67 Revista PCI Proyectos de participación comunitaria en Manabí y Santa Elena John Ruiz, INPC Introducción En la actualidad, se puede evidenciar una con-tinua pérdida de valores culturales y patrimoniales, considerando la implementación de nuevas tecnolo-gías, el cambio globalizado que se vive día a día y el desinterés por parte de la juventud de conocer sus raíces y preservar la tradición. Por ello, es necesario implementar métodos de reivindicación que permita preservar lo que somos y de dónde venimos. “Las memorias que una sociedad tiene respecto de los sucesos ocurridos en el pasado son producto de una tarea colectiva de elaboración y construcción per- manente, de intentos de imposición de signifcados” (Alegría et al., 2018).Se puede considerar el patrimonio cultural como una herencia propia de nuestros antepasados, la cual se intenta mantener hasta la actualidad con la intención de transmitirla a las generaciones futuras. “Lo Patrimonial, puede ser entendido como ‘conjun-to de valores, creencias y bienes’ que conformados y resignifcados social e históricamente permiten construir una nueva realidad como expresión de las nuevas relaciones sociales que genera” (p. 2). De esta forma, se puede considerar el patrimo-nio cultural como ese conjunto de valores, tradiciones y bienes materiales e inmateriales los cuales, con-templados de forma social e histórica, dan paso a la construcción de una nueva realidad. Esto signifcaría, con el pasar del tiempo, la conservación y la adapta-ción de lo que fue a lo que se vive en el presente. Los proyectos desarrollados evidenciaron que los ges-tores culturales poseen esa capacidad de valorar y de sentir como propio el valor patrimonial y también la disposición al cambio. El Instituto Nacional de Patrimonio Cultural (INPC) se ha interesado en apoyar métodos que fo-menten la salvaguardia de nuestra cultura, impulsan-do el conocimiento ancestral. Así, convocó proyectos para la Línea de Fomento de la Memoria Social y el Patrimonio Cultural para promover y difundir la arte-sanía tradicional y el patrimonio agroalimentario. El objetivo era generar nuevos escenarios que fomenten el desarrollo social, patrimonial y económico a través de la entrega de recursos no reembolsables para aquellos gestores que buscan transmitir sus conoci- mientos. En este sentido, la línea de fnanciamiento se ejecutó considerando:• La investigación en materia de memoria social y patrimonial.• Apoyar a la transmisión del conocimiento, forman- do y capacitando a la población benefciaria, y; • Promover y difundir el patrimonio cultural y la me-moria social de los proyectos. De los procesos realizados en la provincia de Manabí, se contó con cinco proyectos de artesanía tradicional y cinco de patrimonio agroalimentario, a los cuales tuve la oportunidad de acompañar desde el año 2022.
68 Patrimonio Cultural Inmaterial Revista PCI Horno de leña, foto Fanny Vergara, Tosagua, 2022. Horno de leña, cantón Tosagua Uno de los proyectos fue difundir los tradicio-nales hornos de leña y utensilios de mate de Manabí, como forma sustentable de revitalizar la identidad cultural gastronómica de esta provincia. Se desarrolló en las comunidades Los Naranjos y Vargas Torres, en la parroquia Ángel Pedro Giler del cantón Tosagua. Tuvo como objetivo apoyar a las personas que du-rante la pandemia emprendieron ventas de comida, principalmente aquellas que fomentaron el uso del fogón de leña. Directamente, el proyecto benefció a cuatro cocineras, dos maestros en madera y uno en caña, tres artesanas y un artesano en mate y, de manera indirecta, a cocineros que se dedican a la cocina en horno de leña, así como a la escuela culinaria Iche, ubicada en el cantón San Vicente, a aspirantes a chefs, productores, escuelas gastronómicas y artesa-nos vinculados a este arte. Todo esto se logró gracias a la promoción y difusión del proyecto a través de un video documental y a la participación en ferias, resultando que instituciones como el Centro Hojas-Ja-boncillo tome la iniciativa de recrear el fogón de leña ancestral como uno de sus atractivos culturales. Al realizar el mapeo para cuantifcar quienes se dedican todavía a la construcción de hornos de leña, llamó la atención que tan solo dos comunidades continúan con esta técnica, comprobando que se ha perdido en otras localidades donde los fogones que aún quedan están relegados al patio trasero y, en ocasiones, a los bajos de las casas típicas manabas.Parte del conocimiento que aportó el proyecto fue aprender el método tradicional de la cocina de Manabí, que cuenta con el horno de leña como instru-mento representativo. Dentro de las vivencias más signifcativas, se puede mencionar el viaje a la hacienda La Victoria, en Naranjito, provincia del Guayas, para cocinar en fogón de leña. Al lugar se dieron cita periodistas gastronó-micos de Latinoamérica, en el marco de la Pamba-mesa de los 50 Best de la región. En este evento se difundió la técnica, calidad y sabor de los productos manabitas con el uso del horno, lo que impresionó tanto a cocineros como a periodistas, demostrando el valor del patrimonio agroalimentario y artesanal que tiene la provincia y el país.
69 Patrimonio Cultural Inmaterial Revista PCI Otras experiencias que se pueden mencio-nar fue la invitación por parte de FAO Ecuador para cocinar en vivo por el Día Mundial de la Alimentación, denominado “héroes de la alimentación”; la parti -cipación en el XII Encuentro Nacional del Colectivo Agroecológico del Ecuador, y la satisfacción de recibir el premio IÑAY de excelencia al turismo, en la con-vención internacional del sector Discover CIT, donde se ganó la categoría patrimonio gastronómico con el video de los usos y técnicas del fogón manabita.El portador Oscar Antonio Vergara Ibarra, junto a la reconocida chef Fanny Vergara, parte de su equipo de trabajo, nos mostró una importante faceta de la cocina tradicional que ha estado en peligro de perderse, y por la que ha surgido la necesidad de fomentar su uso para salvaguardar la cultura del pue-blo manabita. Esa característica es el exquisito sabor al momento de preparar los alimentos en horno de leña, un toque tan especial que hace que los turistas locales e internacionales quieran volver a probarlos. Los benefciarios resaltaron lo gratifcante y provechoso que resultó recibir recursos no reembol-sables porque les ayudaron a promocionar y difundir esta tradición, consiguiendo que más personas se interesen en usarla en sus restaurantes. Si bien es un camino que empieza, permitirá que los portadores del conocimiento busquen a futuro declarar a esta técnica de cocina tradicional Patrimonio Cultural de la Humanidad. El fogón de leña manabita, “una conexión entre el pasado y el presente” (F. Vergara, comunica -ción personal, 24 enero 2022), no es una simple técni-ca ancestral, sino un vínculo de vida que se acopla a la cocina actual. La comida no solo concentra un sabor diferente, sino que transmite la historia detrás de la cocina manabita. Es una experiencia única y enrique-cedora participar de esta reconstrucción y valoriza-ción de la culinaria tradicional. Cocina de leña, foto Pilar Egüez, Calceta, 2022.
70 Patrimonio Cultural Inmaterial Revista PCI Guardianes de saberes, cantón Bolívar El proyecto “Jóvenes guardianes/as de saberes: formación en investigación y difusión en medios di-gitales del patrimonio alimentario del cantón Bolívar, Manabí” tuvo como objetivo enseñar herramientas básicas en investigación etnográfca y video digital a niños/as y jóvenes entre 10 y 22 años. El fn era que ellas/os documenten y participen en el estudio, registro, salvaguardia y difusión de los saberes de las portadoras/es en sus familias y comunidades.Se impartió el curso presencial “Jóvenes guar- dianes de saberes”, estructurado en cinco clases teóricas en métodos de investigación etnográfca aplicados a la nutrición tradicional y cinco talleres prácticos en video digital, de acuerdo con lo que es- tablecieron los benefciarios. Las clases presenciales fueron grabadas y editadas en diez videos a través de la plataforma educativa Madre Semilla, de la Red de Guardianes de Semillas. Como resultado de este proyecto, los jóvenes aprendieron a cocinar en hornos de leña, vasijas de barro, entre otros métodos tradicionales. Si bien la juventud actual tiene metas distin-tas a las de nuestros antepasados, su formación y guía potencia el conocimiento sobre sus raíces y de esta manera se logra despertar un gran interés en la comunidad local e internacional. Esta ha constituido una gran oportunidad de dar a conocer, promocionar y difundir las labores ancestrales que realiza a diario. Los métodos culinarios, desde la cosecha, recoger los alimentos con las propias manos, hasta llegar a su preparación, son los que convierten en tan especiales a estos espacios de trabajo. Permiten a los jóvenes seguir adelante y no dejar morir el cono-cimiento ancestral heredado de sus bisabuelos para que continúe en las generaciones venideras.Al ser el futuro del país, transmitir el conoci-miento sobre sus raíces permitirá a los jóvenes sentir-se orgullosos de su cultura y de lo que pueden hacer con tan valioso saber.“Este legado cultural que tenemos en los países de habla hispana, la sobremesa, no tiene traducción directa en otros idiomas; es el sentarnos después de la comida y compartir tu día, hace que sea la mejor parte de la comida” (P. Egüez, comunicación personal, 1 abril 2022). El simple hecho de ver la felicidad de las personas compartiendo los alimentos hace que, a pesar de haber tenido un mal día, todos los males se vayan. Estos valores y tradiciones que se están transmitiendo a los jóvenes, al compartir con la fami-lia la preparación de los alimentos, asegura que no se pierdan en el transcurso del tiempo. El conocimiento heredado puede tomar fuerza en las siguientes generaciones, puede existir una transmisión intergeneracional. Estos proyectos ayu-dan a que ese saber ancestral no se pierda, sino que se fortalezca y tenga mayor valoración local. Círculo Colonche & Barro y FibrasNaturales, cantón Santa Elena,comunidad Olón El proyecto “Círculo Olonche & Barro y Fibras Naturales”, realizado en la comunidad de Olón, pa -rroquia Manglaralto del cantón Santa Elena, buscó trabajar en la recuperación y transmisión del saber ancestral que junta el barro y la fbra de plátano, para producir piezas con identidad y materia prima soste-nible que lleven a reactivar la economía de las bene- fciarias. Estuvo dirigido a mujeres adultas mayores, madres solteras o cabeza de hogar de las comunas de Olón, Montañita, Curía, San José y Dos Mangas. Este proyecto tuvo unas 50 benefciarias direc -tas, quienes respondieron a la invitación realizada puerta a puerta. Para darle continuidad, fue necesa-rio adecuar el espacio físico para proteger el horno de leña y así continuar con los talleres. Las clases de quema y elaboración del molde básico de yeso sirvie-ron para transmitir la técnica del armado de horno de ladrillo y de la quema a leña.
71 Patrimonio Cultural Inmaterial Revista PCI Taller de trabajo y diseño, foto Rossana Martínez, Sta. Elena, 2022. Recuperar y transmitir este saber ancestral per-mitió producir piezas con identidad que reactivaron la economía de las benefciarias. Inicialmente fue solo un sueño de hace años, pero gracias a los recursos entregados por la línea de fomento se convirtió en una realidad en la comunidad de Olón.El trabajo asociativo, la transmisión de saberes, las charlas de cosmovisión, ancestralidad y creativi-dad del producto, capacitaciones a asociaciones de mujeres, clases de arteterapia en barro con adultos mayores, lograron incentivar a las benefciarias para evitar que el arte del barro y el tejido de fbra de plátano desaparezcan en estas comunas y, a su vez, que puedan visualizarlo como un sustento diario para ellas y sus familias.Rossana Martínez mencionó que la experiencia ganada y la satisfacción de ver a cada una de las favo- recidas directas e indirectas fue muy gratifcante. El agrado de las personas mientras practicaba este arte y aprendían todo el proceso hizo que cada momento del proyecto fuera muy especial.¨La realización de los talleres para dar a cono-cer, difundir y rescatar los saberes ancestrales del barro y el manejo de la fbra natural del plátano ha sido nuestro motor principal del proyecto¨ (R. Martí-nez, comunicación personal, 1 abril 2022).
72 Patrimonio Cultural Inmaterial Revista PCI Tejido del sombrero de paja toquilla,Portoviejo El tejido del sombrero de paja toquilla, declara-do como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Huma-nidad, es un arte que se ha transmitido y vigorizado de generación en generación. Fortalecer el conoci-miento de la juventud fue el pilar fundamental de este proyecto, a la vez de mejorar las capacidades de promoción, difusión y comercialización de sombreros y artesanías en paja toquilla, revitalizando este saber patrimonial en la comunidad El Milagro de Picoazá, cantón Portoviejo, provincia de Manabí. El objetivo primordial fue generar espacios para la transmisión de saberes, llegando a cerca de 40 artesanos y a más de 30 niños, niñas y adolescentes de estos sectores, Elaboración de sombrero de paja toquilla, foto Miguel Chilán, Portoviejo, 2022. que se benefciaron con talleres para aprender del tejido y preservarlo en las nuevas generaciones.Promover espacios de aprendizaje y trans-misión del conocimiento sobre el sombrero es un esfuerzo constante de los portadores. Además de los talleres, se elaboró un video documental que detalla la vida de la comunidad, actividades de aprendizaje y experiencias del proyecto, y se crearon contenidos para páginas de Facebook, Instagram, WhatsApp, Tik Tok con el fn de difundir los talleres y promocionar la paja toquilla. Transferir el conocimiento a los jóvenes ha sido una conquista ya que las grandes empresas que comercializan los sombreros no han valorado lo sufciente el esfuerzo que requiere su elaboración,
73 Patrimonio Cultural Inmaterial Revista PCI considerando no solo el tiempo invertido, sino el arte que signifca. Por estas razones, la Línea de Fomento de la Memoria Social y Patrimonio Cultural constituyó un buen mecanismo de fnanciamiento para promo -ver iniciativas comunitarias que permitieron dar conti-nuidad a la transmisión del saber. En este proyecto, se pudo dar cursos gratuitos y, de esta manera, llamar la atención de la juventud para que se interese en salva-guardar el tejido para las siguientes generaciones.Percibir directamente el esfuerzo y la constan-cia para transmitir este saber ha sido impactante. Ahora ya se observa la reacción de la juventud al sentir que no se valora el arte del tejido entre los compradores. En ello se centró el presente proyecto: revalorizar el tejido del sombrero y otorgar a los jóve- nes la oportunidad de aprender y continuar transf -riendo su conocimiento. Conclusiones Cada uno de los proyectos administrados fue una experiencia diferente que contribuyó personal y profesionalmente. Estos recursos abrieron una nueva perspectiva a cada uno de los benefciarios de la línea de fomento. Se enseñó a valorar cada una de las técnicas ancestrales que se han practicado durante décadas, como elaborar platos típicos en horno de leña aplicando todo un proceso culinario o usar la olla de barro e implementos artesanales para preparar alimentos. Esta experiencia permitió un proceso de revalorización de todas las técnicas tradicionales.Los talleres prácticos e interactivos fueron una gran herramienta implementada por los benefciarios. Fue la mejor manera para que las comunidades se interesen en los proyectos y aprendan técnicas de manejo de materiales, procesos para promover un interés particular, además de obtener recursos eco-nómicos para el sustento diario.La línea de fomento se abrió a la creatividad de las personas y también logró revalorizar sus cono-cimientos y experiencias. Ayudó a entender que sus saberes no son algo simple o común, por el contrario, son de gran relevancia y se los debe propagar hacia la población. Referencia Alegría, L., Acevedo, P. y Rojas, C. (2018). Patrimonio cultural y memoria. El giro social de la me-moria. Revista Austral de Ciencias Sociales , 34, pp. 21-35. doi:https://www.redalyc.org/jour-nal/459/45959602003/html/