
Antony Cevallos
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Revista Ecuatoriana de Arqueología y Paleontología
STRATA, 07-12/ 2025, vol. 3, nro. 2
óseas en los huesos del pie asociadas a una postura ha-
bitual de arrodillamiento, especialmente en mujeres.
Desde entonces, este rasgo ha sido observado en otras
La aplicación de técnicas isotópicas en el sitio La
Florida, ubicado en Quito, permitió analizar restos hu-
manos y revelar diferencias dietéticas asociadas al es-
tatus social. En este lugar, la élite, enterrada en tumbas
de gran profundidad junto a subordinados posiblemente
sacrificados, consumía mayor cantidad de chicha (cer-
que evidencia desigualdades alimentarias (Ubelaker et
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rrespondientes al periodo 100–450 d.C., mostraron que
la élite tenía un mayor consumo de maíz, probablemen-
te en forma de chicha, mientras que no se detectaron
diferencias significativas en los valores de nitrógeno ni
indicios de un origen costero en los individuos de bajo
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tan con las fuentes históricas que atribuían a la élite un
Estudios paleodemográficos también han mostra-
do importantes fluctuaciones en la esperanza de vida.
-
nico temprano y medio, la expectativa al nacer era de
unos 25–26 años, con ligeros aumentos a los 5 años
en el prehispánico tardío, la esperanza de vida a los 5
años subía a 31 años, posiblemente reflejando mejores
condiciones para la infancia. Sin embargo, en el periodo
colonial temprano, la esperanza de vida se desploma a
solo 15 años al nacer, reflejando el impacto negativo de
la colonización.
En sitios costeros como Salango, La Libertad o Ha-
cienda Ayalán, los restos evidencian procesos complejos
de diferenciación social, actividades productivas inten-
sivas, estrés nutricional y enfermedades infecciosas.
El análisis de restos en Salango, que abarca casi 3.000
años, muestra patrones de salud relativamente buenos
en algunos periodos gracias a una dieta rica en maris-
cos, pero también un aumento progresivo de caries y
morbilidad relacionado con el consumo de maíz y el se-
En la sierra, sitios como Cotocollao presentan baja mor-
bilidad y modificaciones craneales intencionadas, pero
una escasa representación de neonatos, lo que podría
indicar prácticas funerarias selectivas o una alta mor-
se identificaron prácticas mortuorias ritualizadas, con
evidencias de sacrificio humano, desmembramiento y
diferenciación de estatus, aunque sin diferencias bioló-
gicas marcadas entre los grupos, y los análisis isotópicos
sugieren que los individuos de alto estatus consumían
más maíz, posiblemente en forma de chicha (Ubelaker,
Asimismo, los restos óseos del Hospital San Juan
de Dios, correspondientes al período colonial en Qui-
to, reflejan una transición gradual en el estado de sa-
lud en comparación con épocas anteriores, aunque se
observan diferencias en patologías dentales entre sexos
Por otro lado, estudios recientes en Imbabura y el Va-
lle de Quito revelan que la desigualdad social ya estaba
presente desde el Formativo, con diferencias marcadas
En la Amazonía, aunque los datos son más limita-
dos, el caso del esqueleto de la cultura Napo ha aportado
información valiosa sobre robustez física, enfermedades
y vínculos culturales con la Amazonía brasileña, evi-
denciados mediante el uso de urnas funerarias antropo-
Los estudios bioarqueológicos recientes en Ecua-
dor han aportado una visión más compleja de las socie-
dades precolombinas y coloniales, revelando prácticas
funerarias inusuales como los entierros infantiles con
como variaciones temporales en los ajuares, una dieta
marina constante y vínculos simbólicos entre cuerpos
altos niveles de morbilidad asociados al sedentarismo y
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diciones de salud que permiten contrastar contextos pre
En la Amazonía, se halló el primer esqueleto de la
cultura Napo con patologías y enterrado en urna (Jastre-
den-