El Hatun Puncha de Cotacachi desde su propia tradición oral
The Hatun Puncha of Cotacachi from it’s own oral tradition
César Gonzalo Alvear Morales
Investigador independiente, Cotacachi, Ecuador
cesaralvear@yahoo.com
Revista del Patrimonio Cultural del Ecuador
INPC
https://revistas.patrimoniocultural.gob.ec/ojs/index.php/INPC
INPC, Revista del Patrimonio Cultural del Ecuador,
09/2024-02/2025, vol. 2, nro.1, e9
Periodicidad: semestral - continua
https://doi.org/10.5281/zenodo.13870689
Abstract
Resumen
This research developed an exploratory study on the intangible heritage of the “Hatun Puncha” of Cotacachi
based on the oral tradition of the Kichwa communities of the canton, aimed at describing the Hatun Puncha from
the narratives of its custodians. Purpose carried out through the collection and articulation of the mythological
narratives that the community maintains in force about the Hatun Puncha and how such myths materialize in
various acts that make up the cultural manifestation studied. For this, methodologically, an exploratory qualitative
research was carried out, which, through a case study, compiled and processed the narratives of the oral tradition
of the high and low indigenous communities of Cotacachi, about the celebration they carry out of Hatun Puncha.
, seeking to make visible the narratives and concepts of the communities, which allow the preservation of social
memory and intangible heritage, and thereby establish the bases for the understanding and decoding of this
expression of the indigenous world of Cotacachi. For this purpose, the study aimed to collect the stories of the older
taytas who have been part of the Hatun Puncha in previous times, serving as: captains, ute players, ceremony
workers, curators, leaders and councils. All this with the purpose of providing new generations with the discourses
of their own culture for the conservation and strengthening of their intangible heritage.
Key words: Intangible cultural heritage, oral tradition, cultural identity, customs and traditions, culture.
Esta investigación desarrolló un estudio exploratorio sobre el patrimonio intangible del “Hatun Puncha” de
Cotacachi, basado en la tradición oral de las comunidades kichwas del cantón y encaminado a describirlo desde
las narrativas de sus custodios. El propósito se efectuó mediante la recolección y articulación de las narrativas
mitológicas que la comunidad mantiene vigente y de como tales mitos se materializan en varios actos que
componen la manifestación cultural estudiada. Metodológicamente, se realizó una investigación cualitativa de
tipo exploratorio que, a través de un estudio de caso, compiló y procesó las tradiciones orales de las comunidades
indígenas altas y bajas de Cotacachi sobre la celebración. Se buscó visibilizar las narrativas y conceptos propios de
las comunidades, los cuales permiten conservar la memoria social y el patrimonio intangible y con ello establecer
las bases para la comprensión y decodicación de esta expresión del mundo indígena cotacacheño. En pro de
ese propósito, el estudio apuntó a recolectar los relatos de los taytas mayores que han sido parte del Hatun
Puncha en el pasado, fungiendo como capitanes, auteros, ceremonieros, curadores, dirigentes y cabildos. Todo
esto con el objetivo de dotar a las nuevas generaciones de los discursos de su propia cultura para la conservación
y fortalecimiento de su patrimonio intangible.
Palabras clave: Patrimonio cultural inmaterial, tradición oral, identidad cultural, costumbres y tradiciones, cultura.
ISSN 3028-8886
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César Gonzalo Alvear Morales
Instituto Nacional de Patrimonio Cultural 2024
Introducción
El Hatun Puncha (denominado también
como Inti Raymi o San Juan) es considerado como
patrimonio intangible del Ecuador. Hasta ahora,
las comunidades kichwas de Cotacachi mantienen
elementos esenciales de esta celebración, la más
importante de su ciclo anual de festividades vinculadas
a los ciclos agrícolas y de la naturaleza. Uno de los
aspectos que salta a la vista es la conservación de la
diversidad de expresiones culturales que componen
el Hatun Puncha, como es su música, ritualidades,
vestimenta, cosmogonía y los mitos originarios de
esta tradición.
A nivel del país, en los últimos años esta
celebración ha ido tomando auge, no solo de la propia
población indígena, sino también de la mestiza que
ha ido teniendo una creciente participación. Este
apogeo ha provocado una ascendente demanda
de conocimiento que explique y decodique
los símbolos y sentidos que subyacen a esta
exuberante esta. Razón por la cual, acionados y
académicos han echado mano de una variedad de
neas explicativas provenientes de ámbitos tanto
formales como informales que, en lugar de sumar a
la comprensión de este patrimonio intangible, han
provocado más bien una construcción de narrativas cada
vez más lejana de los conceptos y códigos de las propias
comunidades. Se ha reemplazado el conocimiento de
los taytas con narraciones que combinan perspectivas y
conceptualizaciones de producción académica de otras
latitudes, llegando incluso al uso de prácticas culturales
de otros continentes para explicar las expresiones
locales.
Sin embargo, desde el acercamiento a la tradición
oral de las comunidades indígenas de Cotacachi, se
ha encontrado que conceptos como esta del sol o
“tinkuy provenientes de la tradición oral y académica
peruana y boliviana, que se han acogido en nuestro
medio para explicar las tradiciones de esta época del
año, no aparecen en las narrativas autóctonas. Tanto así
que el término “Inti Raymi” no se halla en las expresiones
de los taytas kichwas, sino más bien un concepto propio:
el Hatun Puncha, que en kichwa se traduce como el “Día
Grandey que, en palabras de los mayores, reere a la
llegada del momento más importante del año.
A esta noción se suman otras especícas de este
tiempo, que surgen en los discursos de los comuneros
mayores y que, no obstante, no son recogidas por los
actuales intentos de signicar y explicar la celebración.
Por ejemplo, los mitos sobre la presencia activa de los
“ayas”, fuerzas espirituales y de la naturaleza que aparecen
Figura 1
Capitanes dirigiendo a la comunidad en la plaza central
3
El Hatun Puncha de Cotacachi desde su propia tradición oral
INPC, Revista del Patrimonio Cultural del Ecuador
en esta época y cuyo comportamiento determina en las
comunidades la comprensión de este tiempo y de los
rituales que se desarrollan durante la festividad.
Esta situación hace notar un importante vacío de
conocimiento y el desarrollo de dos procesos que atentan
contra el patrimonio del Hatun Puncha. Por un lado, se
percibe la pérdida de la memoria social respecto de esta
tradición por falta de trasmisión de saberes, provocando
que códigos y concepciones esenciales de esta
manifestación cultural estén en un proceso de desuso
y extinción. Por otro lado, el afán de conocer más sobre
esta exuberante y contagiosa celebración, que cada vez
atrae más seguidores, ha provocado que los más jóvenes
adopten conceptos y nociones de fuera de su comunidad,
buscando llenar el vacío y la demanda de conocimiento
sobre su celebración más importante.
Ante este estado de cosas, la presente investigación
busca generar conocimiento del Hatun Puncha desde
la tradición oral de las propias comunidades con el
propósito de fortalecer el patrimonio inmaterial a través
de la compilación, estructuración y difusión de las
narrativas de los propios custodios.
Otro afán también es contrastar algunas
narrativas de carácter general que han permeado
en las explicaciones de esta manifestación y que han
venido congurando un proceso homologador de
contenidos y signicados, asumiendo que los digos y
componentes de esta tradición son similares para todas
las comunidades indígenas del país y la región. Se viene
invisibilizando así los sentidos propios de cada localidad
en donde se da esta celebración, como es el caso de
Cotacachi, cuyos elementos se conocen y entienden
desde su propia tradición oral. Sin embargo, desde la
academia y otros acionados al tema, intentan leerse con
conceptos y visiones externas, mismas que conguran
un riesgo de debilitamiento de los sentidos y la oralidad
autóctona.
El afán de tener una explicación rápida de las
expresiones culturales kichwas y sus componentes,
como la vestimenta, las formas de baile y otros actos,
ha provocado la adopción de conceptos elaborados
mayormente en Perú y Bolivia, países de una más
grande trayectoria de estudios culturales indígenas. Sus
conceptos y perspectivas se han aplicado directamente
en la comprensión de fenómenos y expresiones indígenas
nacionales, dejando por fuera elementos epistemológicos
propios y especícos de los pueblos asentados en el
territorio de lo que hoy es Ecuador.
Un ejemplo de este rumbo en el conocimiento del
Hatun Puncha ha sido denominar esta manifestación
bajo el concepto de Inti Raymi, proveniente de la
tradición peruana. Esto enmarca su complejo de
actos y expresiones como “esta del sol, una serie de
signicaciones válidas para varios pueblos peruanos,
pero ajenas para realidades como la de los kichwas de
Cotacachi, cuya cultura no tiene al sol como elemento
central de su cosmogonía.
Así, se ha estado nombrando la expresión
más importante de las comunidades cotacacheñas
con una terminología importada que no reeja la
forma propia de concebir esta festividad. Si bien tiene
elementos comunes con los pueblos indígenas de la
región, como su arraigo en el calendario agrícola al
ocurrir en la temporada de cosecha, no obstante, la
forma de concretarse en cada territorio tiene una
rúbrica propia.
Esta tendencia académica de inkaizar” las
manifestaciones de los kichwas ecuatorianos se ha
venido produciendo como una proyección simple de
la conquista inka de la región y que se tradujo en un
dominio cultural al interior de los pueblos indígenas
por alrededor de cinco siglos (Rodríguez, 2014, p. 2).
Esto provocó que varios componentes de la cultura
dominante aterricen y se arraiguen en la cultura
dominada, como el caso del lenguaje y algunas
celebraciones, no obstante, escarbando un poco en
la tradición oral de las comunidades, encontramos en
cada pueblo un universo propio con cosmogonías y
mitologías especícas.
Tal es el caso de los indígenas cotacacheños,
los cuales no rigen su calendario de celebración
en función de los cuatro raymis inkas que se han
generalizado en el Ecuador, sino en una agenda propia
compuesta de once festividades rituales conectadas
con el calendario agrícola y el cerro Cotacachi. Otro
ejemplo de estas diferencias está en el mismo Hatun
Puncha, que se efectúa como un ritual vinculado con
el monte y el tiempo de cosecha, no como una esta
heliocéntrica, como el Inti Raymi inka.
A través de varios ejemplos inscritos en
el sistema de celebraciones y expresiones de las
comunidades kichwas cotacacheñas se puede percibir
lo señalado por Lander sobre los pueblos originarios
del Ecuador que, aun con la inuencia del incario,
tienen su propia historia y su propia construcción
cultural.
En ese sentido, “no solo existieron diversos
pueblos, culturas, sino con ellos, sistemas de
pensamiento diversos, es decir, mecanismos de
aprehensión de la realidad, que generaron sus propios
conceptos de explicación del mundo e instituciones
del conocimiento” (Lander, 2000, p. 11). De tal modo,
los pueblos autóctonos, pese a haber pasado por
una etapa de dominio inka, no se convirtieron en
inkas. Por tanto, para leer la cultura de los kichwas
ecuatorianos, es necesario desprenderse de lo inka.
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César Gonzalo Alvear Morales
Instituto Nacional de Patrimonio Cultural 2024
Metodología
Esta investigación plantea la construcción de
conocimiento sobre el Hatun Puncha de Cotacachi
sobre la base de la tradición oral de las comunidades
kichwas del cantón. Conforme a lo que Geertz (1999)
señala, sin el saber local no es posible comprender
un acto de la sociedad de ese territorio, es necesario
“comprender la cultura dentro de su propio contexto”
(Rosaldo, 2000, p. 154).
Para ello, metodológicamente se planteó una
investigación exploratoria de la tradición oral del
Hatun Puncha en Cotacachi, de tipo descriptivo que,
a través de un estudio de caso, compiló y analizó las
narrativas que las comunidades indígenas altas y
bajas tienen respecto de ese universo festivo. El n
fue estructurar un relato y conceptos propios que
permitan establecer las bases para la comprensión de
esta expresión del mundo kichwa y asimismo para su
decodicación.
En ese sentido, el proyecto apuntó a recolectar
los relatos de los taytas mayores de las comunidades,
quienes han tenido un rol protagónico en la ejecución
de las celebraciones del Hatun Puncha, siendo sus
custodios más importantes en la actualidad. Cabe
señalar que se entiende por taytas mayores a quienes
en el pasado y ahora han fungido como capitanes,
cabildos, auteros, ceremonieros, curadores y
dirigentes. Ellos son la fuente de información
principal de la investigación.
Se entrevistó a 18 taytas mayores custodios
de la tradición oral, seleccionados por su nivel de
conocimiento sobre la mitología del Hatun Puncha,
sin tener en cuenta una distribución o representación
geogca del territorio en el que se asientan las 42
comunidades indígenas del cantón.
Respecto de la selección del caso, se escog
Cotacachi porque un acercamiento previo permit
conocer la vigencia que tienen todavía los mitos
originarios de esta ritualidad. En segundo lugar, pe
para la selección el hecho de que, en los últimos 50
años, no se han dado alteraciones importantes en
la manera y elementos de la celebración que hayan
atentado contra sus componentes esenciales, como la
música, la vestimenta, los rituales y la organización.
La unidad de investigación se constituye de los
relatos sobre el Hatun Puncha de las comunidades
de Cotacachi. El procesamiento de la información
obtenida se realizó en la siguiente secuencia:
transcripción de las entrevistas, codicación de
textos para identicar temas o patrones, agrupación
de categorías temáticas comunes, síntesis nal de los
hallazgos en una narrativa coherente y conclusiones.
Resultados
El mito explica el rito
Según Durkheim (1993, p. 151), varias veces un
rito viene a ser el mito expresado en acciones. De tal
manera que, en grupos humanos como los pueblos
indígenas, el mito no solo tiene un valor de signicación,
sino que también crea y guía la vida y los rumbos de la
comuna. Como menciona Eliade (1954, p. 44), así como
lo realizaron los dioses, así también lo realizan los
hombres. Aportándonos con eso la noción de que el mito
encierra elementos explicativos de los actos culturales de
una comunidad, de tal manera que el mito explica el rito.
Es justamente bajo ese argumento, del mito como
origen y razón del rito, que esta investigación propone
que los relatos de la tradición oral de las comunidades
kichwas de Cotacachi sobre el Hatun Puncha proveen los
elementos explicativos de este ritual colectivo, a la vez
que suministran fundamentos para una lectura propia de
su ritualidad, desarrollada dentro de su propio universo.
Con esa premisa, Malinowski (1994, p. 20) propone
que la relación del mito y el rito se da en que el primero
constituye su origen, además de la creencia que sostiene
y estructura el ritual, que viene a ser la escenicación
del mito. De esa manera, es posible entender tradiciones
como el Hatun Puncha como la materialización de uno o
múltiples mitos que se conjugan directa o indirectamente.
Por su parte, Giobellina-Brumana y Gonlez
(1981, p. 246) indican que el análisis del mito muestra su
rol estructurador del sentido de la experiencia, actuando
como el factor que orienta el ujo de tal experiencia a
través de un marco conceptual. Por tanto, el rito viene a
ser para el mito, lo mismo que el vivir es al pensar.
Además de constituirse como la base esencial del
ritual, de acuerdo a Malinowski, el mito viene a ser la
representación del relacionamiento de la comunidad con
su entorno natural. Para sociedades indígenas como las
asentadas en el territorio ecuatoriano, esto viene a ser una
herramienta fundamental para la interpretación de las
expresiones colectivas de los pueblos originarios. Ellos
tienen un profundo y constante vínculo con la naturaleza
a través del ejercicio de la agricultura, base del sustento
de las comunidades y a través de la cual se relacionan
con los ciclos anuales de la naturaleza, recogidos y
expresados en las ritualidades de los kichwas.
El mito fundacional de la tradición
En manifestaciones culturales como el Hatun
Puncha se expresan momentos especícos y especiales
que se producen en la naturaleza, en la vida de la
comunidad, en las fuerzas y poderes espirituales, los
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El Hatun Puncha de Cotacachi desde su propia tradición oral
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cuales se conjugan entre sí produciendo expresiones
de mucha fuerza. En el caso de esta celebración, a nivel
astronómico, ocurre al inicio del verano, coincidiendo
con el solsticio de esa estación.
En la actividad agrícola de la comunidad, el Hatun
Puncha se da en fechas de n del ciclo productivo anual,
con la realización de la cosecha que es un tiempo de
mucha alegría.
En el campo espiritual, la tradición oral indica
que los últimos días de mayo arriban los ayas mayores,
quienes serían el eje anímico que sostiene y da sentido
a la celebración. En términos generales, son conocidos
como seres espirituales de diversa categoría, función y
poder. Estos se hallan en la naturaleza y tienen inuencia
e interacción con la comunidad.
Como ejemplo están los seres de las vertientes de
agua que toman contacto con los comuneros a través del
baño a ciertas horas, así como los seres de las montañas
y otros lugares signicativos para la comunidad. Algunos
están de manera permanente en lugares jos y otros solo
aparecen en temporadas especícas del año.
En el caso del Hatun Puncha, la mayor celebración
de las comunidades de Cotacachi, la tradición oral apunta
a que cada año la celebración inicia con el arribo de dos
grandes ayas, conocidos como “San Juan” y “San Pedro”.
Su llegada se maniesta en los vientos veraniegos que
empiezan a soplar desde el norte, especícamente desde
la loma de Aloburu, límite del horizonte visual desde
Cotacachi en esa dirección.
Esta forma de observar y relacionarse con
la naturaleza, se da también a nivel de los astros.
Además de la llegada de los vientos desde Aloburu
y el arribo de los ayas, en esas fechas se produce el
solsticio de verano y hay luna llena. Desde Cotacachi,
también se puede percibir el aparecimiento de los dos
astros en dicha loma.
Toda esta serie de signicaciones en torno a
Aloburu le otorga una alta valoración dentro de los
diferentes componentes de la mitología que subyace
a la celebración.
Los relatos orales de los comuneros
cotacacheños plantean como mito originario del
Hatun Puncha el arribo e interacciones que se dan
entre los dos seres espirituales mayores de esta
tradición, los cuales además de provocar las varias
ritualidades que se llevan a cabo, las rigen.
Tanto San Pedro como San Juan son los
nombres que las comunidades han asignado a los ayas
mayores de la festividad. Aunque homónimos de los
santos católicos cuyos días se conmemoran durante
las fechas del Hatun Puncha, no corresponden ni
representan a tales personajes, sino a las fuerzas
espirituales que se dan cita en la temporada de
cosecha. Sin embargo, en épocas anteriores,
Figura 2
La Calera arribando a la plaza
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César Gonzalo Alvear Morales
Instituto Nacional de Patrimonio Cultural 2024
seguramente se los conocía con nombres propios
kichwa.
De acuerdo a los relatos recogidos en
las comunidades, entre ellos, el del taita Carlos
Farinango (comunicación personal, 15 de enero de
2023), el Hatun Puncha se da desde la creencia de
que San Juan Aya viene de dar la vuelta al mundo,
la que ha realizado bailando y que le ha tomado un
año entero. No obstante, su llegada no implica una
estancia permanente, ya que pasados los días de la
celebración, el aya sigue su recorrido hacia el sur para
dar nuevamente la vuelta al globo. Esta característica
temporal es una importante referencia que denota la
estrecha relación de esta expresión cultural con el
calendario agrícola.
Su llegada por el norte se da a nales de mayo,
cuando arriba a Aloburu, un mes antes del Hatun
Puncha, tiempo en el que inician los bailes previos
en algunas comunidades. Desde la loma, San Juan
y San Pedro avanzarán hacia Cotacachi para llegar
la víspera del día del primer santo, el 23 de junio.
De acuerdo a la tradición oral, los ayas avanzan
bailando y comiendo queso en su recorrido (F. Flores,
comunicación personal, 20 de diciembre de 2022).
Un detalle es bastante llamativo, en el sentido
de que los relatos de los taitas mencionan que los ayas
están bailando todo el tiempo: dan la vuelta al mundo
bailando, llegan a Aloburu a bailar, avanzan hacia
Cotacachi bailando, permanecen en la localidad
bailando y asimismo se van bailando. Esto nos lleva
a relacionar la marcada presencia de la danza, tanto en
el mito como en el rito, ya que en el relato los ayas bailan
todo el tiempo y, en su expresión ritual, las comunidades
bailan, bailan y bailan, al punto que todo lo realizan
bailando.
Por otra parte, no se ubicó un elemento que pueda
ayudar a decodicar el detalle de que los ayas llegan a
Cotacachi comiendo queso, salvo una pequeña noción
compartida por el tayta Farinango. Esta señala que los
ayas son bravos y violentos, al punto que matan y comen
personas, lo cual nos podría dar un leve indicio que ir
comiendo queso reere a tal carácter.
El segundo aya esencial de los relatos míticos
que sostienen el Hatun Puncha es San Pedro, el cual, al
igual que su compañero, viene de dar la vuelta al mundo
bailando, aunque su llegada a Aloburu se da unos días
después de San Juan. Desde la loma, también avanza
bailando hacia Cotacachi. Su arribo posterior se produce
la víspera del día de San Pedro, el 29 de junio.
Los relatos de los taytas señalan que los ayas
llegan enfurecidos y enérgicos, al punto que ese talante
se trasmitiría a los bailadores que de forma colectiva
adoptan esa actitud. Por tanto, el carácter recio y enérgico
del baile y el proceder que los comuneros despliegan
durante la celebración viene a ser como una proyección
del temperamento que muestran los ayas (C. Farinango,
comunicación personal, 15 de enero de 2023).
Su carácter furibundo, cuentan los comuneros,
ocurre porque San Juan y San Pedro se han peleado,
siendo el primero el que ha pegado más y el segundo el
Figura 3
Flauteros acompañando a la comunidad en la toma de la plaza
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El Hatun Puncha de Cotacachi desde su propia tradición oral
INPC, Revista del Patrimonio Cultural del Ecuador
que viene con mayor ira para vengarse. Esta es la razón
por la que los taytas mayores atribuyen a las peleas que
se dan entre las comunidades en el Hatun Puncha, no
al tributo de sangre que la Pachamama requiere para
lograr fertilidad de la tierra, como es el mito que se
maneja en los países del sur. De esta manera se evidencia
que las comunidades tienen claridad en cuanto a la
representación ritual de las peleas que se entablan en la
celebración.
Un dato adicional de esta interpretación es que se
conoce que estas contiendas se dan mayormente el día de
San Pedro, precisamente cuando llega el aya con ánimos
de enfrentarse a San Juan Aya, según el mito originario
del Hatun Puncha, razón por la cual la energía de los
bailadores será mayor que los otros días (A. Bonilla,
comunicación personal, 7 de diciembre de 2022).
Así se puede apreciar, en la recolección de las
voces de los taytas, cómo se cumple la festividad con
sus diferentes componentes como una escenicación
del mito del arribo y de la estancia temporal de los ayas
en Cotacachi. Así tenemos que las comunidades bailan
porque los ayas llegan bailando y bailan todo el tiempo, y
que las riñas se producen porque los Ayas se pegan entre
ellos.
De esta manera se aprecian las posibilidades que
el mito tiene para explicar el rito, constituyéndose en un
mecanismo muy útil de comprensión de las ritualidades
como una representación del desenvolvimiento del mito.
Discusión
A continuación, se expone la discusión con
base en la idea de Durkheim de que “con frecuencia,
el rito no es más que la representación del mito en
acción (1993, p. 151). Sobre el Hatun Puncha, los
relatos compartidos por las comunidades permiten
apreciar como el mito se reeja en las diversas etapas
o momentos de esta celebración.
El inicio de la celebración
Las historias contadas por los ancianos de
Cotacachi indican que el Hatun Puncha comienza
con los bailes que recorren la comunidad desde un
mes antes del 24 de junio y del solsticio de verano.
Según el relato de la llegada de los ayas, tras viajar
por el mundo bailando, San Juan llega un mes antes
de la esta a la loma de Aloburu, situada al noreste
de Ibarra (H. Muenala, comunicación personal, 24 de
enero de 2023).
En esa colina, el aya continuará bailando hasta
poco antes del 24 de junio. Durante ese período,
los bailarines indígenas salen a hacer sus danzas
nocturnas, visitando las casas aledañas, donde son
recibidos con chicha y mote por sus antriones.
Durante este tiempo, los bailes se llevan a
cabo dentro de cada comunidad. Sin embargo, una
vez llegado el Hatun Puncha, esta se traslada de su
Figura 4
Bailador de San Pedro en la toma de la plaza
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César Gonzalo Alvear Morales
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entorno habitual al centro urbano de Cotacachi,
donde se celebra el momento más intenso de la
festividad, que es la toma de la plaza.
La mayoría de las investigaciones académicas
sobre el Hatun Puncha no suelen abordar el mes previo
a su inicio y, quienes lo mencionan, generalmente se
enfocan en describir los bailes que tienen lugar en
el ámbito comunitario. Sin embargo, el mito hace
referencia a eventos espirituales que comienzan a
nes de mayo. Así, se desarrolla una dinámica en el
pensamiento colectivo que, desde un mes antes de la
toma de la plaza, ya está interactuando con los poderes
y elementos de la naturaleza. Un ejemplo de esto es el
relato del tayta Alberto Túqueres, quien cuenta que
en sus tiempos como líder comunero se organizó con
algunos compañeros danzadores para subir a la loma
de Aloburu, un mes antes del evento, con la intención
de buscar a San Juan Aya y verlo bailar.
Armay tuta
La noche previa al Hatun Puncha,
especícamente el 23 de junio, se realiza este
signicativo rito conocido como el “baño de víspera”,
baño ritual o “armay tuta”. En este, los participantes
se dirigen hacia la fuente de agua de la comunidad,
llamada también “pukyu”, para realizar el baño de
profundo sentido espiritual. Sen los comuneros,
este ritual les proporciona la energía y el vigor
necesarios para enfrentar varios días de intensas y
largas jornadas de baile.
Así, el tayta Carlos Bonilla da testimonio del
poderío que este baño de inicio del Hatun Puncha
imparte a los que participan de él. “Diablo kapishca
algunos dicen, ya nos siguió el diablo, ya estamos
con diablo, o sea de todo. Yo me fui a bañar y estoy
con diablo quiere decir (C. Bonilla, comunicación
personal, 3 de diciembre de 2022)
El tayta Túqueres, quien fue capitán de la
comunidad La Calera, describe este baño como una
fuente de poder que les permite enfrentar sin temor
los desafíos, especialmente contra comunidades
consideradas fuertes como Cercado y San Martín.
Respecto de estas prácticas que involucran
a los poderes de la naturaleza, las comunidades
indígenas sienten gran atracción por diversos
elementos naturales, especialmente el agua, por
ende, las fuentes hídricas son fundamentales en sus
expresiones culturales y espirituales. El tayta Rafael
Quezada, autero de la comunidad Ashambuela,
explica la importancia del baño y sus efectos en los
participantes:
Nos bañamos, nosotros nos sentimos bien fuertes,
medios como para no tener miedo para las peleas.
O sea que en esas vertientes hay algo como
animalitos, pero no son animales, sino como
demonitos, partes desque hay buenos, partes hay
malos. Ese desque nos da fuerzas. Y es que es
verdad, bañamos, casi nos sentimos alentados,
no sentimos vaguería para bailar, da más gusto,
para las peleas no se siente miedo … Sí es verdad,
yo tenía unos 14 años en Piava trabajando en la
hacienda y nos bañábamos en la vertiente y uno
no siente la pereza, no da vaguería, uno está dale
el trabajo, sí le ayuda a uno a trabajar (R. Quezada,
comunicación personal, 5 de diciembre de 2022).
El ritual del baño en la vertiente debe realizarse
exactamente a medianoche, lo que sugiere la importancia
de la hora en los códigos y mitos kichwas. Por ejemplo,
la misma víspera del Hatun Pucha, la tradición oral
establece que San Juan Aya llega al mediodía. Sin
embargo, la representación especíca de este detalle
en las celebraciones no se ha denido claramente en las
narrativas recopiladas.
Los participantes de este baño arman que sus
efectos se sienten a nivel físico, proporcionando mayor
fuerza y energía, elementos cruciales para los bailarines,
ya que su despliegue físico requiere una gran cantidad de
energía. Según los taitas de generaciones anteriores, la
fuerza es un valor fundamental que la comunidad debe
exhibir durante la toma de la plaza. Esta característica es
una de las más destacadas en la esta en Cotacachi: la
fuerza, la energía y el ímpetu de los bailarines.
La tradición oral sostiene además que las
vertientes están bajo la inuencia de seres espirituales
que pueden ser de diversa índole: buenos, malos,
poderosos o portadores de enfermedad. Algunos, por su
gran poder, incluso pueden quitar la vida.
Bañarse en una vertiente habitada por un ser
poderoso, como el Chusalongo o el Toro, otorga gran
fortaleza a quien se sumerge en ella. Así lo conrma el
tayta Bonilla (comunicación personal, 3 de diciembre
de 2022), autero de El Batán, quien relata que su padre
tenía el valor suciente para sumergirse en una vertiente
habitada por un ser muy poderoso, poniendo en riesgo
su vida. Sin embargo, al resistir el desafío, recibía una
fuerza tal que le permitía sobresalir en enfrentamientos
físicos.
Al respecto, Bonilla señala que, en la Marquesa,
vertiente muy conocida por las comunidades y respetada
por su fuerza, el ser espiritual que la habita otorga mucho
poderío: