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Revista PCI
Proyectos de participación comunitaria
en Manabí y Santa Elena
John Ruiz, INPC
Introducción
En la actualidad, se puede evidenciar una con-
tinua pérdida de valores culturales y patrimoniales,
considerando la implementación de nuevas tecnolo-
gías, el cambio globalizado que se vive día a día y el
desinterés por parte de la juventud de conocer sus
raíces y preservar la tradición. Por ello, es necesario
implementar métodos de reivindicación que permita
preservar lo que somos y de dónde venimos. “Las
memorias que una sociedad tiene respecto de los
sucesos ocurridos en el pasado son producto de una
tarea colectiva de elaboración y construcción per-
manente, de intentos de imposición de signifcados”
(Alegría et al., 2018).
Se puede considerar el patrimonio cultural
como una herencia propia de nuestros antepasados,
la cual se intenta mantener hasta la actualidad con la
intención de transmitirla a las generaciones futuras.
“Lo Patrimonial, puede ser entendido como ‘conjun-
to de valores, creencias y bienes’ que conformados
y resignifcados social e históricamente permiten
construir una nueva realidad como expresión de las
nuevas relaciones sociales que genera” (p. 2).
De esta forma, se puede considerar el patrimo-
nio cultural como ese conjunto de valores, tradiciones
y bienes materiales e inmateriales los cuales, con-
templados de forma social e histórica, dan paso a la
construcción de una nueva realidad. Esto signifcaría,
con el pasar del tiempo, la conservación y la adapta-
ción de lo que fue a lo que se vive en el presente. Los
proyectos desarrollados evidenciaron que los ges-
tores culturales poseen esa capacidad de valorar y de
sentir como propio el valor patrimonial y también la
disposición al cambio.
El Instituto Nacional de Patrimonio Cultural
(INPC) se ha interesado en apoyar métodos que fo-
menten la salvaguardia de nuestra cultura, impulsan-
do el conocimiento ancestral. Así, convocó proyectos
para la Línea de Fomento de la Memoria Social y el
Patrimonio Cultural para promover y difundir la arte-
sanía tradicional y el patrimonio agroalimentario. El
objetivo era generar nuevos escenarios que fomenten
el desarrollo social, patrimonial y económico a través
de la entrega de recursos no reembolsables para
aquellos gestores que buscan transmitir sus conoci-
mientos. En este sentido, la línea de fnanciamiento se
ejecutó considerando:
• La investigación en materia de memoria social y
patrimonial.
• Apoyar a la transmisión del conocimiento, forman-
do y capacitando a la población benefciaria, y;
• Promover y difundir el patrimonio cultural y la me-
moria social de los proyectos.
De los procesos realizados en la provincia de
Manabí, se contó con cinco proyectos de artesanía
tradicional y cinco de patrimonio agroalimentario, a
los cuales tuve la oportunidad de acompañar desde el
año 2022.
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Horno de leña, foto Fanny Vergara,
Tosagua, 2022.
Horno de leña, cantón Tosagua
Uno de los proyectos fue difundir los tradicio-
nales hornos de leña y utensilios de mate de Manabí,
como forma sustentable de revitalizar la identidad
cultural gastronómica de esta provincia. Se desarrolló
en las comunidades Los Naranjos y Vargas Torres, en
la parroquia Ángel Pedro Giler del cantón Tosagua.
Tuvo como objetivo apoyar a las personas que du-
rante la pandemia emprendieron ventas de comida,
principalmente aquellas que fomentaron el uso del
fogón de leña.
Directamente, el proyecto benefció a cuatro
cocineras, dos maestros en madera y uno en caña,
tres artesanas y un artesano en mate y, de manera
indirecta, a cocineros que se dedican a la cocina en
horno de leña, así como a la escuela culinaria Iche,
ubicada en el cantón San Vicente, a aspirantes a
chefs, productores, escuelas gastronómicas y artesa-
nos vinculados a este arte. Todo esto se logró gracias
a la promoción y difusión del proyecto a través de
un video documental y a la participación en ferias,
resultando que instituciones como el Centro Hojas-Ja-
boncillo tome la iniciativa de recrear el fogón de leña
ancestral como uno de sus atractivos culturales.
Al realizar el mapeo para cuantifcar quienes
se dedican todavía a la construcción de hornos de
leña, llamó la atención que tan solo dos comunidades
continúan con esta técnica, comprobando que se ha
perdido en otras localidades donde los fogones que
aún quedan están relegados al patio trasero y, en
ocasiones, a los bajos de las casas típicas manabas.
Parte del conocimiento que aportó el proyecto
fue aprender el método tradicional de la cocina de
Manabí, que cuenta con el horno de leña como instru-
mento representativo.
Dentro de las vivencias más signifcativas, se
puede mencionar el viaje a la hacienda La Victoria, en
Naranjito, provincia del Guayas, para cocinar en fogón
de leña. Al lugar se dieron cita periodistas gastronó-
micos de Latinoamérica, en el marco de la Pamba-
mesa de los 50 Best de la región. En este evento se
difundió la técnica, calidad y sabor de los productos
manabitas con el uso del horno, lo que impresionó
tanto a cocineros como a periodistas, demostrando el
valor del patrimonio agroalimentario y artesanal que
tiene la provincia y el país.
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Otras experiencias que se pueden mencio-
nar fue la invitación por parte de FAO Ecuador para
cocinar en vivo por el Día Mundial de la Alimentación,
denominado “héroes de la alimentación”; la parti
-
cipación en el XII Encuentro Nacional del Colectivo
Agroecológico del Ecuador, y la satisfacción de recibir
el premio IÑAY de excelencia al turismo, en la con-
vención internacional del sector Discover CIT, donde
se ganó la categoría patrimonio gastronómico con el
video de los usos y técnicas del fogón manabita.
El portador Oscar Antonio Vergara Ibarra,
junto a la reconocida chef Fanny Vergara, parte de su
equipo de trabajo, nos mostró una importante faceta
de la cocina tradicional que ha estado en peligro de
perderse, y por la que ha surgido la necesidad de
fomentar su uso para salvaguardar la cultura del pue-
blo manabita. Esa característica es el exquisito sabor
al momento de preparar los alimentos en horno de
leña, un toque tan especial que hace que los turistas
locales e internacionales quieran volver a probarlos.
Los benefciarios resaltaron lo gratifcante y
provechoso que resultó recibir recursos no reembol-
sables porque les ayudaron a promocionar y difundir
esta tradición, consiguiendo que más personas se
interesen en usarla en sus restaurantes. Si bien es un
camino que empieza, permitirá que los portadores
del conocimiento busquen a futuro declarar a esta
técnica de cocina tradicional Patrimonio Cultural de la
Humanidad. El fogón de leña manabita, “una conexión
entre el pasado y el presente” (F. Vergara, comunica
-
ción personal, 24 enero 2022), no es una simple técni-
ca ancestral, sino un vínculo de vida que se acopla a la
cocina actual. La comida no solo concentra un sabor
diferente, sino que transmite la historia detrás de la
cocina manabita. Es una experiencia única y enrique-
cedora participar de esta reconstrucción y valoriza-
ción de la culinaria tradicional.
Cocina de leña, foto Pilar Egüez, Calceta, 2022.
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Guardianes de saberes, cantón Bolívar
El proyecto “Jóvenes guardianes/as de saberes:
formación en investigación y difusión en medios di-
gitales del patrimonio alimentario del cantón Bolívar,
Manabí” tuvo como objetivo enseñar herramientas
básicas en investigación etnográfca y video digital
a niños/as y jóvenes entre 10 y 22 años. El fn era
que ellas/os documenten y participen en el estudio,
registro, salvaguardia y difusión de los saberes de las
portadoras/es en sus familias y comunidades.
Se impartió el curso presencial “Jóvenes guar-
dianes de saberes”, estructurado en cinco clases
teóricas en métodos de investigación etnográfca
aplicados a la nutrición tradicional y cinco talleres
prácticos en video digital, de acuerdo con lo que es-
tablecieron los benefciarios. Las clases presenciales
fueron grabadas y editadas en diez videos a través de
la plataforma educativa Madre Semilla, de la Red de
Guardianes de Semillas.
Como resultado de este proyecto, los jóvenes
aprendieron a cocinar en hornos de leña, vasijas de
barro, entre otros métodos tradicionales.
Si bien la juventud actual tiene metas distin-
tas a las de nuestros antepasados, su formación y
guía potencia el conocimiento sobre sus raíces y de
esta manera se logra despertar un gran interés en la
comunidad local e internacional. Esta ha constituido
una gran oportunidad de dar a conocer, promocionar
y difundir las labores ancestrales que realiza a diario.
Los métodos culinarios, desde la cosecha,
recoger los alimentos con las propias manos, hasta
llegar a su preparación, son los que convierten en tan
especiales a estos espacios de trabajo. Permiten a
los jóvenes seguir adelante y no dejar morir el cono-
cimiento ancestral heredado de sus bisabuelos para
que continúe en las generaciones venideras.
Al ser el futuro del país, transmitir el conoci-
miento sobre sus raíces permitirá a los jóvenes sentir-
se orgullosos de su cultura y de lo que pueden hacer
con tan valioso saber.
“Este legado cultural que tenemos en los países
de habla hispana, la sobremesa, no tiene traducción
directa en otros idiomas; es el sentarnos después de
la comida y compartir tu día, hace que sea la mejor
parte de la comida” (P. Egüez, comunicación personal,
1 abril 2022). El simple hecho de ver la felicidad de
las personas compartiendo los alimentos hace que,
a pesar de haber tenido un mal día, todos los males
se vayan. Estos valores y tradiciones que se están
transmitiendo a los jóvenes, al compartir con la fami-
lia la preparación de los alimentos, asegura que no se
pierdan en el transcurso del tiempo.
El conocimiento heredado puede tomar fuerza
en las siguientes generaciones, puede existir una
transmisión intergeneracional. Estos proyectos ayu-
dan a que ese saber ancestral no se pierda, sino que
se fortalezca y tenga mayor valoración local.
Círculo Colonche & Barro y Fibras
Naturales, cantón Santa Elena,
comunidad Olón
El proyecto “Círculo Olonche & Barro y Fibras
Naturales”, realizado en la comunidad de Olón, pa
-
rroquia Manglaralto del cantón Santa Elena, buscó
trabajar en la recuperación y transmisión del saber
ancestral que junta el barro y la fbra de plátano, para
producir piezas con identidad y materia prima soste-
nible que lleven a reactivar la economía de las bene-
fciarias. Estuvo dirigido a mujeres adultas mayores,
madres solteras o cabeza de hogar de las comunas
de Olón, Montañita, Curía, San José y Dos Mangas.
Este proyecto tuvo unas 50 benefciarias direc
-
tas, quienes respondieron a la invitación realizada
puerta a puerta. Para darle continuidad, fue necesa-
rio adecuar el espacio físico para proteger el horno
de leña y así continuar con los talleres. Las clases de
quema y elaboración del molde básico de yeso sirvie-
ron para transmitir la técnica del armado de horno de
ladrillo y de la quema a leña.
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Taller de trabajo y diseño, foto Rossana Martínez, Sta. Elena, 2022.
Recuperar y transmitir este saber ancestral per-
mitió producir piezas con identidad que reactivaron
la economía de las benefciarias. Inicialmente fue solo
un sueño de hace años, pero gracias a los recursos
entregados por la línea de fomento se convirtió en
una realidad en la comunidad de Olón.
El trabajo asociativo, la transmisión de saberes,
las charlas de cosmovisión, ancestralidad y creativi-
dad del producto, capacitaciones a asociaciones de
mujeres, clases de arteterapia en barro con adultos
mayores, lograron incentivar a las benefciarias para
evitar que el arte del barro y el tejido de fbra de
plátano desaparezcan en estas comunas y, a su vez,
que puedan visualizarlo como un sustento diario para
ellas y sus familias.
Rossana Martínez mencionó que la experiencia
ganada y la satisfacción de ver a cada una de las favo-
recidas directas e indirectas fue muy gratifcante. El
agrado de las personas mientras practicaba este arte
y aprendían todo el proceso hizo que cada momento
del proyecto fuera muy especial.
¨La realización de los talleres para dar a cono-
cer, difundir y rescatar los saberes ancestrales del
barro y el manejo de la fbra natural del plátano ha
sido nuestro motor principal del proyecto¨ (R. Martí-
nez, comunicación personal, 1 abril 2022).
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Tejido del sombrero de paja toquilla,
Portoviejo
El tejido del sombrero de paja toquilla, declara-
do como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Huma-
nidad, es un arte que se ha transmitido y vigorizado
de generación en generación. Fortalecer el conoci-
miento de la juventud fue el pilar fundamental de
este proyecto, a la vez de mejorar las capacidades de
promoción, difusión y comercialización de sombreros
y artesanías en paja toquilla, revitalizando este saber
patrimonial en la comunidad El Milagro de Picoazá,
cantón Portoviejo, provincia de Manabí. El objetivo
primordial fue generar espacios para la transmisión
de saberes, llegando a cerca de 40 artesanos y a más
de 30 niños, niñas y adolescentes de estos sectores,
Elaboración de sombrero de paja toquilla, foto Miguel Chilán, Portoviejo, 2022.
que se benefciaron con talleres para aprender del
tejido y preservarlo en las nuevas generaciones.
Promover espacios de aprendizaje y trans-
misión del conocimiento sobre el sombrero es un
esfuerzo constante de los portadores. Además de los
talleres, se elaboró un video documental que detalla
la vida de la comunidad, actividades de aprendizaje
y experiencias del proyecto, y se crearon contenidos
para páginas de Facebook, Instagram, WhatsApp, Tik
Tok con el fn de difundir los talleres y promocionar la
paja toquilla.
Transferir el conocimiento a los jóvenes ha
sido una conquista ya que las grandes empresas
que comercializan los sombreros no han valorado lo
sufciente el esfuerzo que requiere su elaboración,
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considerando no solo el tiempo invertido, sino el arte
que signifca. Por estas razones, la Línea de Fomento
de la Memoria Social y Patrimonio Cultural constituyó
un buen mecanismo de fnanciamiento para promo
-
ver iniciativas comunitarias que permitieron dar conti-
nuidad a la transmisión del saber. En este proyecto, se
pudo dar cursos gratuitos y, de esta manera, llamar la
atención de la juventud para que se interese en salva-
guardar el tejido para las siguientes generaciones.
Percibir directamente el esfuerzo y la constan-
cia para transmitir este saber ha sido impactante.
Ahora ya se observa la reacción de la juventud al
sentir que no se valora el arte del tejido entre los
compradores. En ello se centró el presente proyecto:
revalorizar el tejido del sombrero y otorgar a los jóve-
nes la oportunidad de aprender y continuar transf
-
riendo su conocimiento.
Conclusiones
Cada uno de los proyectos administrados fue
una experiencia diferente que contribuyó personal y
profesionalmente. Estos recursos abrieron una nueva
perspectiva a cada uno de los benefciarios de la
línea de fomento. Se enseñó a valorar cada una de las
técnicas ancestrales que se han practicado durante
décadas, como elaborar platos típicos en horno de
leña aplicando todo un proceso culinario o usar la olla
de barro e implementos artesanales para preparar
alimentos. Esta experiencia permitió un proceso de
revalorización de todas las técnicas tradicionales.
Los talleres prácticos e interactivos fueron una
gran herramienta implementada por los benefciarios.
Fue la mejor manera para que las comunidades se
interesen en los proyectos y aprendan técnicas de
manejo de materiales, procesos para promover un
interés particular, además de obtener recursos eco-
nómicos para el sustento diario.
La línea de fomento se abrió a la creatividad de
las personas y también logró revalorizar sus cono-
cimientos y experiencias. Ayudó a entender que sus
saberes no son algo simple o común, por el contrario,
son de gran relevancia y se los debe propagar hacia la
población.
Referencia
Alegría, L., Acevedo, P. y Rojas, C. (2018). Patrimonio
cultural y memoria. El giro social de la me-
moria.
Revista Austral de Ciencias Sociales
, 34,
pp. 21-35. doi:https://www.redalyc.org/jour-
nal/459/45959602003/html/