https://revistas.patrimoniocultural.gob.ec/ojs/index.php/INPC
INPC Revista del Patrimonio Cultural del Ecuador,
03/2025-08/2025, vol. 2, nro.2, e11
Periodicidad: semestral - continua
https://doi.org/10.5281/zenodo.15116593
Revista del Patrimonio Cultural del Ecuador
INPC
Diálogos de barro y memoria: Saberes artesanales y creación
con el pasado prehispánico en La Pila (Manabí)
Dialogues of Clay and Memory: Artisanal Knowledge and Creation
with the Pre-Hispanic Past in La Pila (Manabí)
Resumen
Este artículo analiza la práctica alfarera artesanal en La Pila (Manabí, Ecuador) enfocándose en la producción
de réplicas de artefactos prehispánicos como una forma de identificación con el pasado que, al ser recreado,
lo actualiza y resignifica constantemente. A través de una metodología interdisciplinaria que incluye el arte, la
antropología, la arqueología y la gestión cultural, se llevaron a cabo talleres participativos en la comunidad para
indagar en la transmisión intergeneracional de saberes artesanales. Estos talleres permitieron explorar cómo
estas prácticas reflejan una conexión activa con los patrimonios locales y los desafíos actuales que enfrentan
los artesanos y las artesanas. El texto también aborda las tensiones históricas entre la comunidad y el Estado
en torno a la gestión del patrimonio, proponiendo un diálogo más inclusivo que reconoce la creatividad y el
conocimiento tradicional como componentes fundamentales del patrimonio cultural.
Palabras clave: alfarería, artesanía, arqueología, patrimonio cultural, La Pila, Ecuador.
Abstract
This article analyses the artisanal practice in La Pila, Manabí, Ecuador, focusing on the production of replicas
of pre-Hispanic artifacts as a form of identication with the past, which, when recreated, is constantly updated
and re-signied. Through an interdisciplinary methodology that includes art, anthropology, archaeology,
and cultural management, participatory workshops were conducted in the community, emphasizing the
intergenerational transmission of artisanal knowledge. These workshops allowed for the exploration of how
these practices reect an active connection with local heritages and the current challenges faced by artisans.
The text also addresses the historical tensions between the community and the State regarding heritage
management, proposing a more inclusive dialogue that recognizes creativity and traditional knowledge as
fundamental components of cultural heritage.
Keywords: pottery, craft, archaeology, cultural heritage, La Pila, Ecuador
Pamela Cevallos
Ponticia Universidad Católica del Ecuador
pcevallos708@puce.edu.ec
Gema Quijije
Gestora cultural, comunidad La Pila
gemaquijije24@gmail.com
Emilio Vargas
Investigador independiente
varmarem90@gmail.com
ISSN 3028-8886
2
Instituto Nacional de Patrimonio Cultural 2025
Saberes artesanales y creación con el pasado prehispánico en La Pila (Manabí)
Introducción
Este artículo busca contribuir a la compleja
discusión sobre patrimonio cultural a partir de un
acercamiento al ocio artesanal en La Pila, una
comunidad con una rica herencia prehispánica, que ha
mantenido viva la tradición alfarera de crear réplicas
de artefactos antiguos. Nuestro trabajo reivindica la
necesidad del reconocimiento social de esta práctica
que, en épocas recientes, ha ido decreciendo debido a la
falta de oportunidades económicas y las limitaciones de
las políticas patrimoniales.
En esta investigación colaboramos con la
comunidad para revalorizar esta práctica a partir de
tres objetivos especícos:
En primer lugar, analizar cómo la producción
artesanal de réplicas prehispánicas contribuye a la
reinterpretación del pasado. Nos interesa comprender
cómo la recreación de estos objetos ancestrales permite
a la comunidad mantener una conexión latente con
su herencia cultural. Esta práctica no se trata de un
simple ejercicio de reproducción o copia de objetos y
motivos para un mercado turístico, sino que expresa
una identicación con el pasado prehispánico que, al
recrearlo, lo actualiza y resignica constantemente.
En segundo lugar, investigar la transmisión
intergeneracional de saberes artesanales en la
comunidad y sus potencialidades. Mediante talleres
participativos buscamos sumarnos a las iniciativas
locales de los portadores de estos saberes en La Pila,
quienes recientemente han tomado acciones para
promover la importancia de su ocio en la comunidad.
A partir del diálogo entre artesanos y artesanas con los
jóvenes, niños y nas, observamos las formas en que
el conocimiento y las técnicas alfareras se transmiten y
adaptan a los contextos actuales.
Y, en tercer lugar, abordamos las tensiones entre
la comunidad alfarera y las políticas estatales para
la gestión del patrimonio cultural. A lo largo de este
artículo, se examinan las dinámicas históricas y sociales
que han dado forma a esta tradición artesanal, así
como las tensiones y contradicciones que surgen en su
interacción con el Estado y las políticas patrimoniales.
En este contexto, se plantea una reexión crítica sobre
el papel del Estado en la protección y promoción del
patrimonio cultural, destacando la importancia de un
enfoque más inclusivo y participativo que integre los
conocimientos y las prácticas locales en la construcción
de políticas públicas.
Con estos objetivos, nos planteamos la siguiente
pregunta: ¿de qué manera la práctica artesanal de
réplicas prehispánicas en La Pila puede contribuir a
la reinterpretación del pasado y a la resignicación
del patrimonio cultural, en un contexto donde las
políticas patrimoniales y las dinámicas económicas
parecen amenazar su continuidad?
Este proyecto se construyó con un enfoque
interdisciplinar desde el arte, la antropología, la
arqueología y la gestión cultural
1
. Estas distintas
miradas contribuyeron a matizar el caso desde los
estudios críticos del patrimonio y las memorias
comunitarias. En términos metodológicos, esta
investigación se basó en una etnografía realizada
entre julio y octubre de 2022. La primera línea
de trabajo (julio-agosto y octubre) consistió en
entrevistas semiestructuradas a personas de la
comunidad vinculadas a procesos culturales. Se
indagó sobre la historia de la comunidad, los inicios
del ocio y las condiciones actuales de producción.
La segunda nea de trabajo (septiembre-octubre)
consistió en una investigación colaborativa mediante
ocho talleres de modelado en barro dirigidos a
jóvenes, niños y nas de la comunidad e impartidos
por seis artesanos y una artesana. Estos talleres
fueron el espacio para la observación del trabajo y
el desarrollo de entrevistas a los participantes. Los
resultados del proceso colaborativo se socializaron
a la comunidad mediante una feria y en un taller
realizado en el mes de enero de 2023 con la
Asociación para el Rescate de la Alfarería Ancestral
La Pila, conformada a partir de este proyecto.
La Pila, conexión viva con lo prehispánico
La Pila ha generado múltiples expresiones
culturales relacionadas con su pasado prehispánico,
vinculado a la abundancia de evidencias
arqueológicas de los antiguos pobladores que
habitaron lo que hoy conocemos como territorio
ecuatoriano, especialmente en la provincia
de Mana
2
. Esta parroquia rural adquiere
preponderancia por su ubicación geogca,
cercana a extensos yacimientos arqueológicos de la
1 Esta investigación se realizó mediante fondos concursables
del Instituto Nacional de Patrimonio Cultural (INPC), en
su Línea de Fomento de la Memoria Social y el Patrimonio
Cultural, Sublínea de Investigación, 2022. El proyecto fue
conceptualizado y dirigido por Pamela Cevallos.
2 Las mayores referencias bibliogficas para la zona de
Manabí central son las publicaciones pioneras de George
Dorsey (1901), Marshall Saville (1907, 1910), Jacinto Jijón
y Caamaño (1952), Emilio Estrada (1962), o trabajos más
recientes que han contribuido al entendimiento cultural
para la región como Presley Norton (1992), Richard Lunnis
(2001), Jean Fraois Bouchard (2006), Florencio Delgado
(2009), Marcos e Hidrovo (2010), Soledad Solórzano (2016),
entre otros que complementan la información arqueológica
o han buscado medidas de protección ante eventuales
procesos de destrucción de sitios arqueológicos.
3
INPC, Revista del Patrimonio Cultural del Ecuador
Pamela Cevallos, Gema Quijije, Emilio Vargas
región, como Cerro de Hojas-Jaboncillo, Montecristi,
Jipijapa, Chirije, Japoto, Jaramijó, Agua Blanca, Ligüiqui
y Salango, entre otros, que fueron sitios clave en el
desarrollo de pueblos y cacicazgos prehispánicos.
Rodeada de grandes centros prehispánicos, La
Pila formaba parte de una red de ocupación en Manabí,
siendo su pozo de agua (“pileta”) un elemento central
en la organización espacial y simbólica (Imagen 1).
En un estudio realizado por el Instituto Nacional de
Patrimonio Cultural (INPC) en 2011
3
, se registró la
presencia de 48 sitios arqueológicos en la parroquia
y de estructuras similares cercanas (Solórzano, 2016,
p. 52), que también existen en Cerro Hojas-Jaboncillo,
tratándose de pozos cónicos revestidos de roca tallada.
En el interior del pozo se han encontrado artefactos
prehispánicos asociados a la cultura Manteña, lo que
sugiere que fue construido durante el período de
Integración (500-1530 d.C.). Según Solórzano, “El pozo
de agua debió tener un reconocimiento ancestral, el
proceso de elaboración y sus dimensiones demuestran
un trabajo que surge en respuesta a una necesidad:
garantizar agua de forma permanente, sabiendo de una
fuente de suministro estable” (Solórzano, 2016).
La pileta, como la llaman los habitantes de la
comunidad, es un referente de gran importancia para
la identidad local y se encuentra dentro del espacio
del GAD de La Pila. Este pozo de agua salobre no solo
es parte de los relatos y leyendas de la zona, sino que
también es un testimonio tangible de la conexión
con el pasado prehispánico. Según Pedro Lucas,
líder comunitario, la historia de la población está
profundamente entrelazada con ese pasado:
Toda esta área fue asentamiento de la cultura
manteña. Hay un video donde se observa desde
la A hasta la Z toda la pileta, esa arquitectura de
la cultura manteña, incluso existen piezas de oro
adentro. Y hay ciertas creencias de que cuando se
limpiaba, se sacaban las piezas y el agua dejaba
de salir. Así cuentan los viejos, que recuperaron
las piezas y otra vez salió agua. Toda la estructura
se puede ver y alrededor hubo muchas guras
manteñas, piezas muy hermosas. (comunicación
personal, 1 de octubre de 2022)
Este relato sobre la pileta ha sido repetido en
numerosas entrevistas, revelando la profunda relación
que los habitantes de La Pila mantienen con este vestigio
prehispánico como elemento que activa la memoria y
conecta con el pasado. Dicho pasado constituye el
3 Con el auspicio del INPC con la Dirección Regional 4 se llevó a
cabo la Investigación arqueológica, antropológica y etnohistórica
de La Pila a cargo de la Dra. María Soledad Solórzano en 2011.
cimiento cultural de la parroquia y está ligado tanto
a la subsistencia —gracias a la disponibilidad de
agua— como a las economías movilizadas alrededor
de las piezas arqueológicas, como veremos a
continuación.
Imagen 1 Pileta ancestral. Fotografía de Pamela Cevallos.
Coleccionismo y huaquería
En diversos sitios prehispánicos de Ecuador se
han encontrado vestigios materiales, entre los cuales
los objetos de cerámica destacan como elementos
cotidianos y, al mismo tiempo, sumamente codiciados
por expertos y coleccionistas contemporáneos debido
a su valor estético y tipológico. Particularmente,
los bienes arqueológicos con un alto contenido
iconogco son apreciados por su capacidad de
denir y representar características culturales
especícas. Durante la segunda mitad del siglo
XX, se observó un creciente interés en este tipo de
materialidad, tanto desde los estudios arqueológicos
como desde las prácticas de coleccionismo.
En cuanto al coleccionismo, en la década
de 1940 el Banco Central del Ecuador comen
a adquirir objetos arqueológicos, especialmente
de oro, como parte de su actividad en el ámbito
monetario. Sin embargo, siguiendo el ejemplo del
Museo del Oro de Bogotá, el Banco decidió crear
un museo nacional, inaugurado en diciembre
de 1969. Este proceso, que gozó de autonomía
institucional y recursos económicos, involucró
una convocatoria dirigida a la ciudadanía para la
compra de objetos que representaran el patrimonio
nacional, incluyendo arqueología, arte colonial y
arte moderno. Los efectos de este coleccionismo se
evidencian en los archivos de los actuales Museo
Nacional (MUNA) y Museo Antropológico y de Arte
Contemporáneo (MAAC). Como señala Cevallos
(2018), estos archivos revelan una contradicción
fundamental en la gestión institucional: el Estado,
4
Instituto Nacional de Patrimonio Cultural 2025
Saberes artesanales y creación con el pasado prehispánico en La Pila (Manabí)
encargado de proteger el patrimonio cultural,
fomentaba indirectamente la práctica de la huaquería,
entendida en los Andes como la excavación y extracción
ilícita de bienes arqueológicos (Cevallos, 2018, p. 74).
Durante muchos años, el Estado ecuatoriano fue
uno de los principales actores en la compra y venta de
piezas arqueológicas. Esta actividad no solo movilizó
recursos signicativos para la creación y expansión de
museos, sino que también incentivó la búsqueda y
extracción de nuevos artefactos a través de la huaquería.
En este contexto, La Pila, ubicada estratégicamente
entre Quito y Guayaquil, las ciudades con las
colecciones arqueológicas más importantes del país, se
convirtió en un núcleo de estas dinámicas (Imagen 2).
Las memorias de esa época giran en torno a los cambios
en la organización social de la comunidad, marcados
por el auge de esta práctica. Sin embargo, aún es
necesario profundizar en el impacto que tuvo en las
formas tradicionales de subsistencia y producción, en
un marco de abandono estatal que contribuyó a la
destrucción o el olvido de numerosos sitios
arqueogicos.
Imagen 2 Mapa que ubica La Pila, los principales sitios
arqueológicos y colecciones nacionales de arqueología. Ela-
boración de Pamela Cevallos.
El huaquerismo en Ecuador es un tema
conictivo, y no existe una postura unicada
respecto a su legitimidad. Sin embargo, es posible
identicar ciertos límites coloniales y raciales en las
interpretaciones de esta práctica. El huaquerismo, al
igual que en otras partes del mundo, surgió en respuesta
a la creciente demanda de coleccionistas, que en muchos
casos eran académicos o acionados acaudalados,
interesados en incrementar sus colecciones privadas.
En numerosas ocasiones, se les permitió excavar con
el conocimiento y consentimiento de las autoridades,
sin ningún control efectivo.
Por otro lado, comunidades empobrecidas,
como la de La Pila, encontraron en esta actividad su
única fuente de ingresos. En la década de 1960, tras
años de sequía, muchos habitantes recurrieron a la
huaquería como medio de subsistencia.
Saulo L. recuerda:
Nosotros escarbábamos esas cositas y yo
también me fui a Quito a vender husos, sellos,
palomitas. Toda la gente se dedicó, en los
años sesenta no hubo siete años de invierno
en esta soledad, y se fueron a Guayaquil,
Santo Domingo, Esmeraldas. La gente se iba
a escarbar y con eso se comía. (comunicación
personal, 1 de octubre de 2022)
En la mayoría de los casos, los huaqueros
recibían solo una fracción del valor total que los
intermediarios obtenían al vender las piezas, quienes
lucraban considerablemente con estos hallazgos.
Este doble discurso sigue presente tanto en la
percepción de las autoridades como algunos sectores
de la comunidad arqueológica, donde se tiende a
condenar moralmente la práctica de la huaquería.
En el ámbito académico, la formación universitaria
suele plantear que el huaquerismo atenta contra el
patrimonio cultural, enfocándose en la pérdida de
información histórica y arqueológica. No obstante, esta
visión a menudo desatiende las complejas cuestiones
de clase social y las dinámicas de poder involucradas
en el comercio ilícito de bienes culturales (Yates, 2015).
La narrativa predominante tiende a simplicar las
motivaciones detrás de la huaquería, dividiendo a los
actores en huaqueros buenos” y “huaqueros malos”.
Los primeros son vistos como aquellos que realizaron
excavaciones y preservaron los objetos en colecciones
o museos, mientras que los segundos son considerados
aquellos que, por necesidad económica, vendieron los
objetos en el mercado.
Sin embargo, esta dicotomía reduccionista
no captura la complejidad de la situación. Tanto los
coleccionistas y académicos como las comunidades
locales han participado en procesos que responden a
estructuras económicas, legales y sociales especícas.
Por ejemplo, algunos coleccionistas han actuado
con una clara intención de preservar el patrimonio,
mientras que otros han contribuido activamente a su
comercialización. Del mismo modo, las comunidades
que participaron en la huaquería lo hicieron en
contextos de precariedad, donde las opciones de
5
INPC, Revista del Patrimonio Cultural del Ecuador
Pamela Cevallos, Gema Quijije, Emilio Vargas
subsistencia eran limitadas. Esta polarización oculta las
relaciones de poder que determinan quién tiene acceso
a los conocimientos autorizados sobre el patrimonio y
quiénes se ven forzados a extraer objetos arqueológicos
para sobrevivir. En este contexto, mientras los nombres
de algunos coleccionistas guran en libros de historia
y arqueología, muchos de los huaqueros que operaron
bajo condiciones de marginalización permanecen, no
solo invisibilizados, sino también estigmatizados por la
narrativa dominante.
Inicios del oficio artesanal
El origen del ocio artesanal de elaboración de
réplicas prehispánicas en La Pila está estrechamente
vinculado con las prácticas de huaquería de la zona,
en medio del auge del coleccionismo público y privado
de mediados del siglo XX. Las memorias orales sobre
cómo comenzó este ocio se reeren al descubrimiento
de unos “cuños, como los pilenses llaman a los moldes
prehispánicos (Imagen 3). Entre los años cincuenta y
sesenta, se produjeron las primeras piezas utilizando
el barro de la pileta y los cuños, haciéndolas pasar
como antiguas. Sin embargo, más allá del hallazgo
de estos moldes, fue la crisis ocasionada por una
prolongada sequía lo que impulsó la transformación de
la economía local. Privados de los medios tradicionales
de subsistencia, los habitantes de La Pila recurrieron a
su ingenio para convertir la huaquería y la fabricación
de réplicas en una alternativa económica viable. En
este contexto de carencia, la creatividad emerg
como un recurso indispensable: la experimentación
con materiales, técnicas y acabados permitió que esta
nueva actividad no solo garantizara ingresos, sino que
también evolucionara hasta convertirse en una práctica
artesanal consolidada. Pedro Lucas recuerda cómo
este ocio transformó la economía local, haciendo del
modelado en barro una actividad fundamental para el
sustento familiar:
A don Colón Quijije se le ocurrió utilizar un
molde para hacer una gura, se empezó a vender
y en ese entonces la gente no conocía y pasaban
como originales. El pueblo de La Pila, que antes
se dedicaba a la agricultura y a hacer carbón,
cambió su economía, ya no dependían de la
agricultura y luego fueron aprendiendo a ser
verdaderos artistas. (comunicación personal, 1 de
octubre de 2022)
Los testimonios orales identican al señor
Colón Quijije como el pionero de esta práctica, que
rápidamente se extendió entre varias familias, impulsada
por un mercado creciente de turistas y acionados que
compraban las piezas creyéndolas auténticas. A medida
que la demanda crecía, la producción artesanal en La
Pila dejó de ser una actividad marginal y se convirtió
en el eje económico de la comunidad, permitiendo
que muchas familias diversicaran sus ingresos
y accedieran a mejores condiciones de vida. Esta
transformación se reejó no solo en el aumento de las
oportunidades laborales, sino también en cambios
tangibles en la infraestructura local. Saulo L. describe
este período como una etapa de crecimiento para la
parroquia, en la que el auge del ocio artesanal trajo
consigo mejoras signicativas en la vivienda y en el
acceso a bienes básicos:
Colón Quijije comenzó a hacer la cerámica y
luego la señora Marcela Calle. Mucha gente
creía que eran antiguas, de ahí comenzó
Pascual López, luego Héctor Gómez,
Emilio Bailón, Andrés López, y fue la gente
caminando y recorriendo. Venía la gente
a llevar camionadas de muñecos, La Pila
se engrandeció. Antes éramos pobres, con
casitas de caña, y luego fueron de ladrillo.
(comunicación personal, 1 de octubre de
2022)
El testimonio de Saulo evidencia cómo
la expansión del comercio artesanal permit
la transición de viviendas precarias de caña a
construcciones de ladrillo, un indicador clave del
mejoramiento de las condiciones materiales de la
comunidad. Asimismo, este auge económico facilitó
un mayor acceso a la educación y otros recursos,
consolidando el ocio artesanal como un pilar
fundamental para el desarrollo local.
Para la década de 1970, el trabajo artesanal
de La Pila ya era reconocido en el país. El literato
Filoteo Samaniego, en una nota de prensa titulada
“La Pila produce arqueología contemporánea”,
resaltaba la fama de este “caserío” por su dominio
de técnicas y secretos para hacer imitaciones
arqueológicas. Según Samaniego, esta práctica
moderna beneciaba a la arqueología, ya que la
comercialización de artesanías disminuía en cierta
medida las excavaciones ilícitas. En su relato sobre
su visita a La Pila, mencionaba:
No me ocultaron estos hábiles ceramistas sus
talleres ni su manera de trabajar, ya que ellos
no tienen ninguna intención de causar daño,
aunque no faltan personas que son víctimas
6
Instituto Nacional de Patrimonio Cultural 2025
Saberes artesanales y creación con el pasado prehispánico en La Pila (Manabí)
del aparentemente ingenuo comercio. Creo que
los habitantes de La Pila han evitado, por su
parte, cierta proliferación de la huaquería. (Diario
El Tiempo, 16 de diciembre de 1971)
Imagen 3 Cuño prehispánico encontrado en la pileta. Ar-
chivo del GAD La Pila.
A través de talleres familiares, los artesanos
desarrollaron técnicas basadas en la experimentación
con materiales, minerales y plantas, al mismo tiempo
que exploraban el aspecto estético de sus creaciones.
En diálogo con huaqueros y arqueólogos, aprendieron
a reconocer, diferenciar y recrear las culturas
prehispánicas de la costa, especialmente las culturas
Manteña, Chorrera, Jama Coaque, Bahía y Guangala.
La artesanía no solo se convirtió en la principal fuente
de ingresos para muchas familias, sino que también
contribuyó a la organización comunitaria, facilitando la
obtención de derechos como el Seguro Social Campesino
y la construcción de espacios como el Centro Comunal,
la escuela y el colegio, inclusive, estos últimos tuvieron
durante mucho tiempo formación técnica en alfarería.
Además de su acceso directo a los objetos
arqueológicos, los artesanos participaron en un proceso
de autoformación. Mantuvieron conversaciones con
expertos que visitaban La Pila, y también estudiaron
catálogos de museos y libros de arqueología, los cuales
se convirtieron en importantes referencias. Aunque
esta información era limitada, los artesanos supieron
aprovecharla creativamente, marcando así una distinción
fundamental entre la mera copia y la réplica. Mientras
que la copia es una reproducción menica que no
implica un involucramiento profundo con el objeto
original, la réplica supone un proceso de reinterpretación
en el que se articulan tanto el conocimiento técnico
como las capacidades estéticas y simbólicas del artesano.
En este sentido, la réplica no es solo un ejercicio de
reproducción, sino una práctica creativa.
Las limitaciones que enfrentaban los artesanos,
como el acceso fragmentado al conocimiento
arqueológico y la dependencia de recursos naturales
locales, no impidieron el desarrollo de un ocio
caracterizado por la destreza técnica y la capacidad
de adaptación. La réplica, desde esta perspectiva,
se convirtió en una manifestación de creatividad e
invención. Al reinterpretar los objetos prehispánicos,
los artesanos de La Pila no solo recrearon el pasado,
sino que también lo transformaron, generando
nuevas formas culturales en diálogo con su presente
(Cevallos, 2023). Así, la réplica revela un potencial
para resignicar el patrimonio arqueológico más allá
de las barreras impuestas por el acceso desigual al
conocimiento y los recursos.
El declive de la práctica artesanal
y las tensiones patrimoniales
Desde sus inicios, hace aproximadamente
siete décadas, la práctica artesanal de réplicas
precolombinas ha experimentado momentos de
auge, sin embargo, en la actualidad el interés por
dedicarse al ocio ha decrecido considerablemente.
Uno de los momentos de mayor apogeo fue
durante la década de 1980 cuando los habitantes
recuerdan que era una actividad rentable. En este
periodo, varias instituciones estatales impulsaron
la visibilidad y promoción de la artesanía, entre
ellas está el Museo del Banco Central de Manta,
que organizó diversas exposiciones
4
. En esta época
también se llevó a cabo un proyecto del Banco
Interamericano de Desarrollo y CENAPIA, cuyo
objetivo fue mejorar la tecnicación de procesos,
como la quema, mediante la implementación de
nuevos hornos. Estas acciones, aunque signicativas
en su momento, no estuvieron enmarcadas en una
política pública de incentivo a la práctica artesanal ni
en su reconocimiento como patrimonio intangible.
Las técnicas que se introdujeron cambiaron
las formas estéticas y de trabajo. Una de las líneas
que se propagó rápidamente y que fue desplazando al
tradicional de modelado de réplica fue el trabajo con
moldes de yeso y barbotina cerámica, una suspensión
uida de arcilla en agua utilizada para el vaciado,
en contraste con el modelado manual con barro.
4 En La Pila se recuerda a personajes como Jacqueline
de Munizaga, investigadora chilena que dirigió el Museo
del Banco Central de Manta en la década de 1980, quien
incentivó a que los artesanos hagan sus propias creaciones.
Además, se introdujo una línea de trabajo de escenas
costumbristas que buscaba representar la vida diaria.
7
INPC, Revista del Patrimonio Cultural del Ecuador
Pamela Cevallos, Gema Quijije, Emilio Vargas
Muchos artesanos tradicionales se cambiaron hacia esta
nueva forma de producción que abarataba los costos y
el tiempo requerido. Con esta técnica se empezaron a
realizar guras y objetos con motivos decorativos que se
alejaron por completo de la estética precolombina. Esto
se percibe en la actualidad ya que en los sitios de venta
ubicados en la carretera principal predominan las guras
de barbotina.
En términos macroeconómicos, este declive en
la producción artesanal de réplicas prhispánicas se
puede notar a partir de la crisis bancaria de nales de
la década de 1990 cuando muchas personas tuvieron
que emigrar en busca de mejores oportunidades. Más
recientemente, el terremoto de 2016 afectó a toda la
provincia de Manabí, pero el impacto más severo en
la actividad artesanal se produjo con la pandemia
de COVID-19, que redujo drásticamente el turismo,
que activaba la venta de artesanías y por tanto era
una actividad fundamental para los ingresos de los
artesanos.
No obstante, según los testimonios recabados, el
contexto de la Constitución de 2008 marcó uno de los
momentos de mayor retroceso y tensión entre el Estado
y la comunidad artesanal. En la Asamblea Constituyente
de Montecristi se establecieron normativas punitivas
clave para la prohibición de excavaciones y el tráco
ilícito de bienes culturales, reforzando la protección del
patrimonio tangible e intangible. Estas disposiciones
se reejaron en varios artículos del Código Orgánico
Integral Penal y la Ley Orgánica de Cultura
5
. Las nuevas
medidas jurídico-políticas formaban parte del control
estatal sobre el tco ilícito, pero también impactaron
negativamente a la circulación de las artesanías.
El estricto control implementado en puertos
aéreos y terrestres resultó en el decomiso de artesanías
adquiridas en La Pila a turistas, debido a dudas sobre
su autenticidad. La recurrencia de estos casos afectó
signicativamente la comercialización de las piezas.
Además, varios artesanos e intermediarios han
enfrentado situaciones difíciles, y continúan haciéndolo,
al ser detenidos por la Policía Nacional bajo la sospecha
de poseer bienes arqueológicos. Esta situación se debe
5 Como marco jurídico consta el artículo 379 de la
Constitución de la República. El Código Orgánico Integral
Penal (COIP), publicado en el Registro Oficial Suplemento
180, en vigencia desde 2014, en su Sección Quinta, señala los
Delitos contra el derecho a la cultura, en los Artículos: Art.237,
Art. 238, Art. 239, Art. 240. Además, en la Ley Orgánica de
Cultura en el Art.67 expresa que se prohíbe la destrucción
total o parcial de bienes del patrimonio cultural nacional,
Art. 91, Art. 170 y Art. 171 señalan las prohibiciones sobre
los bienes arqueológicos y paleontológicos, entre las que se
cuentan la apropiación, ocultación, adulteración, falsificación
y comercialización de los mismos, así como cualquier tipo de
trabajo de excavación arqueológica sin autorización previa.
en gran medida al desconocimiento técnico de las
autoridades para diferenciar y discernir entre piezas
auténticas y réplicas prehispánicas
6
. Como cuenta
Vicenta Q., su esposo fue detenido por la Policía
mientras llevaba sus artesaas para venderlas:
Porque pensaban que las artesanías eran
originales. Y no, las artesanías no eran
originales porque incluso nosotros tenemos
un sello que nos dio el (Instituto de)
Patrimonio para ponerles a las piezas para
que vayan ya con su respectivo sello. Sí, ahí lo
tenían a mi esposo. Llamaron para preguntar
de Quito si lo conocían, a qué se dedicaba,
y él cómo nada debía nada temía. Pasó
detenido unas horas no más porque incluso ya
llamaron y dijeron que si lo conocían, que no
eran originales, eran copias y ya lo soltaron.
Lo que sí, le quitaron la maleta. Lo lógico era
que le devolvieran porque ya para ellos no le
servían para nada. (comunicación personal,
20 agosto de 2022)
El relato de Vicenta no es un caso aislado,
sino una situación recurrente que ha llevado a
la comunidad a percibir una criminalización del
trabajo artesanal. En este contexto, el INPC, la
entidad estatal con más intervenciones en La Pila,
implementó en 2015 un sello de “no autenticidad
para prevenir el tco de bienes arqueológicos
y apoyar a los artesanos
7
. Este sello de acero,
que marcaba la pieza antes de su cocción con la
inscripción “INPC-La Pila”, buscaba diferenciar
claramente las réplicas de las piezas antiguas
(Imagen 4). Sin embargo, su implementación no fue
del todo exitosa, ya que presentaba serios problemas
de diseño que dicultaban su uso generalizado e
incluso podían dañar las piezas. Como comenta
Vicenta Q., los sellos eran difíciles de aplicar y no
hubo un seguimiento adecuado del proceso:
En las piezas más pequeñas, uno no puede
ponerle ese sello porque se hunde. Uno tiene que
ponerle un poquito más de barro. Así ponerlo para
que quede como altito para no dañar la vasija.
Tuvimos otro taller, nosotros les expusimos la queja
6 En 2011 se generó la Guía de identificación de bienes
arqueológicos (INPC) en la que se establecen diferencias
entre los bienes patrimoniales y las reproducciones
actuales, mencionando lo difícil que puede ser la
identificación en el caso de la cerámica.
7 Previo a su implementación, en 2014 se realizó un taller
de socialización sobre el uso del sello del INPC para
comercialización de piezas réplica.
8
Instituto Nacional de Patrimonio Cultural 2025
Saberes artesanales y creación con el pasado prehispánico en La Pila (Manabí)
sobre el sello y dijeron que nos iban a ayudar para dar
otros sellos más pequeños que no dañara las piezas,
pero se quedó nomás en un proyecto y nunca más.
(comunicación personal, 20 agosto de 2022)
Imagen 4 Sello INPC La Pila en taller artesanal. Fotogra-
fía de Emilio Vargas.
Esta propuesta del sello y su aplicación nos
permite visibilizar las limitaciones de las políticas
patrimoniales y la necesidad de su construcción
participativa. El sello no logró resolver el problema
central y su uso no se extendió debido a sus fallas de
diseño. Durante el transcurso de esta investigación, el
INPC planteó alternativas a los artesanos, sugiriendo
que ellos mismos incluyan sus marcas o sellos
distintivos, una práctica que ahora se ha implementado
en la mayoría de los talleres.
Durante más de una década, las instituciones
estatales han subestimado la relevancia de las réplicas
como productos culturales, acumulando las que han
sido decomisadas e incluso promoviendo su destrucción.
Este abandono responde a un enfoque que ha ignorado
el valor simbólico del trabajo artesanal, desatendiendo
además el conocimiento profundo de las comunidades
sobre la alfarería tradicional y las culturas prehispánicas
que recrean. No obstante, desde la implementación de la
Reserva Técnica Resfa Parducci del INPC en 2021, se ha
comenzado a realizar un manejo técnico de las réplicas
decomisadas en procesos de tco ilícito, lo que abre
nuevas oportunidades para que estas piezas contribuyan
a la divulgación y educación patrimonial.
Lazos comunitarios
En la parroquia de La Pila el ocio artesanal
ha ido perdiendo su valoración social, especialmente
en las generaciones más jóvenes. Como hemos visto
anteriormente, el contexto histórico ha incidido en
una percepción negativa del ocio que, además, no se
presenta como una alternativa económica rentable.
Las múltiples crisis económicas y sociales conllevaron
a que muchos cambien de ocio para subsistir. Así,
en las familias, los más jóvenes no consideran como
una opción de vida dedicarse al ocio de sus padres.
En este sentido, podemos armar que esta práctica
que se ha trasmitido como una tradición familiar está
perdiendo continuidad.
Esta subvaloración tiene también una rz
losóca profunda en el pensamiento occidental
que ha separado mente y mano, como una manera
de estraticación epistemológica que coloca
a la conciencia como fuente primaria de todo
conocimiento (Smith, 2018). Frente a esto, nos interesa
destacar la importancia de lo háptico desde la
perspectiva del antropólogo Tim Ingold que da cuenta
de cómo los hábitos de los artesanos para cumplir sus
tareas no están sedimentados en sus cuerpos, sino
generados y promulgados en una correspondencia
atenta y cinestésica con las herramientas, los
materiales y el entorno (Ingold, 2019, p.7). Esta
correspondencia no es silenciosa y quieta, sino
ruidosa y turbulenta, viva y abierta al mundo (Ingold,
2019, p.7). De este modo, el conocimiento artesanal va
más allá de la mera repetición para convertirse en un
diálogo activo con el contexto.
En La Pila este diálogo con el presente va más
allá de la mera creación de objetos hacia lograr una
integración social a través de la memoria y el sentido
de pertenencia. Como recuerda Gema Quijije, quien
coordinó una serie de talleres con la comunidad,
“La creación no es solo una pasión, sino también
un proceso que refuerza los lazos comunitarios
(comunicación personal, 9 de octubre de 2022). El
proyecto de talleres intergeneracionales surgió como
iniciativa del artesano Javier Rivera, quien subrayó la
importancia de preservar el arte de la alfarería para
las nuevas generaciones. Sin embargo, estos talleres
no fueron un evento aislado, sino la continuidad
de un proceso iniciado en 2021, posible gracias al
apoyo del CIDAP y articulado a partir del trabajo
de campo previo de Pamela Cevallos. Desde 2017,
Cevallos promovió el dlogo en torno a la historia
artesanal de La Pila y la creación del museo, lo que
permitió identicar a los artesanos y artesanas más
interesados en resignicar su ocio. A partir de esta
red de participación, quienes se habían involucrado
activamente en la fase inicial fueron invitados a esta
nueva serie de talleres, consolidando un proceso
de colaboración en el que los propios participantes
recomendaban a otros para sumarse en las siguientes
etapas. Así, esta iniciativa logró reunir a destacados
alfareros como Genaro López, Consuelo Mezones,
Guillermo Quijije, Daniel Mezones, Ángel Gómez,
9
INPC, Revista del Patrimonio Cultural del Ecuador
Pamela Cevallos, Gema Quijije, Emilio Vargas
Eddie Veliz y el mismo Javier Rivera, cada uno con
su propio estilo artesanal y años de experiencia en la
producción de objetos de barro.
Es relevante detenerse en la historia de estos
artesanos para comprender por qué han continuado con
este ocio. Genaro, Guillermo, Javier, Ángel y Consuelo
adquirieron sus conocimientos de sus padres, mientras
que Daniel y Eddie aprendieron de amigos y vecinos.
La mayoría coinciden en que comenzaron a trabajar la
alfarería en la adolescencia, aunque desde más pequeños
ya jugaban con el barro y observaban los talleres
familiares. La edad es un aspecto importante para los
artesanos, ya que les recuerda cómo iniciaron en el ocio
y qué les apasionaba desde niños. Aunque cada uno ha
desarrollado su propio enfoque y técnica, muchos han
incorporado elementos contemporáneos a sus obras,
inspirándose en su entorno.
Durante una reunión previa a los talleres, los
artesanos reexionaron sobre cómo enseñar, a quiénes
enseñar y por qué hacerlo. A diferencia de la imagen
idealizada de una comunidad cohesionada, en este primer
encuentro cada uno llegó por su cuenta, posicionando
su trabajo de manera individual. Esta tendencia al
individualismo tenía raíces profundas en la historia de
la artesanía local: desde los años del coleccionismo,
cuando el comercio de piezas prehispánicas generó
una competencia feroz, hasta el auge de las réplicas casi
indistinguibles de los originales, donde cada taller se
consolidó como un espacio autónomo y competitivo.
Para muchos, la transmisión de saberes no había sido una
prioridad, pues el ocio estuvo marcado por una lógica
de competencia más que de colaboración.
En este contexto, Gema Quijije, como
coordinadora del proceso y en su rol de joven gestora
cultural, desempeñó un papel clave en la articulación
de los participantes. Su investigación previa sobre la
puesta en valor de la artesanía de La Pila en relación
con el patrimonio cultural inmaterial (Quijije, 2022) le
proporcionó insumos para comprender las dimicas
comunitarias y anticipar algunos de los desafíos
del trabajo colectivo. No fue un proceso sencillo: las
diferencias generacionales y las rivalidades previas
entre los artesanos hicieron que la dimica grupal
fuera, en un inicio, tensa y fragmentada. Sin embargo,
conforme avanzaban las discusiones, cada artesano
eligió las temáticas de enseñanza según su experiencia
y anidad: Genaro, Guillermo y Daniel se enfocaron
en la creación de piezas prehispánicas, mientras que
Consuelo y Eddie exploraron lo contemporáneo, Javier
se especializó en la pintura y el pulido de las piezas, y
todos colaboraron en la enseñanza de la quema. Esta
distribución permitió que cada uno se sintiera cómodo
dentro del proceso, evitando imposiciones externas y
respetando sus propias trayectorias.
El verdadero logro de estos talleres fue
que, más allá de un espacio de aprendizaje técnico,
se convirtieron en un ejercicio de construcción
colectiva del conocimiento. Poco a poco, los artesanos
comenzaron a entender que el objetivo no era solo
perfeccionar una técnica, sino fortalecer el saber
compartido como un bien común. Un aspecto
clave fue la decisión de apoyarse mutuamente en la
enseñanza: los talleres no eran espacios individuales
de exhibición, sino plataformas de intercambio en las
que los participantes podían aprender de cada sesión
y aprovechar al máximo la experiencia.
Si bien las tensiones y rivalidades no
desaparecieron por completo, lo que emergió de este
proceso fue un aprendizaje clave: el reconocimiento de
que la pérdida del conocimiento artesanal no solo es una
cuestión de técnica, sino también de la forma en que la
comunidad (con sus fricciones, desafíos y resistencias)
se organiza para transmitirlo y adaptarlo a los nuevos
tiempos.
Aprendizajes compartidos
En estudios anteriores se han registrado los
procesos técnicos que existen en La Pila (Solórzano,
2018). En esta investigación nos enfocamos en el
proceso de transmisión y los contenidos que los
artesanos consideraban relevantes, más allá del
detalle de los procedimientos. Los talleres paran
de la conexión con el entorno y la historia ancestral
del lugar. Los artesanos hacían constante referencia
al pozo prehispánico (pileta) como una fuente de
memoria viva y presencia del pasado. Uno de los
primeros temas abordados fue el de la simbología
prehispánica, dirigido por Guillermo Quijije, artesano
con más de cincuenta años de experiencia. Quijije
introdujo a los participantes en el uso de líneas y
guras geométricas que representan elementos
vitales y de la naturaleza, tal como se observa en los
sellos prehispánicos.
Por su parte, el artesano Ángel Gómez, con
cuarenta años de experiencia, les enseñó el modelado
de guras humanas, especialmente de la cultura
manteña. Los personajes creados se adaptaban
a los intereses individuales de cada participante,
fomentando la creatividad al conectarlos con
referencias actuales.
Consuelo Mezones, artesana con cuarenta
años de trayectoria, dirigió un taller que conectaba
la simbología prehispánica con el arte utilitario.
A través de la elaboración de objetos como
vasos, platos, cuencos y vasijas, los participantes
exploraron su propia cotidianidad mientras
reexionaban sobre los alimentos y las formas de
10
Instituto Nacional de Patrimonio Cultural 2025
Saberes artesanales y creación con el pasado prehispánico en La Pila (Manabí)
cocinar de los antepasados. Consuelo fue la única mujer
en participar como tallerista, lo que invita a reexionar
sobre la situación de las mujeres en el ocio. Aunque
muchas artesanas han sido guras clave en el pasado,
hoy su trabajo se invisibiliza, y muchas son relegadas
a ser ayudantes de sus esposos. (Castro, Labrada y
Chasing, 2017)
Uno de los talleres más inspiradores fue el dirigido
por Daniel Mezones, artesano con cuarenta años de
experiencia y colaborador en la reserva arqueológica del
Museo de Antropología y Arte Contemporáneo (MAAC)
de Guayaquil. Su enfoque no solo abarcaba las técnicas
tradicionales de la cerámica, sino que también integraba
el sonido como parte fundamental del aprendizaje. En
este taller, los participantes crearon silbatos y ocarinas,
incorporando el sonido en el proceso creativo. A través
de esta experiencia, se conectó lo visual con lo sonoro,
tomando como referencia las emblemáticas botellas
silbatos de la cultura Chorrera, capaces de emitir
sonidos que emulan a las guras representadas. El
taller demostró cómo un simple trozo de barro podía
transformarse en un objeto que no solo se observa, sino
que también produce sonidos, ofreciendo una nueva
perspectiva sobre los objetos arqueológicos, los cuales,
en los museos, suelen estar limitados a la contemplación
visual
8
. En palabras de Daniel Mezones:
Yo he tenido la suerte de trabajar muchos años
viendo cosas de arqueología y, a través de eso, te das
cuenta de las técnicas de nuestros ancestros. Nosotros
hemos rescatado muchas de estas técnicas y las estamos
implementando. Las estamos enseñando aquí a todos los
niños que vengan a aprender este maravilloso arte de hacer
cerámica y objetos utilitarios, que sigan esta tradición.
(comunicación personal, 17 de septiembre de 2022)
Esta declaración reeja el profundo compromiso
de Daniel no solo con la preservación de técnicas
ancestrales, sino también con su transmisión a las nuevas
generaciones, asegurando que el conocimiento de los
ancestros permanezca vivo y relevante en el presente. Para
él, el barro no es solo una herramienta creativa, sino un
medio para conectar con el legado cultural y fomentar una
continuidad intergeneracional en la práctica artesanal.
Por su parte, Eddie Véliz, artesano con cuarenta
años de experiencia, impartió un taller sobre la creación
mediante moldes de yeso, técnica contemporánea
8 Un proyecto importante en este sentido es “Sonidos de
América”, una iniciativa dirigida por el investigador y músico
argentino Esteban Valdivia. Este proyecto se centra en el
estudio y la difusión del patrimonio cultural americano, con un
enfoque particular en los instrumentos musicales ancestrales
de las culturas precolombinas. https://www.youtube.com/@
sonidosdeamerica/about
que retoma la tradición de los antiguos cuños. Los
participantes trabajaron con moldes de animales
marinos, como el tiburón y la mantarraya,
característicos de las playas manabitas, lo que
permitió reexionar sobre la relación de la cultura
manteña con el agua y la pesca.
Javier Rivera, artesano con treinta y cinco años
de experiencia, completó este proceso con un taller
sobre el uso del color, guiando a los participantes en
los principios cromáticos prehispánicos y alentando
la experimentación libre en la pintura (Imagen 5).
Ambos talleres destacaron la contemporaneidad de
la práctica artesanal, resaltando la creatividad como
elemento central. Además, estos talleres impulsaron
una reexión sobre la noción de artista y artesano,
planteando una crítica a las jerarquías históricas
que separan ambas guras en términos de autoría y
legitimidad (Phillips y Steiner, 1999).
El cierre de los talleres incluyó la comprensión
del proceso de quema de las piezas, dirigido por
Genaro López, artesano con más de cuarenta
años de experiencia. López explicó los tiempos
y complejidades del proceso de cocción de la
cerámica (Imagen 6). Finalmente, se organizó la
Feria Artesanal “Donde la tierra se transforma en
arte
9
el 14 de octubre de 2022, coincidiendo con
las estas de parroquialización. En este evento,
se reconoció públicamente a los participantes, en
presencia de autoridades locales y familias. Además,
se presentaron los murales realizados en el espacio
parroquial bajo la dirección de Gema Quijije y
Javier Rivera (Imagen 7), acciones que avivaron una
conversación comunitaria sobre la importancia de la
artesanía en La Pila.
Imagen 5 Piezas en barro realizadas por niños, niñas
y jóvenes de La Pila, imágenes del proceso de pintura.
Fotografía de Emilio Vargas.
9 La frase fue tomada de Pedro Lucas, líder comunitario
quien ha contribuido también a valorar el trabajo
artesanal.
11
INPC, Revista del Patrimonio Cultural del Ecuador
Pamela Cevallos, Gema Quijije, Emilio Vargas
Imagen 6 Participantes de los talleres en el proceso de
quema de las piezas. En la foto se observa a los artesanos y
artesanas: Consuelo Mezones, Gema Quijije, Guillermo Qui-
jije, Ángel Gómez, Eddie Véliz y Genaro López. Fotografía de
Emilio Vargas.
Imagen 7 Murales en el GAD La Pila, realizados a partir
de réplicas prehispánicas por las jóvenes Mercedes Chávez y
Anahí Vásquez, bajo la guía de Gema Quijije y Javier Rivera.
Fotografía de Pamela Cevallos.
Contribuciones
Esta experiencia de talleres nos permitió apreciar
el profundo valor que los artesanos otorgan a sus
conocimientos y a las formas de transmitirlos. En cada
inicio de taller, los maestros artesanos compartían no
solo sus técnicas, sino también sus memorias del ocio,
hablando de la inuencia de sus padres, madres, abuelos,
abuelas y otros artesanos que los formaron desde
temprana edad. Desde las tareas más sencillas, similares
a las que realizaban los niños y niñas participantes, hasta
el desarrollo de exploraciones personales, los artesanos
destacaban que su aprendizaje no se basaba en la
simple memorización de técnicas o secuencias. En
lugar de eso, los talleres fueron espacios abiertos y
dimicos de aprendizaje, donde el diálogo constante
con el entorno permitía alcanzar comprensiones
más profundas sobre la materialidad y la identidad
cultural (Portisch, 2010). Se valoró la creatividad
individual y la capacidad de trabajo colaborativo,
aspectos fundamentales para fortalecer la cohesión
comunitaria.
Durante los talleres, la mayoría de los
participantes fueron niñas y jóvenes mujeres, lo cual
fue signicativo dada la invisibilización histórica
de las artesanas. Para futuras investigaciones,
resulta esencial explorar el papel de las mujeres
precursoras de este ocio en la parroquia y destacar
las particularidades de sus prácticas y memorias, en
un contexto marcado por la desigualdad de género e
incluso la violencia.
Un logro tangible de este proyecto fue la
creación de la Asociación para el Rescate de la
Alfarería Ancestral – La Pila, cuyo objetivo es
“contribuir a la salvaguardia de los saberes de
los artesanos alfareros mediante la valoración y
difusión de sus conocimientos, así como fomentar
la integración intergeneracional para desarrollar
proyectos que preserven este valioso patrimonio”
(Acta de la Asociación, octubre 2022). La creación
de esta asociación, impulsada por los talleres, ha
permitido que la comunidad avance en nuevos
procesos colectivos orientados a la protección y
transmisión de estos saberes.
Además, es importante reexionar sobre las
posibilidades que ofrece el diálogo entre diferentes
formas de conocimiento para construir una
visión plural del pasado, más allá de las jerarquías
disciplinarias. Esta reexión surgió de la experiencia
del taller dictado por el artesano Javier Rivera a los
funcionarios de la Reserva Técnica Resfa Parducci del
INPC en Quito, en septiembre de 2022. En este taller,
aunque las técnicas enseñadas fueron sencillas, lo más
relevante fue la aproximación al barro como material.
Si bien la cerámica es un material comúnmente
estudiado por arqueólogos, para muchos fue la
primera vez que interactuaban directamente con el
barro, enfrentando sus características y los desafíos
de su manipulación. Esta experiencia lúdica y
sensorial abrió nuevas reexiones que trascienden el
ámbito teórico de la arqueología.
Los artesanos, además, han incorporado el
discurso arqueológico y las cronologías establecidas
desde la década de 1960. Son capaces de identicar
culturas y diferenciar piezas antiguas de las actuales,
pero también poseen un conocimiento único
12
Instituto Nacional de Patrimonio Cultural 2025
Saberes artesanales y creación con el pasado prehispánico en La Pila (Manabí)
derivado de la recreación de las técnicas ancestrales
y su comprensión del pasado a través de las huellas
que dejan los materiales. Un ejemplo destacado es
el artesano Daniel Mezones, quien ha colaborado
activamente en investigaciones arqueológicas del
MAAC, incluyendo estudios recientes sobre la gurina
Valdivia
10
, ofreciendo nuevas interpretaciones a partir
de su experiencia práctica.
Este diálogo de saberes permite explorar
enfoques innovadores sobre el pasado, que van desde
las emociones y afectos —como cuando los artesanos
se reeren a los pueblos prehispánicos como “los
antiguos”— hasta la relación con el medio ambiente y los
ciclos de la tierra, que se maniestan en la “energía” que,
según los artesanos, el barro les transmite. Estas son
solo algunas de las muchas puertas que se abren para
resignicar y entender el pasado desde otras miradas.
Conclusiones y recomendaciones
La historia de las prácticas alfareras en La Pila
revela las complejas y dinámicas relaciones entre
las comunidades y sus patrimonios culturales. La
identicación con el pasado prehispánico se evidencia
en la importancia simbólica que la comunidad otorga
al pozo (pileta), un elemento central que no solo da
nombre al lugar, sino que articula un profundo sentido
de pertenencia y origen de la artesanía local. En este
contexto, las condiciones sociales de pobreza han forzado
a la comunidad, que valora su conexión con el pasado, a
comercializar objetos arqueológicos como una estrategia
de subsistencia. La huaquería, como práctica, surge en
un escenario de falta de oportunidades, con el costo de
desconectar a la comunidad de los elementos culturales de
su territorio.
Si bien se discuten ampliamente las implicaciones
negativas para la arqueología, en términos de pérdida
de información sobre los contextos de origen de los
objetos, poco se reexiona sobre el signicado que tiene
para una comunidad despojarse de estos objetos para
sobrevivir. Este despojo no solo afecta a los arqueólogos,
sino que tiene un profundo impacto en la relación de las
personas con su propia historia y cultura.
Es imperativo repensar críticamente el rol del
Estado y sus políticas patrimoniales en relación con
las comunidades, así como el papel de la academia
en la investigación del “otro, ya sea prehispánico o
presente. La Pila nos ofrece un ejemplo vivo de las
limitaciones de los discursos de salvaguardia del
10 Nos referimos a la exposición “La figurina Valdivia, ícono
americano de la revolución neolítica”, curada por la arqueóloga
Mariela García, inaugurada en 2019 en el MAAC, Guayaquil.
patrimonio cuando estos se centran únicamente en
los objetos y en lo nacional, sin tomar en cuenta las
realidades y necesidades locales. Esta comunidad
ha sido estigmatizada, deslegitimando las relaciones
alternativas que podrían existir con los objetos
arqueológicos. Sin embargo, las y los artesanos de
La Pila han mantenido viva nuestra conexión con el
pasado, transformando estas relaciones a través de
su arte.
Los conocimientos artesanales y su
transmisión intergeneracional deben fortalecerse
y revalorizarse, pues son una expresión cultural y
artística de un vínculo dinámico con lo prehispánico
y con el contexto local. Estos saberes no son simples
copias de objetos antiguos, sino representaciones
en constante transformación que dialogan con el
presente. En este sentido, los artesanos y artesanas
de La Pila pueden aportar signicativamente
a proyectos interdisciplinares que rompan las
jerarquías del saber y valoren el conocimiento que
surge del hacer y la práctica.
A partir de esta investigación, consideramos
esencial promover espacios de diálogo entre las
instituciones del Estado y la comunidad artesanal
de La Pila, para contribuir a la revalorización de
la práctica y la construcción colectiva de políticas
públicas. Como señalan Brodie et al. (2022), es
necesario repensar las políticas de tráco ilícito,
vigentes desde la Convención de la UNESCO de 1970,
ya que han sido inecaces en muchos casos, debido
a la falta de comprensión sobre el funcionamiento
de las redes y las consecuencias negativas para
las comunidades locales. El caso de La Pila, donde
incluso se ha llegado a criminalizar el ocio
artesanal, es emblemático para repensar el tráco
ilícito desde una perspectiva inclusiva, basada en la
colaboración con la comunidad.
En última instancia, las políticas culturales
sobre el patrimonio arqueológico deben abordarse
de manera cuidadosa y responsable, respetando
las relaciones interculturales entre el pasado y las
manos artesanales que lo recrean en el presente.
Fecha de recepción: 1 de junio de 2023
Fecha de aceptación: 20 de marzo de 2025
13
INPC, Revista del Patrimonio Cultural del Ecuador
Pamela Cevallos, Gema Quijije, Emilio Vargas
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