Pajuyuk, achimamas: conocimiento de las mujeres kichwa sobre
el bosque amazónico para la salud femenina
Pajuyuk, achimamas: Kichwa womens knowledge about the
Amazon forest for womens health
Resumen
El conocimiento de las mujeres kichwa amazónicas sobre las plantas del bosque para la salud femenina es un
aprendizaje que inicia desde temprana edad y que dura toda la vida. Las integrantes de Asociación de Mujeres
Parteras Kichwas de Alto Napo (Amupakin) cultivan sus chakras y su relación con la selva para mantener el
equilibrio de sus propios cuerpos, la salud de sus familias y de sus comunidades, cuidando de la vida desde
el nacimiento. De la indisociable relación con el territorio que habitan, surge una serie de prácticas culturales
de enseñanza y aprendizaje con mujeres y hombres pajuyuk
1
de quienes adquieren sus dones para sanar, así
también del vínculo con seres vivos no humanos como plantas, árboles, ríos, cascadas, rocas, animales, entre
otros. Este sistema complejo de pensamiento, que resiste desde lo cotidiano, ha dado como consecuencia una
relativa autonomía sobre la salud y ha permitido la continuidad de la vida del pueblo kichwa amazónico.
Palabras clave: selva amazónica, mujeres kichwa, salud femenina, chakra amazónica, medicina tradicional.
Abstract
The knowledge of Amazonian Kichwa women about the plants of the forest for women’s health is an
apprenticeship that begins at an early age and lasts a lifetime. The members of the Association of Kichwa
Women Midwives of Alto Napo (Amupakin) cultivate their chakras and their relationship with the forest to
maintain the balance of their own bodies, the health of their families and their communities, caring for life from
birth. From the inseparable relationship with the territory they inhabit, arises a series of cultural practices of
teaching and learning with pajuyuk women and men from whom they acquire their gifts for healing, also from
the relationship with non-human living beings such as plants, trees, rivers, waterfalls, rocks, animals, among
others. This complex system of thought, which is sustained day-to-day, has by default given a relative autonomy
over health and has allowed the continuity of the life of the Amazonian Kichwa people.
Keywords: Amazon Rainforest, kichwa women, women’s health, amazon chakra, traditional medicine.
* Investigadora y documentalista, con estudios en Antropología Social y Visual, especialista en feminismos
desde la perspectiva campesina y comunitaria. Desde hace algunos años se ha involucrado en el trabajo con
mujeres amazónicas, en especial en el Alto Napo. Temas que cruzan su trabajo son los sistemas de aprendizaje
culturalmente centrados, las relaciones afectivas y de cuidado de los territorios que habitan.
1. Pajuyuk en kichwa significa portador/a de paju, el don o habilidad de sanación. Este es un oficio práctico entre los kichwa del Alto Napo.
Eliana Ordoñez Checa*
Investigadora independiente, Tena, Ecuador.
eliordonezch@gmail.com
Revista del Patrimonio Cultural del Ecuador
INPC
https://revistas.patrimoniocultural.gob.ec/ojs/index.php/INPC
INPC Revista del Patrimonio Cultural del Ecuador,
09/2023-02/2024, vol. 1, nro.1, e4
Periodicidad: semestral - continua
https://doi.org/10.5281/zenodo.10383083
2
Eliana Ordoñez Checa
Instituto Nacional de Patrimonio Cultural 2023
Introducción
El conocimiento sobre la salud femenina de
las mujeres kichwa que habitan la cuenca alta del río
Napo, en la Amazonía de Ecuador, es una temática
extensa y de estructura compleja que intento
despejar a lo largo de este artículo. Desde la mirada
de las integrantes de la Asociación de Mujeres
Parteras Kichwas de Alto Napo (Amupakin
2
), pongo
énfasis en las características donde se maniesta
su saber, considerándolo como un patrimonio
inmaterial vivo
3
.
Las prácticas de sanación y de búsqueda de
la salud son tangenciales en todas las culturas; el
conocimiento de las mujeres kichwa, en la práctica
de aprendizaje corporizado, ha sostenido la vida
en todas sus formas a través de una relación de
equilibrio con la selva y con la chakra
4
. Reyes (2009)
sostiene al respecto que “la corporalidad es un
concepto que abarca las dimensiones biológica y
social del ser humano. La experiencia y construcción
del cuerpo es un ejercicio cotidiano de las personas
dentro de una dinámica cultural” (p. 18).
Este estudio tiene como objetivo visibilizar el
conocimiento de las mujeres kichwa sobre la salud
femenina, más allá de la gestación y el parto. Si bien
para ellas no existe una división tácita entre un
cuerpo gestante y no gestante, comprendiendo el
cuerpo femenino como un todo (Garzón et al, 2021),
las parteras de Amupakin decidieron desagregar
su saber sobre las enfermedades femeninas en
términos convencionales para compartir sus
servicios con mujeres de cualquier procedencia
étnico-cultural (O. Salazar, comunicación personal,
mayo 2022). También vieron la importancia de
marcar una distinción de su labor curativa con
plantas frente a otras formas de sanación kichwa
2. Es una organización que reúne parteras de origen
étnico kichwa quienes, comprometidas con sus formas
tradicionales de sanación amazónica, atienden desde hace
30 años todo tipo de afecciones corporales y energéticas
en la “Casa para la Vida”, un espacio de sanación en la
comunidad de Sábata, Archidona.
3. El patrimonio cultural inmaterial es “tradicional,
contemporáneo y viviente al mismo tiempo … no solo
incluye tradiciones heredadas del pasado, sino también
usos rurales y urbanos contemporáneos característicos de
diversos grupos culturales” (Unesco, 2010, p. 4).
4. La chakra se refiere a una extensión de terreno o parcela
dedicada al cultivo biodiverso de plantas alimenticias y
medicinales que, en la cultura kichwa amazónica, se le
asigna a una mujer cuando se casa para el sustento de la
nueva familia.
amazónica, como el de los yachakkuna
5
o chamanes
y el uso de plantas de poder como la ayawaska, para
así salvaguardar el conocimiento de las pajuyuk o
portadoras de dones para la salud.
La experiencia de vida de estas mujeres,
dedicadas especialmente a la partería tradicional,
proporciona una mirada sobre un sistema complejo
de aprendizaje en la cultura kichwa amazónica (Bernis
et al., 2017). Este se basa enteramente en el contacto
corporal y relacional con otras pajuyuk o portadoras
de dones y con otros seres vivos no humanos como
cerros, cascadas, plantas y animales. Estas relaciones
se cultivan a lo largo de toda la vida de las mujeres
kichwa, por lo que la metodología para el desarrollo
de este estudio se ha centrado especícamente en las
historias de vida de las diez integrantes de Amupakin:
cuatro achimamas
6
o abuelas sanadoras, cuatro mamas
7
y dos aprendices, siendo ellas las detentoras de este
patrimonio inmaterial vivo. Además, las acompañé
en los momentos de compartir sus conocimientos
cotidianos a otras aprendices en el proyecto Pipka
8
,
en ceremonias como la guayusa upina y la pachina, a
talleres de ginecología natural, de awina y de cestería.
Se realizó también un grupo focal para identicar
enfermedades femeninas y las plantas que las sanan,
en el taller sobre el cuerpo como primer territorio
de cuidado, también se realizó la pre-escuela sobre
atención femenina para mujeres kichwa y la casa abierta
nal para compartir con la comunidad sobre este
estudio y sus resultados preliminares.
Dentro de la cosmovisión kichwa amazónica,
la salud es un sistema compuesto por una serie de
acciones y decisiones cotidianas sobre alimentación,
pero también sobre labores diarias, horarios de
descanso, tipo de comida (cálida o fría), hábitos de
limpieza, e incluso detalles como la forma y la mano
con que se sostienen las cosas; prácticas aprendidas
y transmitidas de forma consistente por las mujeres
de Amupakin. Hace 30 años, ellas conformaron esta
asociación para salvaguardar su cultura y costumbres y
sostener sus prácticas sanadoras para las generaciones
más jóvenes.
Este estudio es parte de las Líneas de Fomento
5. Se traduce como sabios o sanadores.
6. El término achimama se asigna a mujeres con trayectoria
y determinada edad, cuando han sido reconocidas por otras
sanadoras y por una comunidad como abuelas sabias.
7. En la fonética kichwa amazónica, esta palabra se pronuncia
con entonación grave para referirse a las sanadoras.
8. Programa Inmersivo de Partería Kichwa Amazónica (2022-
2023).
3
Pajuyuk, achimamas: conocimiento de las mujeres kichwa sobre el bosque amazónico para la salud femenina
INPC, Revista del Patrimonio Cultural del Ecuador
a la Investigación del Instituto Nacional de Patrimonio
Cultural (INPC), convocatoria 2022. Ha sido un ejercicio
de colaboración para salvaguardar el patrimonio
cultural inmaterial (PCI) que implican las prácticas
que este artículo intenta visibilizar y discutir. Cabe
señalar que, dentro de los ámbitos patrimoniales,
existe una categorización ambigua sobre los sistemas
de enseñanza y aprendizaje para el cuidado de la vida
y sobre el conocimiento exclusivo de las mujeres, tema
central de este estudio. Sin embargo, se puede enmarcar
dentro del ámbito “conocimientos y usos relacionados
con la naturaleza y el universo”, donde se ubican las
prácticas de medicina tradicional.
Achimama s, mamas y aprendices: un sistema
corporizado de enseñanza y aprendizaje
El sistema de aprendizaje para la sanación
dentro de la cultura kichwa amazónica empieza a muy
temprana edad y, en muchos casos, incluso desde
el vientre cuando el padre y la madre deciden pedir
determinado saber para el neonato, por ejemplo, que
nazca con el don de la partería. La forma de solicitar
estos dones o pajus se hace a través de acuerdos con
los pajuyukkuna y con los amus o dueños de la tierra e
involucra una dieta especíca que deben cumplir
los progenitores del nuevo bebé. Para la familia y
la comunidad, esto signica la integración de una
persona con ese rol que aseguraa la continuidad
del linaje.
En la forma de construir conocimiento
de las sociedades originarias amazónicas, el
cuerpo cumple un rol central en la transmisión
de la sabiduría, más allá de la oralidad. Seeger,
Da Matta y Viveiros arman que el cuerpo tiene
una centralidad para la construcción del mundo y
que esos dones adquiridos a través de la práctica
corpórea determinan los usos sociales (1979, p.
16). “A diferencia de las sociedades occidentales,
el cuerpo no se ubica como una herramienta o
extensión del pensamiento de una persona, sino que
el desarrollo de la persona tanto en pensamiento
como físicamente componen un solo ser” (Aguilera,
2018, p. 33).
Las mujeres kichwa transmiten y adquieren, a
través de la práctica ritual denominada pajuyuk (paju
= don, yuk = portadora de), el poder para desarrollar
determinadas destrezas encaminadas al cuidado y
sostenimiento de la vida, relacionadas al cultivo de la
Figura 1
Ceremonia de pachina
Nota. María Narváez, Adela Alvarado, Catalina Shiguango, Olga Chongo. Foto Margony Palacios.
4
Eliana Ordoñez Checa
Instituto Nacional de Patrimonio Cultural 2023
tierra para alimento y para curar ciertas afecciones.
Para la mayoría de las integrantes de
Amupakin, sus historias de aprendizaje iniciaron
a muy temprana edad, cuando acompañaban o
espiaban a sus abuelas/os, madres o padres durante
las curaciones que realizaban o durante el trabajo
de la chakra. Esto denota una clara familiaridad con
el acto de sanación e incorporación práctica de los
dones para determinada actividad.
Para las plantas medicinales mi padre nos
hacía conocer los tipos de plantas llevando
a la nca; tenía que memorizar, saber y
preparar para curar. Después mi padre les
decía a mis hermanos que practiquen como
hacía mi padre el preparado de la medicina;
todas las madrugadas daba consejos para que
nosotros los hijos tengamos los conocimientos
para toda la vida. Mi padre era sabio, él
tocaba auta hecha de bambú y mi madre le
acompañaba con la caja, yo me enfocaba en
cantar todos los conocimientos obtenidos de
mis padres (M. A. Shiguango, comunicación
personal, diciembre 2022).
… para que estás viendo, vaya a dormir … yo
no hice caso, pero mi abuelito dijo entra no
más a ver, así es una mujer, así toca sufrir, tú
también algún rato vas a coger marido … Mi
abuelo decía, mijita así hay que acomodar,
después me dijo, voy a dar el don, bueno le
digo abuelito lo que tú tienes todo el poder
deme. Me dio de la partería y también me
dio de cómo hay que trabajar, hacer sembrío,
para que siembre maíz, yuca, plátano, él tenía
de todo poder (I. Tanguila, comunicación
personal, noviembre 2022).
¿Cómo yo aprendí? Es por nuestra abuelita,
yo de pequeña era bien curiosa, porque mis
abuelitas y mis padres decían esas cosas de
mayores, era prohibido escuchar … Como
mi abuelita curaba, hacía controles de parto,
entonces yo veía escondida, ellos se tapaban
con la cobija, pero yo buscaba el espacio
donde ver, entonces la casita como era así
caña de guadua, siempre había un huequito, yo
sabía estar viendo. Un buen día se dio cuenta
mi abuelita, me dijo usted no me hace caso,
no me entiendes, ya dije que es prohibido ver,
pero ahora sí desde hoy en adelante te voy a
andar llevando, porque creo que usted quiere
aprender y quieres ser como mi (A. Alvarado,
comunicación personal, noviembre 2022).
En estos testimonios se puede percibir
como inicia el camino de una sanadora; recalcan la
importancia de que la persona que va a recibir los dones
y la ga demuestre el interés y el deseo de aprender.
En la cosmovisión kichwa se enfatiza que, si no cultivas
o maduras los pajus que te fueron otorgados, estos
retornan como enfermedad para quienes los dieron.
Las mujeres mencionan la existencia de normas que
asegurarían que la familia pueda estar sana luego del
tiempo de los mayores. Se reeren a pasar sus dones a
personas dentro de la línea familiar sanguínea como
hijos/as y nietos/as, otorgando las habilidades agrícolas
a las mujeres, quienes tradicionalmente se dedican al
trabajo en la chakra.
Se puede entender que, dentro de su sistema de
enseñanza, existe una forma de devolución donde la/
el pajuyuk puede ser alguien que eventualmente podrá
curar a miembros de la familia cuando ellos enfermen.
En ese sentido, una de las funciones de las alianzas
matrimoniales es el intercambio, la diversidad y la
acumulación de saberes, ya que incorporar a alguien
que posee dones en la familia implica seguridad en la
alimentación y en la salud.
Mi suegro dijo: kachun [nuera], yo quisiera
ayudarte, yo quisiera darte un poder pequeño,
un don para que usted ayude a sus hijos, empiece
con sus hijos, ayude a las personas que necesita,
empieza con los niños primero (F. Chongo,
comunicación personal, noviembre 2022).
Entreaullas [consuegras], como éramos conocidos
entre familias, me dijo tú tienes que aprender, si
usted desea puedes coger [la mano para pasar
el don], voluntad de ella. Entonces dije bueno
gracias, ella estaba curando a un niño, después
hizo limpia para una persona, yo dije gracias,
agarré las manos (O. Chongo, comunicación
personal, noviembre 2022).
Los conocimientos que las mujeres incorporan
a lo largo de la vida, que provienen de una habilidad de
los sentidos, se maniestan en los cantos que cada una
realiza a sus abuelos y a seres vivos no humanos, como
plantas, cerros, cascadas, con quienes han entablado
una relación en el proceso de “madurar su poder. Estos
cantos, que son creaciones únicas de cada persona,
acompañan los rituales de sanación, limpias, partos,
rituales de siembra, entre otros.
La medicina kichwa amazónica tiene una
relación de origen con el cultivo y conservación de las
plantas alimenticias y medicinales; las mujeres son
5
Pajuyuk, achimamas: conocimiento de las mujeres kichwa sobre el bosque amazónico para la salud femenina
INPC, Revista del Patrimonio Cultural del Ecuador
las detentoras de esta práctica ya que en sus cuerpos
recae la responsabilidad de alimentar a las familias.
También existe medicina que solamente se encuentra en
el bosque primario o “monte virgen”, como lo nombran
entre ellas. Estas medicinas se utilizan especialmente
para enfermedades avanzadas, ya que se considera que
tienen un poder mayor. En este sentido, las sanadoras
también cooperan con seres vivos no humanos (tanto
los amus de las plantas como los amus de los lugares)
y su capacidad de conocer y salvaguardar la medicina
del bosque en el territorio que cuidan, siendo la clave
para ser consideradas buenas curanderas en sus
comunidades.
En el bosque primario existen esas plantas, en
los bosques secundarios ya no existen, tendrían
que sacar del bosque primario a sembrar
porque ya a muchos no les interesan. Cuando
empiezan a limpiar cortan todo, solamente los
que quieren sanar a la gente guardan las plantas,
lo más necesario y los demás cortan (F. Chongo,
comunicación personal, noviembre 2022).
Este complejo sistema de aprendizaje para la
sanación dura toda la vida de quienes se dedican a
esta labor; tener autoridad para entregar la medicina
depende de una serie de relaciones de equilibrio que han
entablado con las plantas de sus chakras y con los seres
del bosque. Esto además derivará del reconocimiento
y valoración de otras mujeres y hombres pajuyuk y, por
ende, del prestigio ganado dentro de la comunidad a la
que pertenecen.
En el caso de Amupakin, existe un sistema de
aprendizaje establecido que reconoce la trayectoria de
forma bastante normada para su medio. Es así que las
abuelas sanadoras son llamadas achimamas, todas ellas
son pajuyuk y algunas son yachak
9
(sabias), ya que han
alcanzado un lugar de reconocimiento donde pueden
compartir la medicina del ayawaska o el wantuk, un
rol que antes solo se les otorgaba a los hombres. Ellas
son consideradas las más experimentadas para sanar
toda clase de afecciones, complicaciones en el parto y
enfermedades energéticas; también son las consejeras y
guías de las más jóvenes.
Zoila Grefa, una aprendiz de Amupakin, dice: “
otras son enfermedades de yachak, eso no puedes solo
limpiar porque puedes no curar y van a decir que no
sirve, entonces solo un mal aire, mal viento o alguna
9. El término yachak en kichwa significa sabio o poseedor de
sabiduría. Un sinónimo sería chan, pero se ha decidido no
usar este término porque, para la cultura kichwa amazónica
del Alto Napo, se lo relaciona con quienes hacen maldades o
hechicería en el mundo energético.
cosa fácil sí puedes cuando estás aprendiendo”
(comunicación personal, diciembre 2022). Las
achimamas son mujeres apreciadas y respetadas
dentro de su comunidad por su edad y sabiduría,
manejan con destreza todas las artes que componen
la búsqueda del equilibrio físico y energético, lo que
entendemos por salud.
María Narváez, una de las achimamas, dice: “la
enfermedad para mí es cuando no existe la medicina,
la medicina es todo lo que comemos” (comunicación
personal, noviembre 2022). En este fragmento se
entiende que, en su cosmovisión, la alimentación y
la medicina son lo mismo; para las familias kichwa,
todo el día y todos los días beben y se alimentan de
medicina.
Las mamas son mujeres de alrededor de
50 a 65 años que ya han madurado un tiempo
considerable sus dones y tienen relaciones
sucientes, tanto con otros pajuyuk como con
diversas plantas, con las que pueden limpiar y
preparar medicina por sí solas. También pueden
compartir sus conocimientos a las más jóvenes y
guiar a las aprendices y voluntarias. Cada mujer en
Amupakin tiene una parcela de terreno donde ha
cultivado a lo largo del tiempo suciente alimento y
medicina para su labor diaria, pero las mamas y las
achimamas tienen más variedad y cantidad, dados los
años de trabajo y dedicación.
Las aprendices, si bien son mujeres que de
jóvenes han recibido pajus o dones de sus ancestros,
no los han madurado lo suciente como para
compartir la medicina con personas fuera de su
núcleo familiar. En su trabajo diario en la “Casa de
la Vida” de Amupakin, se dedican a corporizar sus
dones e integrarlos en su vida cotidiana, desde el
apoyo a las mamas y achimamas. Ellas son quienes
limpian los espacios, preparan el tabaco, prenden
el fuego, sahúman, preparan la medicina bajo la
guía meticulosa de las mayores y acompañan como
asistentes en lo que se necesite para la curación. En
este camino, lo esperado será que cuando se sientan
seguras y las otras mujeres reconozcan su poder,
ellas podn atender las limpias, algunas curaciones
de enfermedades sencillas, acomoden a los bes en
el vientre y, eventualmente, atiendan los partos.
Aquí cuando hacen la limpieza yo hago como
ayudante, yo lo que hago es alistar el tabaco,
6
Eliana Ordoñez Checa
Instituto Nacional de Patrimonio Cultural 2023
hacer el humo con palo santo, copal y pasar la
medicina que ellas tienen, asar las hojas, hacer
el maito
10
(F. Chongo, comunicación personal,
noviembre 2022).
El sistema de aprendizaje de las mujeres abraza
la relación con sus propios cuerpos y con su territorio,
en un ejercicio cotidiano de incorporación práctica de
los saberes (Aguilera, 2018). Su instrucción va más al
de una lista simple de plantas relacionadas a síntomas;
depende de la relación que cada una ha entablado con
los amus o dueños de las plantas. En ese sentido, para
una misma afección podrían existir tantos tipos de
plantas como número de sanadoras (Reyes, 2009). Tiene
que ver con “… un sistema simbólico que les permite
interpretar y reinterpretar la naturaleza, y al hombre y
la mujer como parte de ella” (Guhl, 2009, como se citó
en Aguilera, 2018, p.4).
Las chakras y la selva: relaciones
entre seres humanos y no humanos
El vínculo entre las kichwa y la naturaleza es de
origen y no se puede disociar. La presencia constante
de la vida en todas sus formas en el imaginario de las
mujeres genera relatos en los que los seres vivos no
humanos cobran un protagonismo central en su sistema
de creencias.
La estructura de aprendizaje kichwa amazónico
está guiada por los pajukuna que una persona puede
acumular a lo largo de su vida. Esta adquisición de
dones dependerá de la red de relaciones familiares que
ha cultivado, ya que recibirlos deriva de una serie de
comportamientos esperados para una mujer u hombre
y el cuidado e interés que demuestre en cultivar esta
sabiduría.
Las cuatro achimamas de Amupakin se casaron
con personas que ellas no conocían, bajo matrimonios
arreglados entre sus padres. La distancia territorial
entre las dos familias fue notoria y apreciada, ya que
los dones de cada familia serán diferentes por provenir
de un bosque distante y desconocido. Las mujeres son
enviadas al territorio que habita la familia del esposo y
ahí ellas reciben su primera parcela donde empezaron
a cultivar su chakra (Muratorio, 2005). Uno de los
pajukuna fundamentales para la familia es el que la
madre tiene para sembrar productos comestibles; los
10. Una de las técnicas de curación consiste en hacer un
envuelto de plantas medicinales con hoja de achira y asarlo
al fuego. Este se colocará en el lugar de la afección o se
suministrará vía oral.
primeros y principales dones de cultivo son de la
yuca, maíz y plátano. El paso de este poder se hace
a través de un ritual en el momento de sembrar, con
la consigna de que quien recibe, cuide y madure
sus dones, ya que si no lo hace puede resultar una
mala y escasa cosecha de alimentos. El paso del don
consiste en un acto corporal a través de las manos,
seguido del soplo en la cabeza y en las mismas
extremidades de parte del pajuyuk, aunque algunas
formas de trasferencia pueden variar, dependiendo
de la tradición familiar.
Mi mamá me dijo te voy a dar para que te
deendas, para que te dé el poder de las
manos, te doy paju para que hagas cargar la
yuca. Y de ahí me hizo quebrar palo de yuca,
una parte limpió, me hizo hacer hueco y cog
de la mano, ella cogió la estaca y yo encima,
y me hace sembrar y después cambia, yo
cojo la estaca y ella encima me hace sembrar,
todito así. Y luego rompe, esos cuyes de los
dedos, tengo que jalar los brazos de ella a mis
brazos para que entre el don, después debía
hacer dieta por quince días, no comer ají ni
nada grasoso, no comer caliente (F. Chongo,
comunicación personal, noviembre 2022).
De la misma forma ocurre para adquirir
los dones de sanación. En la práctica, mientras
alguien está siendo curado, el pajuyuk transmite el
poder de ese tipo de curación a través del contacto
entre manos. Existen diversidad de dones como
enfermedades o complicaciones de salud, para lo
cual es necesario que la mujer que recibe haga un
pago o prenda al otorgante y que cumpla con una
serie de dietas alimenticias y restricciones como
guardar silencio, no mojarse, no topar fuego o no
trabajar con el machete. Cumplir con estos mandatos
sería clave para incorporar y madurar el don
otorgado.
… mi mamá, ella ha sabido todo los pajus,
sabía de todo y eso me hizo coger a mí: de
limpia, de mal aire, de bronquitis, lo que hace
rojo la piel, erisipela, de dolor de cabeza …
paju para sacar el bebé, cuando está colgado
por donde saque la cabeza; me mandan del
hospital para que saque ese ombligo envuelto
de la cabecita (C. Aguinda, comunicación
personal, noviembre 2022).
7
Pajuyuk, achimamas: conocimiento de las mujeres kichwa sobre el bosque amazónico para la salud femenina
INPC, Revista del Patrimonio Cultural del Ecuador
Ella tenía dones de bronquitis, cuando el bebé
era de 8 meses prematuro y después me enseñó
de las bolas, como tumores adentro (O. Chongo,
comunicación personal, noviembre 2022).
Como parte de los dones de sanación, se
enseña el tratamiento y las plantas involucradas en la
preparación de la medicina. Es decir que uno de los
mandatos al recibir un don es cultivar y conservar
esas especies en la chakra y, si es remedio de la selva,
el compromiso es conservar la diversidad de árboles
y hierbas que se pueden reconocer como medicinales
para su gente. Entablar estas relaciones con la tierra y
los dueños de las plantas es fundamental para sostener
la vida de los pueblos kichwa amazónicos. El vínculo con
la tierra, como espacio lleno de seres vivos, se encuentra
en constante diálogo y disputa ya que de eso depende su
sobrevivencia.
Los abuelos enseñan cuando se van al monte,
esto es medicina para esto, aprenderás, nosotros
no vamos a vivir como ustedes para tus hijos
y nietos, ahí van a necesitar. Esta planta es
chuchuguazo, chagracara, uña de gato, sacha
tawco, ajo de monte, así mostrando andan,
buscando soguita de canasta, hacer ashanga,
tiene que tejer, tiene que sembrar. Tienen
que cuidar, no hay que botar tumbando
los árboles, las medicinas, cuando tumba
después está buscando en monte, usted tiene
que guardar lo que necesita usted mismo
porque los dueños se van (M. A. Shiguango,
comunicación personal, diciembre 2022).
En este sentido, es primordial para las
familias kichwa conocer, sostener y cuidar amplias
extensiones de bosque donde crecen medicinas
de árboles antiguos, ya que estas no se pueden
mantener en las chakras. La relación con los amus
de las plantas, árboles, ríos, cascadas, está tan
presente como lo está su familia humana, sus
abuelos y abuelas (Muratorio, 1998). Este nexo con
los seres de la selva se expresa también en historias
donde animales como la boa o el jaguar, o los amus
de lagunas y cascadas, se llevan gente por horas
o incluso días y, a su regreso, vuelven con dones
de esos seres, y esta sabiduría les convierten en
poderosas/os pajuyukkuna. Solo un/a yachak o
chamán podrá preguntar a los espíritus si esta
persona está viva, a través de la toma de ayawaska
(M. Tapuy, Z. Grefa, A. Alvarado, F. Chongo,
comunicación personal, noviembre y diciembre
Nota. Foto Eliana Ordóñez.
Figura 2
Medicina del bosque y la chakra
8
Eliana Ordoñez Checa
Instituto Nacional de Patrimonio Cultural 2023
2022).
La relación con los espíritus de la chakra
y del bosque es una práctica cotidiana que a la
vez se conecta a la alimentación y la salud; es un
intercambio que constantemente busca el equilibrio
entre el dar, recibir y devolver a la tierra, teniendo
en cuenta que cada ser vivo tiene su dueño o amu,
con quien las mujeres mantienen un diálogo directo.
Ofelia Salazar cuenta cómo se expresa esta relación
en su vida:
Te estoy dando todos estos productos,
cuando necesite me lo das”, muchas de las
veces cogemos y cogemos, se enoja la tierra
y cuando la tierra se enoja no perdona, se
esconden los amus. Nosotras tenemos que
entender, mirar a la selva que necesita de
nosotros y nosotros de ella, por eso cuando
me voy a la selva tengo que tener toda esa fe,
es como entrar a la casa, no puedes coger sin
pedir permiso. Lo mismo en la selva todos son
dueños y están mirando, aunque tú no miras
ellos están ahí presentes, avisar, conversar,
tengo que coger esta planta que me voy a
ayudar a otra persona. Es una conversación
directa y hay que seguir sembrando más
plantas, es como un bebé para ellas, por eso
las abuelitas decían wawacari, les traje un
bebé, te dejo aquí sembrando para que crezca
y produzca, me los devuelves porque tengo
que curar (O. Salazar, comunicación personal,
diciembre 2022).
En el intercambio y equilibrio que mantienen
con la tierra o allpamama, las mujeres depositan todo
su poder en lo aprendido de sus ancestros; cumplir
a cabalidad las formas ancestrales de dar y recibir la
medicina mantiene la tradición sin cuestionamientos
y, por ende, sin transformaciones. Esto también
supone un riesgo para seguirla conservando ya que
las generaciones más jóvenes tienen menos acceso al
bosque y menos tiempo para el aprendizaje y cultivo
de la chakra.
Cada elemento que compone la chakra
tradicional amazónica es cuidadosamente diseñado;
esto se expresa en la ceremonia de pachina que
se realiza cada luna llena, cuando se siembra y se
trasplanta medicinas y alimentos. Entonces, cuando
se recibe un paju de siembra o de sanación, parte de
equilibrar las energías es madurar este don y ponerlo
a trabajar. De no ser así, se estaría desperdiciando este
saber, ya que la energía se acumularía en la persona, lo
que podría enfermarla; el mandato de un/a pajuyuk es
compartir sus dones, cultivando o curando.
… ahora si yo tengo dones y no trabajo en la
chakra, estoy desperdiciando mis conocimientos,
tengo que aplicarlo y es lo que hago, paso aquí,
sábado y domingo estoy en la chakra … no solo
tener guardado porque ese don cuando uno tiene
le enferma a uno mismo, porque está inquieto
este poder para que pueda ayudar (O. Salazar,
comunicación personal, diciembre 2022).
La salud y el bienestar de las familias, de la
comunidad y de la selva dependen directamente de la
forma de enseñanza y aprendizaje sobre las relaciones
y alianzas parentales y con los seres vivos no humanos
de la selva y de la chakra, en una constante búsqueda de
equilibrio energético con los amus o dueños de lugares y
plantas.
Claros (2019) relata la relación de las mujeres con
la chakra:
... las mujeres pajuyuk, pueden ejercer el poder de
la curación, del cuerpo como del espíritu, de las
personas y los territorios. Son las chakramamas
las que potencian también el cultivo de la
tierra y emplean una lucha imprescindible por
la continuidad perenne del fuego de la vida.
Desde la intrínseca relación con otras formas de
existencia que habitan estos lugares de complejos
signicados. Entes que desde su materialidad
interactúan con otros de carácter intangible, los
espíritus (p. 107).
La sanación kichwa amazónica:
una búsqueda constante de equilibrio
En la cosmovisión kichwa amazónica, la
enfermedad tendría dos fuentes principales: un
desequilibrio del cuerpo físico y/o un desequilibrio
del cuerpo energético. Ambos tipos de enfermedades
requieren que se restablezca un orden en el sistema
de relaciones de la persona enferma y son las
sanadoras quienes lo harán a través de sus dones y
los vínculos relacionales que han entablado con las
plantas. Según ellas, las dolencias físicas se daan por
descuido de la misma persona, ya sea porque no se
cuida como recomendaban los abuelos, por no comer
adecuadamente y/o por no toman aguas medicinales
amargas (F. Chongo, M. A. Shiguango, I. Tanguila,
comunicación personal, noviembre y diciembre 2022).
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Pajuyuk, achimamas: conocimiento de las mujeres kichwa sobre el bosque amazónico para la salud femenina
INPC, Revista del Patrimonio Cultural del Ecuador
Las enfermedades de origen energético pueden darse
por innumerables motivos, que en kichwa se resumen
en wañuk (muerte) y que en español lo nombran como
“envidia”, aunque no se reera únicamente a ese
sentimiento, sino una serie de conictos encasillados en
este término:
Eso sí, a una persona que no hace nada no le
hacen daño, solamente viene ese wañuk cuando
hay una discusión, una pelea de terrenos tal vez
en la familia, en vez de ayudarnos, dicen mi hijo
está estudiando y van a pedir un favor y no le
ayudan, ahí viene ese wañuk y entran al terreno
y hacen maldad. Para los que no tienen nada, no
tienes enemistad con nadie y estás bien con todos
no pasa nada (F. Chongo, comunicación personal,
noviembre 2022).
Para sanar estos desequilibrios energéticos es
importante que las personas conozcan y crean que esta
forma de curación dará como resultado la salud, lo que
le conere al enfermo una relativa responsabilidad
sobre su propio cuerpo. En ese sentido, en cualquiera
de los tipos de enfermedad, se solicita una “prenda”
que es un bien material que media el acto de sanación,
el pedido de salud de la persona enferma, y resguarda
el equilibrio corporal y energético de la sanadora.
Antiguamente la prenda podía ser una gallina, yuca,
chicha o ropa: “antes no pagaban, no había dinero,
por eso con un maito de guatusa con eso pagaban,
dicen mama no tengo plata, pero con esto te voy a
pagar, y daban para que coma la partera” (C. Aguinda,
comunicación personal, noviembre 2022).
Ahora, en la “Casa de la Vida” de Amupakin,
la prenda es dinero que, al igual que con cualquier
bien, lo pasan por el cuerpo del paciente al inicio de
la sanación. En ese momento, las sanadoras piden a
las plantas y a los seres energéticos que permitan la
curación a través de ese objeto, en un acto corporal de
transmisión de energías.
Sí, para la curación es bien necesaria [la prenda].
Un ejemplo, yo curo a una persona sin que él me
dé nada y él no hace dieta, entonces todo vuelve
a uno y viene, te coge el don que le das para
curarle, te regresa, sientes dolor. Por eso debe
haber un pago para seguridad de la persona,
entonces ya con eso si él no quiere curarse no
hace dieta, ya no es problema, si quiere sanar
tiene que cumplir, después dicen el chamán
es malo y no es así (F. Chongo, comunicación
personal, noviembre 2022).
Las prendas también son parte central del
ritual de paso del don. Las personas que lo reciben
deben dar al pajuyuk un pago en reconocimiento
de sus poderes, incluso dentro de la familia.
La manera adecuada de que se dé ese paso de
dones será cuando la persona que recibe, libre y
conscientemente, acude con la prenda a la casa del/
la pajuyuk y solicita el paju.
Otra manera de expresar la búsqueda
de equilibrio que encarna la sanación kichwa
amazónica es la regulación de las llamadas “dietas”.
Cabe señalar que en esta categoría se incluyen una
serie de indicaciones y restricciones, no solo de
alimentación, sino también de hábitos de limpieza
y de comportamiento. Adquirir un don y obtener la
sanación implica que las personas hagan un tipo de
dieta, tanto quien da como quien recibe, ya que sus
cuerpos están en un mismo ujo de energías. Según
las mujeres de Amupakin, hacer dieta también es
clave para que se efectivice la recuperación o la
incorporación del paju.
Las dietas son diferentes según el don con el
que se está curando a la persona, que serán también
las mismas que se hicieron al recibirlo del pajuyuk,
para determinada afección. Las restricciones van
desde mantener en secreto que recibiste un don, no
topar fuego, no bañarse, no trabajar con el machete,
no salir pasadas las cinco de la tarde, no tener
relaciones sexuales, evitar el ají o comer solamente
yuca u otros alimentos de la selva, etc. Estas
limitaciones forjan la maduración y fortalecimiento
del poder del pajuyuk y, en la persona enferma una
responsabilidad sobre el bienestar de su propio
cuerpo.
…me dice en 7 días no comerás ají, no tomarás
tal cosa, depende el don, eso tenemos que
cumplir, después dice ahora tú no puedes
curar, curarás después de un año o dos años,
ahí tus dones van a madurar; pero no puedes
curar una persona que esté grave, que sea
poco a poco, así va a poder controlar (O.
Chongo, comunicación personal, noviembre
2022).
… mi mami sabía decir hay que hacer dieta,
cuando curas tienes que decir que no coma
ají, cuando son bebés tienen que lavar el pañal
sin exprimir; tiene que aplastar no más y
hacer dieta, sino otra vez vuelve la bronquitis
del niño (C. Aguinda, comunicación personal,
noviembre 2022).
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Eliana Ordoñez Checa
Instituto Nacional de Patrimonio Cultural 2023
… dicen los abuelos, cuando piden dones,
hay que ayunar no hay que comer ají no
hay que trabajar duro, trabajando sale y
contagia a quien está dando el don (M. Tapuy,
comunicación personal, noviembre 2022).
La decisión de seguir la dieta es el acto
consciente para equilibrar el cuerpo físico, es volver
al acuerdo con las energías de las plantas y al deseo
de recobrar la salud. Al momento de recoger las
plantas para una medicina, la mujer pajuyuk le pide
a su respectivo amu que le permita ayudar a esa
persona que ha venido a sanarse y, bajo esa premisa,
se desarrolla el ritual curativo.
Se ha apuntado a la idea de que, más allá
de los conocimiento técnicos, botánicos,
agronómicos o teológicos puestos en
práctica por los indígenas en sus actividades
de subsistencia, era el conjunto de sus
creencias religiosas y de su mitología lo que
debía considerarse una especie de saber
ecológico transpuesto, como si se tratara de
un modelo metafórico del funcionamiento
de su ecosistema y de los equilibrios que
deben respetarse para que este ecosistema
se mantenga en un estado de homeostasis
(Descola, 2004, como se citó en Aguilera,
2018, p. 48).
El equilibrio que se busca a través de la
prenda, si bien es un intercambio por un servicio
entre personas, guarda también este anhelo de
armonía con la naturaleza. La dieta la forma de
integrar la medicina para el equilibrio del cuerpo
físico y energético, siendo fundamental en el sistema
pedagógico de la cultura kichwa amazónica.
Las mujeres kichwa aseguran
la continuidad de la vida
El complejo sistema de cuidado de los pueblos
originarios kichwa amazónicos es depositado
en el cuerpo femenino a través de una forma de
aprendizaje bastante precisa y con elementos y
tradiciones únicos. Estos transitan las relaciones
tanto entre personas, como con otros seres vivos que
permiten la existencia y la reproducción humana,
dentro de su cosmovisión (Muratorio, 2000).
Las pajuyuk son portadoras de los dones
necesarios que permiten la sanación a través de sus
cuerpos porque han cultivado una relación íntima
y estrecha con los amus de las plantas, de los árboles
y de otros seres vivos como los ríos, cascadas, lagos o
animales. Esto se sostiene en una práctica cotidiana de
mediación y diálogo con ellos durante el cultivo de la
chakra, actividad designada por tradición a las mujeres,
y en sus largas caminatas al bosque amazónico,
territorio donde reconocen a diferentes amus de los
espacios y de las plantas.
Para las parteras de Amupakin, el aprendizaje
sobre la salud inició a muy temprana edad; así se
entiende que el recorrido de las personas sanadoras
en la cultura kichwa amazónica es esencial para su
reconocimiento. Así como ellas aprueban y confían en
el poder de hombres y mujeres pajuyuk que les cedieron
sus dones, también son reconocidas dentro de su
comunidad por la posibilidad de curar que brindan a
través de su sabiduría. Estratégicamente es importante
contar con alianzas y cultivar relaciones con las/
os sanadoras/es, ya sean parteras, pajuyuk o yachak
(chamanes).
Aunque para los kichwa amazónicos el bienestar
y la salud son una práctica de vida, y en la mayoría
de comunidades y familias existen pajuyuk, además,
todas las madres aprenden a aventar/limpiar a los
niños el mal aire y malestares menores, la efectividad
en la sanación desde las manos de una pajuyuk
que ha dedicado su vida a eso es irremplazable;
las relaciones que ha cultivado tanto físicas como
energéticas dan testimonio de ello. Es por esto que
las mamas y achimamas son enfáticas en señalar que
para que un tratamiento sea efectivo, sobre todo en
afecciones mayores, es importante que ellas preparen y
administren la medicina. Mama Inés Tanguila comparte
sobre una de sus experiencias curativas:
él ha estado dos años con eso y después de
un mes se curó. El señor dijo trae la planta y yo
mismo voy a hacer… ¡no señor! tú no tienes el
don no puedes, no vas a curar; uno que tiene
don estamos haciendo la curación, con medida y
hay que preparar dosicado, si haces , no vale
(comunicación personal, noviembre, 2022).
La centralidad que cobra lo material en la
cosmovisión kichwa es algo a destacar en todas las
esferas de la sanación. En la persona, la materia se
maniesta en el cuerpo físico como receptor, portador
y transmisor sensorial del poder de los pajukkuna, que
deviene de una devolución en bienes hacia quien cede el
don. Entre la sanadora y la paciente, la prenda también
es un bien material que media la curación. Entre los
seres humanos y otros seres como los amus de las
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Pajuyuk, achimamas: conocimiento de las mujeres kichwa sobre el bosque amazónico para la salud femenina
INPC, Revista del Patrimonio Cultural del Ecuador
Figuras 3 y 4
Ceremonias de sanación
Nota. Achimama María Narváez. Foto Eliana Ordóñez.
Nota. Mama Olga Chongo. Foto Eliana Ordóñez.
12
Eliana Ordoñez Checa
Instituto Nacional de Patrimonio Cultural 2023
plantas, existe el acuerdo de cultivar y expandir la
medicina, una alianza de cuidado y no desperdicio,
que permite la reproducción de todas las formas de
vida en equilibrio.
El conocimiento de las mujeres pajuyukkuna
es un patrimonio vivo encarnado que da cuenta de
una visión del mundo amplia y diversa centrada en
la naturaleza, a la que los humanos pertenecemos
en directa codependencia. Estas relaciones devienen
en la persistencia de la vida del pueblo kichwa
generación tras generación y, en ese sentido, son
una forma de resistencia cotidiana que ha dado
como resultado la regeneración de buena parte de
la cuenca del río Napo y, además, una ancestral
conciencia ecológica de quienes todavía pueden y
quieren mantener estos sistemas de aprendizaje.
Sostener esta sabiduría implica la transmisión
intergeneracional que también encarna la
descolonización del cuerpo y del pensamiento,
dotando de una relativa autonomía sobre la salud a
la familia y la comunidad que acude a tratarse.
Considerar el saber sobre las plantas
amazónicas como un patrimonio inmaterial, que se
encuentra en estado de vulnerabilidad, signicaría
reconocer a las mujeres que lo detentan y su
trayectoria de vida. Desde su origen, la razón de la
existencia de Amupakin ha sido permitir que este
conocimiento siga vivo, ya que sin él moriría la
selva y los pueblos originarios que son parte de ella.
En muchas de las conversaciones con las mamas y
achimamas, se expresa la constante preocupación
de que su sabiduría desaparezca, de que la gente
destruya la selva porque ya no sabe reconocer las
plantas y los árboles, de que los abuelos mueran sin
transmitir sus dones porque ningún joven quiere
recibirlos, dada la responsabilidad que implica
cultivarlos y heredarlos y el escaso reconocimiento
económico que tiene, insuciente para el sustento de
las familias.
A lo largo de su historia, Amupakin ha sido
un agente clave para la salvaguardia del patrimonio,
desde la práctica persistente de sanación y
transmisión de conocimientos. Su agrupamiento
es una reformulación circunstancial ante la
avasalladora pérdida de su entorno natural y de
sus formas de vida. Tradicionalmente, la enseñanza
y aprendizaje se daba dentro del núcleo familiar,
sin embargo, ahora ellas decidieron compartir sus
saberes entre mujeres bajo una organización política
propia, lo que ha generado dinámicas alternativas.
Su estructura tiene también implicaciones a nivel
familiar y comunitario, ya que involucra reorganizar
las formas de transmisión de saberes. En Amupakin,
este es un tema de constante debate entre las achimamas
y las mujeres más jóvenes, quienes proponen nanciar
una escuela gratuita para nuevas integrantes de origen
kichwa.
Esta investigación es una propuesta preliminar
que necesita ser ampliada. Es menester que, desde
los organismos competentes, se accione con claridad
para que este sistema de salud se siga practicando
y transmitiendo, con su autonomía de pensamiento
y estándares, sin intentar ceñirlo a la medicina
convencional.
Este estudio da cuenta de una concepción del
cuidado de la vida, de la salud y de la enfermedad que
reconoce no solo el bienestar físico, sino el equilibrio
energético y con el territorio que habitamos, desde una
relación indisociable. Es sin duda el giro ontológico que
se requiere difundir para regenerar la selva amazónica,
patrimonio natural en constante riesgo y amenaza, al
igual que la sabiduría de las mujeres detentoras de este
patrimonio inmaterial vivo.
Interlocutoras de Amupakin
Catalina Aguinda (73 años), Adela Alvarado (57 años),
Flora Chongo (56 años), Olga Chongo (60 años), Zoila
Grefa (47 años), María Narváez (72 años), Ofelia Salazar
(52 años), María Antonia Shiguango (76 años), Inés
Tanguila (58 años), María Tapuy (71 años).
Fecha de recepción: 18 de abril de 2023
Fecha de aceptación: 6 de noviembre de 2023
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Pajuyuk, achimamas: conocimiento de las mujeres kichwa sobre el bosque amazónico para la salud femenina
INPC, Revista del Patrimonio Cultural del Ecuador
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