura 2
Arquitectura de piedra manteña en la cuenca alta del Río Blanco
Río Blanco
Río La Encantada
Estero Lodo
Estero Las
Bambas
Río Las Tusas
Estero Rio Frio
Estero La Lima
Río La Mocora
Estero el Aguacate
Río San Jacinto
Estero La Mula
Estero Río Frío
Estero el Pavon
Estero el Salon
Estero Los Cueros
Estereo La Naranja
Cerro Bola
de Oro 821m
a.m.s.l.
Sistema de Coordenadas: WGS 84 UTM 17S Datum: WGS84
Autor: Andrés Garzón-Oechsle
Fecha: 28/05/2022
0 0.6 1.2 1.8 2.40.3
km
.
Ríos y Esteros
Área de Estudio
Elevación (m)
Curva de Nivel
800 - 840
600 - 800
400 - 600
200 - 400
10 - 200
Sitios Manteños con
Arquitectura de Piedra
Pueblo de
Río Blanco
Sitio N4C4-086
El levantamiento pedestre de posibles modifica-
ciones relacionadas con la ocupación manteña, vistas en
el Lidar, produjo la identificación y documentación de
15 terrazas, 5 albarradas y 3 zanjas de drenaje (Garzón-
Oechsle, 2023). De esta gama de anomalías, se eligieron
3 para este estudio: una terraza tipo fondo de valle en un
drenaje con un muro parcial de piedra, en la cuenca de
Las Tusas; una terraza tipo campo seco inclinado en la
cresta de un filo montañoso, con un muro de contención
de piedra, en el valle de Río Blanco, y una albarrada en
el cauce del estero El Tigre (fig. 3).
Nota. Sistema de coordenadas WGS84 UTM 17S. Datum WGS84. © Andrés Garzón-Oechsle, 28-05-2022.
Los manteños de Bola de Oro y su resiliencia al cambio climático
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Métodos
Fueron necesarias varias trincheras para explorar
la estratigrafía y el borde frontal de cada modificación
para detectar la presencia y características del muro de
contención. Se excavaron 3 trincheras de 50 cm de an-
cho en una terraza tipo campo seco inclinado (fig. 4),
una terraza tipo fondo de valle (fig. 5) y en una albarra-
da (fig. 6).
Se extrajeron directamente muestras de suelo de
los perfiles estratigráficos creados por cada trinchera
para evitar cualquier posible bioturbación y segregar los
suelos modernos. Se sacó un área de suelo de 10 x 10 cm
cada 3 cm de profundidad para la terraza de Río Blanco
y cada 5 cm de profundidad para la terraza de Las Tusas
y la albarrada de El Tigre. El tamaño del intervalo de
segregación dependió de la profundidad del perfil. Estos
intervalos son óptimos para suelos en el trópico, ya que
procesos biológicos limitan su resolución (Horn y Un-
derwood, 2014). En total se extrajeron 10 muestras de la
terraza de Río Blanco, 7 de la terraza de Las Tusas y 7 de
la albarrada de El Tigre.
Los métodos de laboratorio aplicados al trata-
miento de muestras para estudiar el carbón del suelo,
como indicador de fuego, se modificaron a partir de los
establecidos por Horn y Underwood (2014), y se agregó
un tratamiento adicional con cloro para desagregar ar-
cillas y blanquear elementos orgánicos. Cada muestra
tratada se segregó a través de tamices anidados en frac-
ciones de 2,1 y 0,5 mm.
Figura 3

Maxar
.
0 250 500125
m
Esri, HERE, Garmin,
Foursquare, FAO, METI/
NASA, USGS, Esri, CGIAR,
USGS
0 10 205 km
Sistema de Coordenadas : WGS 1984 UTM 17S V_Datum: EGM 2008
Autor: Andrés Garzón-Oechsle
Fecha: 05/20/2023
Modificaciones
Manteñas
Sitios Residenciales
Manteños
Arquitectura
Manteña
Elevación (m)
125 - 130
131 - 140
141 - 150
151 - 160
161 - 170
171 - 180
181 - 190
191 - 200
201 - 210
211 - 220
221 - 230
231 - 240
241 - 250
251 - 260
261 - 270
271 - 280
Albarrada El Tigre
Terraza de Cultivo Río Blanco
Terraza de Cultivo Las Tusas
Sitio
N4C4-086
Pueblo de Río Blanco
Nota. Sistema de coordenadas WGS84 UTM 17S. Datum EGM 2008. © Andrés Garzón-Oechsle, 20-05-2023.
Andrés Garzón-Oechsle, Erik Johanson y Valentina Martínez
8
Revista Ecuatoriana de Arqueología y Paleontología
STRATA
Figura 4
Terraza de cultivo de tipo terreno seco inclinado
Figura 5
Terraza de cultivo de tipo fondo de valle
N
N
Los manteños de Bola de Oro y su resiliencia al cambio climático
9
INPC 2023
Instituto Nacional de Patrimonio Cultural
Figura 6
Albarrada con un montículo de contención de arcilla
Nota. En el valle del estero El Tigre.
Se recuperaron fragmentos de carbón sustancia-
les para fechar de 9 muestras de suelo: 4 de la albarrada
El Tigre, 4 de la terraza Las Tusas (incluyendo un grano
de maíz carbonizado) y una de la terraza Río Blanco.
Estas muestras se complementaron con carbón encon-
trado in situ durante la excavación para profundidades
sin carbón fechable en las muestras de suelo, para un
total de 5 muestras de Las Tusas, 5 de El Tigre y una de
Río Blanco.
La recuperación de un maíz carbonizado (fig. 7a)
motivó la selección de dos granos similares encontrados
en contextos domésticos sellados, en el bosque nuboso
(un entierro, fig. 7b y un pozo de desechos, fig. 7c), para
asociar cronológicamente la arquitectura manteña de
piedra con estos paisajes agrícolas. Ambos contextos es-
tán ubicados dentro de una estructura doméstica de pie-
dra en el sitio N4C4-086 (ver fig. 2) en el valle de Mocora
(Garzón-Oechsle et al., 2020). Se enviaron un total de 13
muestras de carbón representativas de contextos man-
teños de Las Tusas, La Mocora, Río Blanco y El Tigre
al laboratorio de datación por radiocarbono del Centro
para Estudios Aplicados de Isótopos de la Universidad
de Georgia (CAIS-UGA), en EE. UU. Los resultados de-
vueltos son fechas no calibradas en años de radiocarbo-
no antes de 1950 (años a. p.), con un margen de error de
una desviación estándar de ± 20 años.
Finalmente, se utilizó un microscopio estereoscó-
pico para cuantificar las partículas de carbón presentes
en cada fracción de 2,1 y 0,5 mm. Los carbones se iden-
tificaron por su negrura iridiscencia, porosidad y fibro-
sidad (fig. 8).
Andrés Garzón-Oechsle, Erik Johanson y Valentina Martínez
10
Revista Ecuatoriana de Arqueología y Paleontología
STRATA
Resultados
Excavación de trinchera terraza agrícola Las Tusas
La terraza agrícola de Las Tusas se encuentra a
222 m s. n. m. (fig. 9). En total, su espacio llano cubre
180 m², sostenido por un muro de contención parcial
creado por dos hileras de grandes piedras (fig. 10). Una
estructura lítica manteña se ubica 30 m cuesta arriba de
ella. La trinchera de exploración se cavó desde el muro
hasta la mitad de la explanada de la terraza.
En perfil, la trinchera reveló que el muro de con-
tención se extiende por debajo de la superficie, cubrien-
do todo el pie de la terraza (fig. 11). Este muro está aso-
ciado a un relleno de construcción con piedras y gravas
Figura 7
Maíz manteño carbonizado
Figura 8
Fragmentos de carbón de la terraza agrícola del valle de Las Tusas
Nota. a) Terraza agrícola del valle de Las Tusas, b) entierro manteño y c) pozo de basura. b) y c) Del sitio N4C4-086, Estructura 2, valle de La Mocora.
Nota. a) 2 mm, b) 1 mm y c) 0,5 mm.
depositadas directamente sobre el subsuelo evidencian-
do que los manteños cortaron la pendiente y extend-
ieron el relleno para nivelarla. En la parte plana existen
dos superficies antropogénicas; el muro contiene la más
antigua, mientras que la más reciente se extiende por
encima. En este estrato hay una diferencia notable entre
la humedad en el interior de la terraza comparada con
el exterior. Esto evidencia la capacidad de la terraza para
retener y acumular la humedad que desciende por los
drenajes de estas laderas.
Ambas superficies contienen artefactos mante-
ños, pero la mayoría en cantidad y tamaño se encon-
traron en la interfaz, lo que sugiere un cambio impor-
tante en la actividad de la terraza (fig. 12). En total, se
Los manteños de Bola de Oro y su resiliencia al cambio climático
11
INPC 2023
Instituto Nacional de Patrimonio Cultural
Figura 9
Modelo digital de terreno en el valle de Las Tusas
Source: Esri, Maxar, Earthstar Geographics, and the GIS User Community
.
0 50 10025
Metros
Arquitectura
Manteña de Piedra
Sitio Residencial
Manteño
Modificación del
Paisaje Manteña
Pendiente (°)
0 - 5
6 - 10
11 - 15
16 - 20
21 - 30
31 - 40
41 - 50
51 - 60
61 - 70
71 - 80
81 - 90
Sistema de Coordenadas : WGS 1984 UTM 17S V_Datum: EGM 2008
Autor: Andrés Garzón-Oechsle
Fecha: 02/19/2023
Terraza de Cultivo Las Tusas
Nota. Segregado por el grado de pendiente. Sistema de coordenadas WGS84 UTM 17S V. Datum EGM 2008. © Andrés Garzón-Oechsle, 19-02-2023.
Andrés Garzón-Oechsle, Erik Johanson y Valentina Martínez
12
Revista Ecuatoriana de Arqueología y Paleontología
STRATA
Figura 10
Terraza agrícola de Las Tusas en plano
Figura 11

Los manteños de Bola de Oro y su resiliencia al cambio climático
13
INPC 2023
Instituto Nacional de Patrimonio Cultural
hallaron 22 fragmentos de cerámica tardía de al menos
5 vasijas diferentes, 7 fragmentos de un comal y 2 frag-
mentos de enquinche.
Excavación de trinchera terraza agrícola Río Blanco
La terraza agrícola identificada en el valle del Río
Blanco se encuentra a 172 m s. n. m. (fig. 13).
En total, el espacio plano de la terraza cubre 1000
m² sostenidos por un gran muro de contención de 3 a 4
m de ancho que rodea el contorno de la pendiente (fig.
14). Esta plataforma expansiva está conectada a un sis-
tema de pequeñas terrazas cuesta arriba que modifican
la cresta de la montaña. La trinchera fue excavada desde
el pie del muro de contención hasta llegar a un rellano.
También se abrió un pozo de exploración (STP) en línea
con la trinchera para indagar la porción más central y
nivelada de la terraza.
La trinchera reveló en perfil el muro de con-
tención compuesto de grandes piedras que se extiende
por debajo del suelo hasta el subsuelo rocoso de la mon-
taña (fig. 15). Este muro está asociado a un relleno de
Figura 12
Artefactos encontrados durante la excavación de la trinchera en Las Tusas
construcción con piedras, gravas y artefactos manteños
depositados directamente sobre el subsuelo, eviden-
ciando que cortaron la pendiente y la rellenaron para
nivelarla. En la parte plana donde se excavó el STP, se
pueden apreciar dos superficies antropogénicas.
Ambas superficies enterradas contienen artefac-
tos, pero la mayoría en cantidad y tamaño se encontra-
ron en el estrato asociado con la creación y uso de la te-
rraza (fig. 10). Sin embargo, estos artefactos parecen ser
depósitos secundarios relacionados con la modificación,
lo que refuerza la existencia de una ocupación manteña
anterior. La segunda superficie también contiene ma-
terial manteño. En total, se encontraron 80 fragmentos
cerámicos tempranos (66 forman la boca de una vasija
ordinaria y 6, segmentos de un comal), 3 lascas de calce-
donia, 2 fragmentos de enquinche y 4 piedras de arenis-
ca semiesféricas con alteraciones térmicas, halladas en
la superficie asociada a la construcción de la terraza (fig.
16). Además, en el estrato más antiguo se encontró un
fragmento de cerámica temprano y uno de enquinche
(fig. 17).
Andrés Garzón-Oechsle, Erik Johanson y Valentina Martínez
14
Revista Ecuatoriana de Arqueología y Paleontología
STRATA
Figura 13
Modelo digital de terreno en los valles de Río Blanco y El Tigre
Figura 14
Terraza agrícola de Río Blanco en plano
Source: Esri, Maxar, Earthstar Geographics, and the GIS User Community
.
0 50 100 150 20025
Metros
Arquitectura
Manteña
Sitio Residencial
Manteño
Modificación del
Paisaje Manteña
Pendiente (°)
0 - 5
6 - 10
11 - 15
16 - 20
21 - 30
31 - 40
41 - 50
51 - 60
61 - 70
71 - 80
81 - 90
Sistema de Coordenadas : WGS 1984 UTM 17S V_Datum: EGM 2008
Autor: Andrés Garzón-Oechsle
Fecha: 02/19/2023
Terraza de Cultivo Río Blanco
Albarradas
Albarrada
Nota. Segregado por el grado de pendiente. Sistema de coordenadas WGS84 UTM 17S V. Datum EGM 2008. © Andrés Garzón-Oechsle, 19-02-2023.
Los manteños de Bola de Oro y su resiliencia al cambio climático
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Figura 15

Figura 16
Artefactos encontrados en la excavación de trincheras en la terraza agrícola de Río Blanco
Andrés Garzón-Oechsle, Erik Johanson y Valentina Martínez
16
Revista Ecuatoriana de Arqueología y Paleontología
STRATA
Excavación de trinchera albarrada El Tigre
La albarrada identificada en el valle del estero El
Tigre se encuentra a una altura de 179 m.s.n.m. (fig. 18).
Este espacio cóncavo de 10 x 6 m, creado por un
montículo de contención de arcilla, se extiende por 60
m² (fig. 19). Esta anomalía es parte de un complejo de
dos albarradas de tamaño similar separadas por 12 m,
pero conectadas por una zanja de drenaje. Por su ubica-
ción al pie de una extensa y pronunciada pendiente, los
dos estanques de retención captan la precipitación de
toda la cara de la montaña que se eleva hasta 240 m s. n.
m. Este conjunto de modificaciones está ubicado a 50 m
de una estructura con cimientos de piedra y una tercera
albarrada en la cresta del cerro.
La trinchera reveló en perfil que la berma de ar-
cilla crea un espacio de 85 cm de profundidad (fig. 20).
La arcilla se esparce debajo de los sedimentos acumula-
dos con el tiempo, creando un contenedor de 51 m³ que
potencialmente puede admitir 51 000 litros de agua.
Los sedimentos acumulados son coluviales con dos
sedimentos secos con gravas, intercaladas con dos epi-
sodios de sedimentos hídricos. Esto evidencia la capaci-
dad de retención de agua y de sedimento erosionado, lo
que significa que estos sistemas de almacenamiento y
redistribución de agua debieron recibir mantenimiento
constante.
Figura 17
Artefactos encontrados en el segundo estrato de la excavación de la terraza agrícola de Río Blanco
El único artefacto encontrado en la albarrada de
El Tigre fue un fragmento de enquinche (fig. 21).
Datación y calibracn por radiocarbono
Los resultados de datación se adecuaron para ge-
nerar una historia del uso del fuego como una estrategia
de desmonte en la terraza de Las Tusas. Esta narración
cronológica se complementa con las fechas de otros
contextos que vinculan las modificaciones agrícolas con
la arquitectura residencial de piedra, añaden el contexto
manteño fechado más antiguo de la zona y reflejan el
retorno de las comunidades descendientes durante la
segunda mitad del siglo XIX.
Si bien la terraza de Río Blanco no produjo carbón
para establecer una cronología completa, la fecha obte-
nida oscila entre ca. 900 a 730 años cal. a. p. (1050-1220
e. c.), siendo la más antigua de un contexto manteño
encontrada en Bola de Oro. Este contexto proviene de
un estrato cultural sepultado por la construcción de la
terraza.
Las fechas calibradas no modeladas producidas
por la terraza de Las Tusas muestran su vida útil des-
de ca. 655-550 años cal. a. p. (1295-1400 e. c.), hasta ca.
490-320 años cal. a. p. (1460-1630 e. c.). Este contexto no
solo produjo un número adecuado de fechas del período
manteño, sino que estas se encontraron en orden cro-
Los manteños de Bola de Oro y su resiliencia al cambio climático
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Instituto Nacional de Patrimonio Cultural
Figura 18
Modelo digital del terreno en el valle El Tigre
Source: Esri, Maxar, Earthstar Geographics, and the GIS User Community
.
0 50 10025
Metros
Arquitectura
Manteña
Sitio Residencial
Manteño
Modificación del
Paisaje Manteña
Pendiente (°)
0 - 5
6 - 10
11 - 15
16 - 20
21 - 30
31 - 40
41 - 50
51 - 60
61 - 70
71 - 80
81 - 90
Sistema de Coordenadas : WGS 1984 UTM 17S V_Datum: EGM 2008
Autor: Andrés Garzón-Oechsle
Fecha: 02/19/2023
Albarrada El Tigre
Albarrada
Albarrada
Zanja de Drenaje
Zanja de Drenaje
\
\
Nota. Segregado por el grado de pendiente. Sistema de coordenadas WGS84 UTM 17S V. Datum EGM 2008. © Andrés Garzón-Oechsle, 19-02-2023.
Figura 19
Vista en plano del complejo de albarradas El Tigre
Andrés Garzón-Oechsle, Erik Johanson y Valentina Martínez
18
Revista Ecuatoriana de Arqueología y Paleontología
STRATA
Figura 20

Figura 21
Artefacto encontrado en la excavación de la trinchera en la albarrada de El Tigre
Los manteños de Bola de Oro y su resiliencia al cambio climático
19
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Instituto Nacional de Patrimonio Cultural
nológico, lo cual demuestra la integridad del contexto
y evidencia que el proceso agrícola manteño no involu-
craba arar la tierra (tabla 1).
Las fechas producidas por ambos granos de maíz
carbonizado, de contextos manteños sellados dentro de
una estructura con cimientos de piedra en el valle de
Mocora, vinculan cronológicamente estos contextos re-
sidenciales con el agrícola de la terraza en el valle del río
Las Tusas. El maíz del contexto funerario corresponde
temporalmente con el maíz y, por tanto, con el uso de la
terraza de Las Tusas, datando ambas muestras entre ca.
520-455 años cal. a. p. (1430-1495 e. c.). El maíz encon-
trado en el relleno de un gran basurero, que quizá actuó
como sumidero de la casa manteña, indica el proceso
de abandono de este contexto residencial en algún mo-
mento entre ca. 450-305 años cal. a. p. (1500-1645 e. c.)
y corresponde cronológicamente con el cese del uso de
la terraza.
Las dataciones de la albarrada en el valle del es-
tero El Tigre resultaron en fechas de mediados del siglo
XIX a principios del siglo XX. Si bien estas no sirvieron
para producir una historia manteña del uso del fuego,
son sumamente importantes porque son una señal tan-
gible del regreso de las comunidades descendientes a la
cuenca alta de Río Blanco en la segunda mitad del siglo
XIX. Esta evidencia concuerda con testimonios de po-
bladores sobre la llegada de la primera generación de
colonos que eventualmente formalizarían la comuna de
El Pital-Río Blanco en 1930 (G. Chilán y D. Manrique,
comunicación personal, noviembre 2022).
Modelo de edad-profundidad
Se generó un modelo de edad-profundidad (fig.
22) a partir del perfil estratigráfico de la terraza de Las
Tusas, basado en las fechas calibradas y su ubicación
estratigráfica, utilizando la herramienta analítica del
modelo deposicional OxCal 4.4.4 (Bronk Ramsey,
2008, 2009, 2021). El modelo permite interpolar la in-
formación de radiocarbono disponible por cada cm de
profundidad con una confianza del 95,4%. Además, se
introdujeron puntos de información como eventos sin
fecha (ND) para poder visualizar las datas interpoladas.
Finalmente, los resultados son fechas calibradas y mod-
eladas, relacionadas entre sí por su profundidad en el
contexto arqueológico.
El modelo edad-profundidad muestra la con-
strucción de la terraza agrícola y su posterior uso du-
rante la segunda mitad del siglo XIV. Un carbón encon-
trado dentro de las arcillas mixtas del subsuelo, en la
base de la terraza, sugiere una fecha de construcción
posterior a ca. 665-615 años cal. modelado a. p. (1285-
1335 e. c.). La primera evidencia de incendio relacio-
nado con el uso de la terraza ocurre ca. 610-545 años
cal. modelado a. p. (1340-1405 e. c.) a partir de carbón
encontrado dentro de un suelo franco arcilloso limoso
rico en materia orgánica de color marrón oscuro. Este
mismo estrato muestra evidencia de actividad de fuego
ca. 555-515 años cal. modelado a. p. (1395-1435 e. c.).
En algún momento antes de ca. 505-445 años cal. mod-
elado a. p. (1445-1505 e. c.) se produce un cambio en la
estratigrafía a un suelo franco arcilloso limoso rico en
materia orgánica de color marrón grisáceo muy oscuro
asociado con residuos cerámicos manteños y fechado
por el grano de maíz carbonizado. La evidencia del uso
del fuego dentro de este contexto estratigráfico continúa
hasta ca. 380-310 años cal. modelado a. p. (1570-1640 e.
c.). Esta última evidencia de actividad ígnea marca el fi-
nal del uso de la terraza y la transición a la capa húmica
del suelo forestal asociado con el abandono del área a
principios del siglo XVII.
Conteo de parculas de carbón
La integridad del contexto de la terraza de culti-
vo de Las Tusas proporcionó un modelo confiable de
edad-profundidad, necesario para una historia antropo-
génica del uso del fuego como herramienta de desmonte
para la agricultura y, por ende, condiciones ambientales
secas en estas elevaciones. Para confirmar aquello se
cuantificó el contenido de carbón dentro de cada frac-
ción de cada muestra de suelo procesada del perfil es-
Andrés Garzón-Oechsle, Erik Johanson y Valentina Martínez
20
Revista Ecuatoriana de Arqueología y Paleontología
STRATA
Número de
muestraaValle Contexto
manteño
Profundidad
(cm) Material 13C
Edad 14C
sin calibrar
(años a. p.)
±2 σ rango
de edad cal.
(años a. p.)b
Área
bajo la
curva
61788 Las Tusas terraza de
cultivo 12.5 madera -26.81 380 ± 20 488478 0.034
471–322 0.921
61782 Las Tusas terraza de
cultivo 22.5 maíz -10.14 470 ± 20 518459 0.954
61789 Las Tusas terraza de
cultivo 32.5 madera -27.7 570 ± 20 555–511 0.954
61787 Las Tusas terraza de
cultivo 37.5 madera -24.75 650 ± 20 645–589 0.722
570–549 0.233
61794 Las Tusas terraza de
cultivo 47.5 madera -23.62 670 ± 20 653–582 0.744
575554 0.21
61783 Río Blanco terraza de
cultivo 18.5 madera -25.99 920 ± 20 897–889 0.022
881–870 0.04
800–731 0.893
61784 El Tigre albarrada 32.5 madera -24.63 160 ± 20 267–218 0.268
147–55 0.49
43–38 0.01
32 0.186
61790 El Tigre albarrada 37.5 madera -27.7 100 ± 20 N/A N/A
61793 El Tigre albarrada 37 madera -29.05 60 ± 20 N/A N/A
61791 El Tigre albarrada 42.5 madera -27.5 80 ± 20 N/A N/A
61792 El Tigre albarrada 47.5 madera -26.88 60 ± 20 N/A N/A
61780 La Mocora entierro -
estructura 120 maíz -9.63 470 ± 20 518459 0.954
61781 La Mocora
pozo de
desecho -
estructura
96 maíz -10.19 350 ± 20 449–353 0.778
337–308 0.177
Tabla 1
Determinaciones de radiocarbono en contextos manteños del Alto Río Blanco
Nota. aLos análisis fueron realizados por el Centro para Estudios Aplicados de Isótopos de la Universidad de Georgia (CAIS -UGA). bLas calibraciones se
realizaron con OxCal versión 4.4.4 (Bronk Ramsey, 2009, 2021) y el conjunto de datos, con IntCal 20 SHCCal20 (Hogg et al., 2020).
Los manteños de Bola de Oro y su resiliencia al cambio climático
21
INPC 2023
Instituto Nacional de Patrimonio Cultural
tratigráfico de la terraza (tabla 2).
Profundidad
(cm)
Fracción
(mm)

edad (años a. p.)
Cantidad de
carbón
Otros fragmentos
observados
5–10 20
5–10 10
5–10 0.5 03 conchas marinas
10–15 2488–322 41 cerámica
10–15 1 2 1 cerámica, 1 concha marina
10–15 0.5 6
15–20 20
15–20 10
15–20 0.5 01 hueso
20–25 2(maíz) 518459 1
20–25 1 0 1 madre perla
20–25 0.5 11 lasca de obsidiana,
1 concha marina
25–30 20
25–30 10
25–30 0.5 31 hueso
30–35 2555–511 1
30–35 1 0 2 conchas marinas quemadas
30–35 0.5 11 concha marina quemada,
1 cal
3540 2645–549 2
3540 10 1 lasca de calcedonia
3540 0.5 1
47.5 653554
Nota. Fracciones de 2 mm, 1 mm y 0,5 mm.
Tabla 2
Resultados del conteo de partículas de carbón de la terraza de cultivo de Las Tusas
Andrés Garzón-Oechsle, Erik Johanson y Valentina Martínez
22
Revista Ecuatoriana de Arqueología y Paleontología
STRATA
Se identificaron 22 fragmentos de carbón del perfil de
esta terraza. Además, este estudio brindó la oportuni-
dad de analizar microscópicamente suelos manteños
agrícolas. Se registraron microartefactos como cerámi-
cas, obsidiana, calcedonia, conchas marinas, huesos y
cal. Algunas de estas conchas muestran evidencia de
alteraciones térmicas. Estos fragmentos pueden inter-
pretarse como material orgánico que se añadió para en-
riquecer la fertilidad de estas tierras agrícolas.
Figura 22
Modelo edad-profundidad de la terraza de cultivo de Las Tusas
Nota. Creado en OxCal 4.4.4 (Bronk Ramsey, 2021) utilizando datos
atmosféricos SHCal20 (Hogg et al., 2020).
Discusión
Con el modelo edad-profundidad creado y las fre-
cuencias de carbón cuantificadas, fue posible identifi-
car las señales de estrategias de quema a lo largo de la
vida útil de la terraza de cultivo en el valle de Las Tusas,
expresadas en un diagrama cronológico-estratigráfico.
(fig. 23).
Este diagrama relaciona las frecuencias de carbón
a lo largo del tiempo con la estratigrafía de la terraza,
los períodos de anomalías climáticas globales del Ho-
loceno tardío, los principales eventos de El Niño y La
Niña, sucesos catastróficos regionales y socioculturales
importantes. Este diagrama cronológico-estratigráfico
sirve como base para las interpretaciones cronológicas
climáticas de los manteños del bosque nublado de Bola
de Oro.
Los manteños antes de la
Anomalía Clitica Medieval
Desde el siglo VII hasta mediados del siglo X, las
comunidades costeras y de baja altitud del manteño
temprano como Los Frailes (Mester, 1990), Río Chico
(Martínez et al., 2006), Salango (Graber, 2016) y Japoto
(Bouchard, 2010) prosperaron gracias a las precipitacio-
nes recurrentes de fenómenos El Niño que prolongaron
la estación lluviosa local. Una zona de convergencia in-
tertropical (ZCIT) desplazada hacia el sur y vientos ali-
sios consistentemente débiles desde los 700 e. c. hasta
los 1000 e. c. condujo a un calentamiento de la super-
ficie del mar, la convección y la precipitación sobre el
océano Pacífico tropical, lo que favoreció el desarrollo
de fases de El Niño (Conroy, 2008; Koutavas et al., 2006;
Mitchell y Wallace, 1992; Stott et al., 2004). Este des-
plazamiento de la ZCIT hacia el sur fue responsable de
prolongadas y severas sequías en Mesoamérica, las que
provocaron reordenamientos sociales en la civilización
maya, poniendo fin a su período cultural Clásico (Medi-
na-Elizalde, 2010). Pero este desplazamiento benefició a
los manteños con lluvias recurrentes para la producción
agrícola en los valles bajos de las bahías costeras, sin de-
pender en gran medida del interior.
Los manteños de Bola de Oro y su resiliencia al cambio climático
23
INPC 2023
Instituto Nacional de Patrimonio Cultural
El desgaste dental y las patologías de las primeras
tumbas manteñas en Salango muestran una mayor de-
pendencia de productos agrícolas que de recursos mari-
nos, en comparación con la anterior cultura Guangala
(Boyer, 2019). Eventos más frecuentes de El Niño tam-
bién significaron una mayor disponibilidad de concha
Spondylus y rutas comerciales marítimas hacia el sur,
vitales para el intercambio de bienes entre los manteños
y las civilizaciones de la costa peruana. Estos dos fac-
tores marcan el inicio de un aumento dramático en la
producción y la variedad de artefactos de Spondylus, en
comparación con sociedades previas (Carter, 2008; Ha-
rris et al., 2004; Martín, 2001; Norton, 1986).
La ACM y el poblamiento de Bola de Oro
El asentamiento manteño en la cuenca superior
del Río Blanco y las laderas de Bola de Oro parece ocu-
rrir ca. 900 a 730 años cal. a. p. (1050-1220 e. c.) como
respuesta a condiciones cada vez más secas. Desde ca.
950 a 1250 años e. c., durante la ACM, los registros mun-
diales muestran que el planeta experimentó temperatu-
ras superiores al promedio (Mann et al., 2009). Durante
este tiempo, el Pacífico tropical central experimentó las
temperaturas superficiales más frías y las condiciones
más secas, de los últimos 1100 años, en el siglo X (Cobb,
et al. 2003, Nelson y Sachs, 2015). La costa de Ecuador
sufrió temperaturas superficiales del mar por debajo del
Figura 23

Andrés Garzón-Oechsle, Erik Johanson y Valentina Martínez
24
Revista Ecuatoriana de Arqueología y Paleontología
STRATA
promedio frente a Guayaquil, asociadas con una fuer-
te corriente de Humboldt y un desplazamiento hacia el
norte de la ZCIT, provocando sequías prolongadas en la
región (Seillès et al., 2016). La ocupación manteña de
Bola de Oro es sincrónica con la del cerro Hojas-Jabon-
cillo en el centro de Manabí (Touchard-Houlbert, 2010)
y consistente con un cambio en sus prácticas agrícolas
en el siglo X, reflejando una dependencia más profun-
da en la humedad proporcionada por la garúa o nie-
bla costera en las elevaciones más altas de la cordillera
Chongón-Colonche en lugar de depender solo de las
decrecientes lluvias estacionales (Marcos, 2005). Este
período de sequía prolongada parece estar marcado por
un mega El Niño que arrasó con la cultura Chimú en el
siglo XII (Billman y Huckleberry, 2008). Sin duda, este
evento afectó significativamente las costas manteñas, ya
vulnerables por los estiajes precedentes.Además, alre-
dedor del año 1000 e. c., un gran tsunami golpeó la costa
ecuatoriana, como lo demuestran depósitos en el golfo
de Guayaquil y Jaramijó en Manabí (Chunga y Toulke-
ridis, 2014; Chunga et al., 2016). Este devastador tsuna-
mi para los pueblos del litoral posiblemente exacerbó su
dependencia del interior. Ha este evento se le suma la
cataclísmica erupción del volcán Quilotoa en los Andes
centrales ecuatorianos alrededor del año 1150 e. c., la
cual expulsó 18,3 km³ de tefra, cubriendo 40 000 km²
de suelo y provocando lahares que llegarían al océano
Pacífico (Hall y Mothes, 2008a, 2008b). El norte y centro
del territorio manteño fueron cubiertos por al menos un
metro de ceniza, como es evidente en la estratigrafía del
sitio costero de Balsamaragua (Chunga et al., 2016). La
ausencia de este depósito en contextos manteños más
al sur de Manabí sugiere que esta zona no fue afectada
directamente por la erupción y que Salangome quizá
sirvió de refugio durante esta severa crisis ambiental.
Durante la ACM, los pueblos Salangome de López
Viejo (Currie, 1995) y Agua Blanca (McEwan, 2003)
prosperaron a medida que su ubicación en grandes va-
lles fluviales se volvió más ventajosa para la producción
agrícola. Aun así, mientras que las sequías persistieron y
las llanuras aluviales inferiores comenzaron a fallar, las
altas elevaciones del bosque húmedo y nuboso de Bola
de Oro se volvieron más atractivas y propicias para gran-
des asentamientos humanos (Garzón-Oechsle, 2023).
Las largas sequías durante la ACM talvez fortalecieron
la dicotomía entre el manteño costero y el de montaña.
Durante esta época, la economía de las bahías pudo ha-
ber dependido solo de recursos marinos a medida que
la agricultura se volvió improductiva. El gran pueblo de
López Viejo vería terminar su apogeo a fines del siglo
XIII debido a este cambio climático (Currie, 1995). Los
manteños de la cordillera se beneficiaron como únicos
controladores de la producción agrícola y de fuentes
de agua para la región. La creciente importancia de es-
tas elevaciones y sus bosques en la mentalidad nativa
es evidente en la iconografía dejada en cerámica y pie-
dra (Guinea, 2004). Con la recurrencia de La Niña, que
generó lluvias estacionales menos confiables, la garúa
tomó un papel aún más crítico en el mundo manteño.
Entre la Anomalía Climática Medieval y
la Pequeña Edad de Hielo
La construcción y el uso inicial de la terraza de
cultivo reforzada con piedra en el valle de Las Tusas
ocurrió entre la ACM y la PEH. Esta época se caracte-
riza por cambios drásticos en ENOS con dos fenóme-
nos del Niño severos (Cobb et al., 2003; Conroy et al.,
2008; Moy et al., 2002; Prieto et al., 2017) que enmar-
can un prolongado periodo de fenómenos de La Niña
de múltiples décadas (Seager et al., 2008). La cantidad
de partículas de carbón encontradas en este contexto
muestra una actividad de fuego moderada (entre 2 y 3
fragmentos por nivel) desde el último cuarto del siglo
XIV hasta el último cuarto del siglo XV, lo que sugiere la
prevalencia de condiciones más secas en las elevaciones
de Bola De Oro durante este tiempo. Más evidencia de
esta aridez se puede encontrar en las numerosas alba-
rradas asociadas a arquitectura manteña en las laderas
de la montaña. Sequías persistentes intercaladas con
lluvias extremas debieron haber motivado a los mante-
ños a crear un sistema agrícola resistente, diseñado para
maximizar la recolección de humedad y lo suficiente-
mente fuerte para aguantar el exceso de lluvia.
Este clima volátil, peligroso y cambiante en me-
nos de cien años habría sido difícil para los manteños,
pero en especial devastador para las poblaciones coste-
ras de baja altura que con probabilidad causó cambios
Los manteños de Bola de Oro y su resiliencia al cambio climático
25
INPC 2023
Instituto Nacional de Patrimonio Cultural
sociopolíticos significativos. Una recurrencia impor-
tante de hipoplasia dental en tumbas manteñas tardías
en Salango entre ca. 1300 a 1600 e. c. es evidencia de
estrés y deficiencias dietéticas durante el desarrollo de
una persona, las que pueden asociarse con este clima
volátil (Boyer, 2019). La dependencia ya necesaria en
los territorios interiores de la cordillera posiblemente se
incrementó durante este tiempo de estrés (Garzón-Oe-
chsle, 2023). El siglo XIV parece ser el comienzo del
esfuerzo masivo por modificar y reforzar la cordillera
Chongón-Colonche como un centro residencial y agrí-
cola duradero (Garzón-Oechsle, 2023; Martínez, 2019).
La PEH y el abandono de Bola de Oro
Durante la PEH, desde ca. el 1400 al 1700 e. c.,
las temperaturas globales disminuyeron por debajo del
       
(Mann et al., 2009). La PEH coincide con fases más re-
currentes de El Niño a medida que la ZCIT migró ha-
cia el sur (Nelson y Sachs, 2015). Durante esta época de
cambio climático global se produce una variación en la
estratigrafía de la terraza de cultivo en Las Tusas, asocia-
da a residuos cerámicos manteños tardíos de ca. 505-445
años cal. modelado a. p. (1445-1505 e. c.), lo que apunta
a un cambio en las condiciones locales. Una pausa en el
registro de carbón en este contexto agrícola evidencia el
cese de las quemas y sugiere el regreso de condiciones
húmedas durante el siglo XVI.
Durante la PEH en Salangome, el regreso de El
Niño y sus aguas cálidas significó el fortalecimiento
de las industrias manteñas de comercio marítimo de
Spondylus con el estado chimú, y eventualmente con el
imperio inca, como principal socio de intercambio (Car-
ter, 2008; Martín, 2001; Norton, 1986). Estas mismas
condiciones climáticas ayudaron a Pizarro a navegar ha-
cia el sur contra la corriente de Humboldt con la ayuda
de vientos del norte, llegando a tierras incas en 1532 e.
c. (Caviedes, 2001). La balsa de vela manteña observada
por Bartolomé Ruiz en 1527-1528 frente a las costas de
Salango fue un posible producto de este fortalecimiento
comercial influenciado por El Niño y la PEH. El regreso
de las condiciones frecuentes de El Niño también debió
haber resultado, en la medida de lo posible, en una me-
nor dependencia de los asentamientos montañosos para
la producción agrícola porque el exceso de humedad di-
ficulta la cotidianidad en las alturas (Scott, 2018).
Antes del contacto español, más de medio millón
de personas vivían en la Costa ecuatoriana (Newsome,
1995), con una población manteña estimada de 120 000
(Estrada, 1957). Sin embargo, a medida que las enferme-
dades infecciosas europeas comenzaron a despoblar las
bahías costeras densamente pobladas, los asentamientos
en el interior se fueron transformando en el último refu-
gio de la sociedad manteña.
La actividad piroantropogénica en la terraza de
cultivo del valle Las Tusas aumentó drásticamente en el
primer cuarto del siglo XVII, alcanzando su máximo de
12 partículas de carbón. Quizás este aumento evidencia
una afluencia de personas a estos espacios montañosos,
lejanos de la devastación sufrida en los asentamientos
costeros. Este evento marca los últimos signos de acti-
vidad en la terraza de cultivo antes de que el área fuera
abandonada.
A principios del siglo XVII, los registros del censo
colonial muestran una disminución de la población de
al menos el 98% a medida que las epidemias y el gobier-
no colonial convirtieron regiones de decenas de miles
de personas en zonas de un par de cientos (Newsome,
1995). Una teoría que gana terreno sobre la caída cons-
tante de la temperatura global durante la PEH es que
este cambio climático fue el resultado del intercambio
colombino y la gran mortandad en América (Dull, 2010;
Koch, 2019). El abandono de campos de cultivo, pueblos
y ciudades del continente los transformó en bosques,
praderas y selvas que secuestraron grandes cantidades
-
raturas globales (Dull, 2010; Koch, 2019).
Las últimas fechas relacionadas con la ocupación
manteña muestran actividad hasta ca. 380-311 años cal.
modelado a. p. (1571-1640 e. c.) para la terraza agríco-
la de Las Tusas y ca. 449-308 años cal. modelado a. p.
(1502-1643 e. c.) para el pozo de desechos dentro de una
estructura en el valle de La Mocora. El aislamiento de
esos entornos del resto del mundo manteño probable-
mente los hizo sucumbir a medida que las redes comer-
ciales de las que dependían comenzaron a desaparecer.
Andrés Garzón-Oechsle, Erik Johanson y Valentina Martínez
26
Revista Ecuatoriana de Arqueología y Paleontología
STRATA
Los incendios antropogénicos en nuestro regis-
tro cesaron durante el resto del siglo XVII y la totalidad
del siglo XVIII. Interpretamos esta ausencia de carbón
como un indicador del abandono total de la cuenca alta
del Río Blanco y Bola de Oro, siguiendo el mismo pa-
trón de otros sitios en la cordillera, como el cerro Ho-
jas-Jaboncillo (Touchard-Houlbert, 2010). Durante el
gobierno colonial español en el proceso de las reduccio-
nes, comunidades en Chongón-Colonche fueron obliga-
das a mudarse hacia los pueblos recién formados para
reponer sus decaídas poblaciones nativas producto del
maltrato y pestes constantes (Hidrovo, 2005; Silva, 1984).
La provincia de Manabí se demoraría hasta el año 1909
para recuperar su número de habitantes precolombinos
(Moncayo et al., 2015). A consecuencia del abandono,
los bosques rápidamente retomaron el espacio dejado
por estos grandes centros poblacionales, contribuyen-

PEH.
El retorno del fuego antropogénico en los valles y
laderas de Bola de Oro indica el retorno de las poblacio-
nes descendientes manteño-mestizas durante la segun-
da mitad del siglo XIX y principios del XX. Nuestra evi-
dencia corrobora la historia oral de la comunidad de Río
Blanco y afirma su reclamo ancestral de este territorio.
Conclusiones
Métodos de reconstrucción de la historia ígnea
pueden aplicarse con éxito a contextos agrícolas arqueo-
lógicos para ayudar a determinar la cronología integral
de sus suelos y reconstruir el uso de quemas como es-
trategia de limpieza de vegetación a lo largo del tiempo.
Utilizamos un análisis de abundancia de carbón com-
binado con modelos de edad-profundidad para recons-
truir el empleo del fuego en una terraza de cultivo man-
teña tipo fondo de valle con un muro de contención de
piedra en la cuenca de Las Tusas, ubicada en las laderas
occidentales del cerro Bola de Oro, en el sur de Manabí.
Nuestro análisis muestra que el desarrollo de su-
perficies de cultivo para este tipo de terraza no implicó
arar ya que dejó atrás un contexto ordenado cronológi-
camente. El carbón en este contexto sellado, en estas
elevaciones del bosque húmedo, es un indicador del uso
de las llamas como herramienta agrícola en respuesta
a un clima seco. Adicionalmente, un maíz carbonizado
hallado en suelos enterrados dentro de la terraza ratificó
su uso para el cultivo. Interpretamos que el amplio uso
de piedra en estos contextos agrícolas con probabilidad
fue un esfuerzo para proteger esta importante inversión
del devastador fenómeno ocasional de El Niño.
Este estudio ha proporcionado los primeros re-
sultados de un análisis de abundancia de carbón y el
modelado de edad-profundidad de contextos agrícolas
y ha ubicado a los bosques nubosos de Bola de Oro en
la cronología manteña. Sin embargo, estos esfuerzos de-
ben expandirse a otras regiones de la cordillera Chon-
gón-Colonche y diferentes ambientes manteños para
una comprensión completa de las relaciones de esta ci-
vilización con sus montañas y mares frente a un clima
siempre cambiante.
Quizás el éxito de esta cultura frente a los cam-
bios climáticos más severos del Holoceno tardío pueda
brindarnos soluciones a nuestra situación actual de cri-
sis ambiental. El cambio climático antropogénico mo-
derno está afectando la delicada termoclina que forma
ENOS y sus fases. El Pacífico absorbe más energía solar
que cualquier otra región geográfica del planeta. Cuanto
más cálidas se vuelven sus aguas, es más probable que
se desarrollen eventos significativos de El Niño (Cai et
al., 2014, 2018; Wang y Santoso, 2020). Al mismo tiem-
po, los casos extremos de El Niño están estrechamente
ligados a eventos graves de La Niña, que se espera sean
más comunes (Cai et al., 2015), exacerbando un Mana-
bí cada vez más seco (Campos y Mendoza, 2018). Sin
duda, ENOS está bajo estrés, pero cómo esto se traduci-
rá en sequías prolongadas o inundaciones devastadoras
es una pregunta crucial para el presente y el futuro de
los habitantes de esta provincia.
Los manteños pueden enseñarnos lecciones va-
liosas sobre cómo aprovechar al máximo el clima y el
medio ambiente actual mientras, al mismo tiempo, con-
sideramos y nos preparamos para el cambio. La socie-
dad manteña puede servir como ejemplo de cómo los
lazos sociales que hacen que una identidad cultural sea
persistente en una región muy variable pueden ser tan
fuertes como para sostener a toda una población bajo
estrés, si es que la producción de una zona se obstacu-
Los manteños de Bola de Oro y su resiliencia al cambio climático
27
INPC 2023
Instituto Nacional de Patrimonio Cultural
liza parcial o totalmente. Dentro de la diversificación
de las interacciones humanas con el entorno, es posible
adaptarse y sobrevivir a un clima en constante cambio.
Quizá esta lección pueda extrapolarse a todo nuestro
sistema socioeconómico moderno, en una reiterada cri-
sis autogenerada porque su único objetivo tiende a ser el
lucro y no la permanencia.
Fecha de recepción: 7 de julio de 2023
Fecha de aceptación: 18 de octubre de 2023
Agradecimientos
Este estudio fue posible gracias a la Línea de Fo-
mento de la Memoria Social y el Patrimonio Cultural
2022 del Instituto Nacional de Patrimonio Cultural del
Ecuador (INPC). Gracias por invertir en investigacio-
nes de científicos ecuatorianos y ecuatorianistas. Esta
inversión ayudará a comprender holísticamente a nues-
tros territorios a través del tiempo y el espacio. Nuestros
agradecimientos a la comunidad de El Pital-Río Blan-
co, Manabí. La lucha por autodeterminación, reconoci-
miento y territorio han hecho de esta comunidad, con
más de 100 años de resistencia, la guardiana de un pa-
trimonio incomparable. Al presidente David González
y al vicepresidente Carlos Manrique, por recibirnos en
su tierra por más de ocho años. Especialmente a Danny
Manrique, Carlos González y Elvira Chilán por su apo-
yo, amistad, camaradería y cariño en todos estos años.
A los estudiantes de pregrado de la Florida Atlan-
tic University, Farantos Carras, Mason Shapiro, Darby
Pugh, Tanya Bach, Aaron Martin, Jason Lasky, Benja-
min Crawford, Danielle Nering y de posgrado, Isaac
Falcón, Víctor Rogers-Phillips y Colin Waldron, por su
colaboración y sabiduría. Este proyecto no hubiera sido
posible sin la asistencia de tres departamentos acadé-
micos de dicha universidad, que alcanzaron así una
colaboración multidisciplinar. Gracias al Dr. Sudhagar
Nagarajan del Laboratorio de Ingeniería de Geomática
Avanzada por el apoyo técnico en la teledetección con
Lidar. Gracias al Dr. Erik Johanson del Laboratorio de
Cambio Ambiental por su colaboración con el análisis
de abundancia de carbón. Mis más sentidos agradeci-
mientos para la arqueóloga ecuatoriana Valentina Mar-
tínez, profesora del Departamento de Antropología, por
su constante apoyo. Utilizando técnicas avanzadas, este
estudio es una contribución a un proyecto académico,
antropológico y arqueológico de más de dos décadas.
¡Gracias por todo Valentina!
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